20 de Julio: ¿Cuál independencia?

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Hoy, 20 de julio, se insta al pueblo a conmemorar la independencia de Colombia. Pero la llamada independencia si bien liberó al país de la dominación española, no lo liberó de la dominación de Inglaterra ni de Estados Unidos; como tampoco liberó al pueblo de la explotación y la opresión de unos pocos privilegiados, que continuaron perpetuando la desigualdad y el sufrimiento de las amplias masas populares. De ahí que la llamada independencia de Colombia no implicó la libertad real, sino la reorganización del sistema económico y político bajo nuevas formas de explotación y de opresión. Colombia, como nuevo Estado nacional, ha mantenido el poder en manos de las clases parásitas dominantes lacayas del capital extranjero, subyugadas a los imperialistas. Al día de hoy, Colombia no es un país independiente, sino que sigue siendo un país dominado como semicolonia por el imperialismo, principalmente yanqui.

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Batalla del Pantano de Vargas por Luis Rengifo, 1969

De la independencia también nos la enseñan ligada a Simón Bolívar, quien es celebrado como un héroe de la libertad, pero no era más que un aristócrata que actuaba para su propio beneficio y no para el pueblo común. De ahí que para los campesinos y los esclavos, los verdaderos héroes de la guerra de independencia, Bolívar fue solo un símbolo de la traición a los ideales populares, quien no vaciló en mandar a fusilar a quienes le reclamaron cumpliera con la promesa de liberar a los esclavos e indígenas, como ocurrió con Manuel Piar y José Prudencio Padilla.

Los hechos no mienten y dado que Bolívar necesitaba aumentar sus filas con soldados, como estrategia militar prometió libertad a los esclavos que se unieran a las fuerzas patriotas. Sin embargo, esta promesa no se tradujo en una abolición inmediata o efectiva de la esclavitud en las regiones controladas por los patriotas, ya que cualquier medida abolicionista debía alinearse con los intereses de su clase.

Y aunque con la Constitución de Cúcuta (1821) se proclamó la libertad de vientres, se le dio un enfoque gradualista que mantuvo a una gran parte de la población afrodescendiente en condiciones de esclavitud durante muchos años más, para permitirles a las clases explotadoras adaptarse lentamente a la nueva realidad.

Bolívar, como miembro de la aristocracia criolla, defendía realmente los intereses de su clase social, y aunque promovió la independencia de los países latinoamericanos respecto a la corona española, sus acciones beneficiaban los intereses de Inglaterra, de los terratenientes y la élite criolla, en lugar de los esclavos y las clases populares.

La figura de Bolívar encarna la falacia del «gran hombre» de la historia que pintan las clases dominantes, ocultando que son las masas trabajadoras las que hacen la historia, no los individuos notables; y aunque el mito lo oculte, es sabido que, en varias ocasiones, el “libertador” abandonó a sus tropas y huyó a lugares seguros, dejando a sus soldados y al pueblo a merced de las fuerzas realistas. No sin razón en algunos círculos militares de la época se le llamaba el “general de las retiradas”.

La verdadera independencia de Colombia solo se alcanzará cuando el pueblo trabajador, consciente de su condición de ser quien todo lo produce, se organice y desate todo su potencial en la lucha revolucionaria que acabe con la explotación capitalista y la dominación semicolonial imperialista. Solo mediante la revolución proletaria que libere al país del yugo imperialista y construya una sociedad sin clases, y ahí sí podremos hablar de independencia y libertad.

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