
Cuatro años se cumplen, de aquel 28 de abril de 2021, cuando los trabajadores, los estudiantes, la juventud obrera, las mujeres, los viejos, salieron a las calles en contra de la nefasta reforma tributaria del gobierno de Iván Duque, llamada «Solidaridad Sostenible», en la que se pretendía gravar con el Impuesto al Valor Agregado (IVA) a más productos de la canasta familiar. El cinismo del gobierno y del Ministro de Hacienda del momento, Alberto Carrasquilla era tal, que mientras el pueblo vivía una situación de hambre, Carrasquilla dejaba en evidencia en una entrevista que desconocía el precio de los huevos, producto básico del consumo de los trabajadores.
El acumule de indignación era tal por parte del pueblo —causado por la agudización de la crisis social desde muchos años atrás y agravada por la pandemia— que esta nueva afrenta por parte de las clases dominantes, generó que un nuevo llamado a los desfiles por parte de las centrales sindicales y el Comité Nacional de Paro, se transformara en un gran Levantamiento Popular.
El 28 de abril del 2021, el pueblo trabajador decidió ir más allá de los llamados a marchar por un día y luego regresar a las casas, en varias ciudades se realizaron bloqueos intentando parar la producción y la juventud yendo más allá, organizó bloqueos en vías importantes y se enfrentó al Esmad, no valieron los llamados, ni del Comité Nacional de Paro en cuanto a que solo era un día de jornada, ni mucho menos las amenazas del gobierno títere de la mafia. El paro se extendió y llenó de alegría los barrios y las calles de las principales ciudades del país.
Fue tan contundente la fuerza del levantamiento, que cinco días después Duque se vio obligado a retirar el proyecto de reforma tributaria y el Ministro de Hacienda presentó su renuncia. Demostrando así nuevamente, que la lucha en las calles afectando la producción de los ricos logra mayores resultados, que mil debates en el Congreso.
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Y se hubiera logrado más, sino fuera porque esta gran fuerza de lucha que desplegó el pueblo, especialmente la juventud, no fuera canalizada por el reformismo. El ahora presidente del país, en su momento llamó a la «…paz y tranquilidad. Que las movilizaciones vuelvan a ser enormes y festivas y que el Gobierno se fortalezca negociando sin trampas con la movilización unos cambios que son imprescindibles y que la sociedad colombiana necesita para avanzar». El pueblo estaba dispuesto a tumbar al régimen paramilitar y mafioso, pero Petro no: «No estamos detrás de las movilizaciones, ni detrás de la barbarie. No estamos con la consigna de derribar a Duque. Duque debe terminar su mandato». Y finalmente prometió que las necesidades exigidas por el pueblo serían recogidas por él y de llegar a la presidencia se llevarían a cabo en su mandato.
Hoy 28 de abril del 2025, esto no ha pasado. El Congreso de los ricos se ha opuesto a las reformas que ha presentado el gobierno, limitadas, por un lado, y recortadas en medio de los debates parlamentarios, por otro. El gobierno ha presentado como respuesta una consulta popular, que ya tiene la amenaza de hundirse. En ella, solo contiene algunas reivindicaciones en lo laboral, pero el resto del pliego por el que el pueblo luchó desde el 2019 no está recogido allí. Y la realidad es que la situación del pueblo trabajador no mejora, las clases dominantes no quieren ceder, amenazan al gobierno de que no atice la lucha de clases, la derecha y las fuerzas fascistas se fortalecen y la guerra se recrudece en el campo y la ciudad; todo esto indica la necesidad de retomar el camino divisado hace cuatro años por los luchadores, en el que se demostraron resultados tangibles.
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Que no sean en vano los muertos del levantamiento; que no sean en vano los padecimientos que han vivido los presos por luchar; que no sea en vano todo el sacrificio y el alma entera que dejaron cientos de jóvenes hace cuatro años. El cambio por el que muchos soñaron es posible si nuevamente emprendemos el camino de la lucha, esta vez mejor preparados, esta vez mejor organizados. Por tanto, es importante realizar las Asambleas Populares que decidan democráticamente la preparación de la movilización y la lucha ahora, porque la consulta popular se apruebe, junto a seguir exigiendo los otros puntos del pliego de reivindicaciones. ¡La lucha continúa!