Como era de esperarse, los rastreros ataques y sanciones arbitrarias de Trump contra el presidente Petro y Colombia, acompañados del criminal bombardeo sistemático de embarcaciones en el Caribe y en el Pacífico con el pretexto de la «guerra contra el narcotráfico», ocasiona el justo rechazo del pueblo y despierta el sentimiento antiimperialista.
Por su parte, la élite más reaccionaria en boca del uribismo abiertamente solicita la invasión yanqui en el continente para acabar con el peligro del «neocomunismo», mientras la facción «moderada» de los capitalistas, aconseja mesura y aboga por una salida diplomática a la crisis, pues considera imprescindible mantener buenas relaciones con su amo del norte.
Del lado de quienes se proclaman antiimperialistas, que hablan de soberanía nacional y autoderminación de los pueblos, proponen, desde crear un frente antiimperialista yanqui latinoamericano hasta construir un ejército bolivariano liderado por Petro, pero callan frente al avance de los imperialistas rusos y chinos en el continente, e incluso se hacen voceros de su reclamo por un nuevo reparto del mundo que esconden con la palabrería del «multipolarismo» o «mundo multipolar» a la vez que claman por una mayor intervención de los BRICS en el continente[1].
El proletariado revolucionario comparte el repudio general y condena la intromisión y alevosía criminal de los imperialistas yanquis, representados en su actual presidente Trump y sus compinches contra los países oprimidos como Venezuela y Colombia.
Alerta sobre la creciente puja del imperialismo estadounidense por recuperar el considerado «patio trasero», ante la ofensiva económica, política y militar por parte de los imperialistas rusos y chinos, que en estos momentos se concentra sobre todo alrededor de Venezuela, donde a Estados Unidos le ha sido imposible derrocar el régimen de la llamada boliburguesía representada por Maduro cada vez más cercano a Rusia y China. No puede olvidarse que Venezuela juega un papel crucial por tener las mayores reservas de petróleo en el mundo, siendo esta la razón por la cual tiende a convertirse en un nuevo frente de guerra en la disputa interimperialista por un nuevo reparto del mundo.
Así mismo, es necesario insistir en que pretender resolver el problema de la dominación imperialista sobre los países oprimidos, por aparte y sin aniquilar todo el poder del capital, o antes de aniquilarlo, antes del triunfo de la Revolución Socialista, es política democrática pequeño burguesa inútil, concebida para luchar contra el imperialismo sin sobrepasar los límites del capitalismo, el causante de todas las tragedias que azotan a la humanidad en la actualidad.
Inútil, porque a pesar de los discursos antiimperialistas y de la ventolera nacionalista de la pequeña burguesía que proclama la soberanía y la autodeterminación nacional de los países de América Latina, sembrando su confianza en los gobernantes como Petro, Maduro, Ortega o Lula, esconden el carácter burgués, terrateniente y proimperialista de estos Estados, donde sus clases dominantes, no son solo lacayas de los imperialistas, sino sus socias, en su mayoría de los imperialistas yanquis, y las otras de los imperialistas europeos, rusos y chinos.
Por consiguiente, en el caso de Gustavo Petro, como presidente del gobierno que administra temporalmente los negocios comunes de los capitalistas en Colombia, no puede ir más allá de los discursos, como hasta ahora, sin atreverse a romper los acuerdos y tratados económicos, políticos y militares contraídos con el imperialismo yanqui por las clases lacayas dominantes, las verdaderas dueñas del poder del Estado.
De igual manera, detrás del discurso en apariencia antiimperialista de Maduro y demás gobernantes similares se esconde su compromiso con los imperialistas rusos, chinos o europeos, sirviendo como peones de brega en la lucha interimperialista sin cambiar en nada la situación de explotación y opresión del pueblo trabajador, y del saqueo y despojo de estos países.
Los comunistas somos antimperialistas porque somos socialistas, porque somos revolucionarios, porque oponemos al capitalismo el socialismo como sistema antagónico, llamado a sucederlo, decía el peruano José Carlos Mariátegui por allá en 1929 y esa orientación sigue siendo correcta y vigente.Porque sin derrocar todo el poder de los capitalistas y sin destruir el Estado que defiende sus intereses, todo antiimperialismo se convierte en una frase vacía y en un distractor de la lucha revolucionaria del proletariado y los pueblos por instaurar el socialismo mediante la Revolución Proletaria Mundial.
En ese sentido la denuncia internacional y la movilización de los trabajadores contribuye a aislar a los imperialistas yanquis, a sacar a la luz el carácter servil de las clases dominantes y las limitaciones del reformismo para resolver los problemas que enfrentan el proletariado y los pueblos.
Pero en esta labor no se puede evadir la denuncia a los imperialistas europeos, rusos y chinos, no se puede ocultar su disputa por las fuentes de materias primas, mercados y fuerza de trabajo, y los preparativos de guerra por un nuevo reparto del mundo para prolongar la agonía de su sistema moribundo.
Igualmente, la denuncia y movilización contra los imperialistas no puede separarse de la lucha contra la superexplotación y la opresión capitalista; por tanto, deben levantarse con mayor vigor las banderas de los paros de los últimos años y del levantamiento popular del 2021 por el conjunto de las reivindicaciones inmediatas del pueblo que no han sido resueltas.
En última instancia, todo cuanto se haga ahora debe contribuir a forjar la unidad del proletariado y los pueblos para la lucha revolucionaria contra todo el poder del capital, única manera de resolver a favor del campo popular la actual contienda interimperialista y brindarle a la sociedad una salida a la barbarie creada por el capitalismo moribundo.
Comité Ejecutivo – UOC (mlm)
Noviembre 17 2025
[1] Ver la declaración del 30 de octubre de los convocantes al Encuentro Nacional por la Defensa de la Soberanía y Contra la Agresión Imperialista para el 21 de noviembre firmada por las centrales sindicales, y varios partidos y movimientos políticos; declaración del Comando Central del ELN; la Declaración Política de la III Cumbre Social de los Pueblos de América Latina y el Caribe; la Declaración Conjunta de la Cumbre CELAC-UE 2025…




