Mensaje a la clase obrera en su día Primero de Mayo

¡Contra el capitalismo y los preparativos de guerra imperialista! ¡Primero de Mayo Internacionalista y Revolucionario!

El proletariado es la clase social que consigue sus medios de subsistencia exclusivamente de la venta de su [fuerza de] trabajo, y no del rédito de algún capital; es la clase, cuyas dicha y pena, vida y muerte y toda la existencia dependen de la demanda de trabajo, es decir, de los períodos de crisis y de prosperidad de los negocios, de las fluctuaciones de una competencia desenfrenada.
Federico Engels

En 1848 el Manifiesto Comunista de Marx y Engels, declaró que los comunistas somos la parte más consciente del movimiento obrero y nuestro objetivo inmediato es la constitución de los proletarios en clase para sí, en Partido propio, independiente y distinto a los partidos de las demás clases, indispensable para dirigir el derrocamiento de los explotadores capitalistas y la conquista revolucionaria del Poder político de la clase obrera: la Dictadura del Proletariado. Nos corresponde a los comunistas mantener una visión clara de las condiciones, de la marcha y de los resultados generales del movimiento proletario. En cada país destacamos y hacemos valer los intereses comunes a todo el proletariado sin importar su nacionalidad. En cada momento de la lucha de la clase obrera contra la burguesía y sus aliados terratenientes e imperialistas, los comunistas tenemos la obligación no solo de defender los intereses inmediatos de los proletarios en cada país, sino ante todo defender los intereses del movimiento obrero en su conjunto y sus objetivos máximos socialistas: abolir la propiedad privada sobre los medios de producción y abolir las diferencias de clase en la sociedad.

En este Primero de Mayo, desde la Unión Obrera Comunista (mlm) nos dirigimos especialmente a nuestra clase, para manifestarle que tal vez sin saberlo, es la única clase verdaderamente revolucionaria en la sociedad capitalista, por ser la clase expropiada de todo medio de producción y cuyo único haber, la fuerza de trabajo, es el motor de la producción capitalista y la fuente de la ganancia apropiada y acumulada privadamente por los parásitos empresarios explotadores. A pesar de producir tanta riqueza, nuestra clase es condenada por los capitalistas a las más humillantes y desastrosas condiciones de vida, situación que la transforma en la dirigente de todos los oprimidos y explotados por el capital, en la clase dirigente de la revolución proletaria donde solo tiene las cadenas por perder, y un mundo que ganar.

Colombia es un país oprimido por el imperialismo, con una sociedad capitalista por el dominio de las relaciones de explotación asalariada del trabajo. El órgano del poder político de la burguesía, los terratenientes y el imperialismo, es el Estado que en esencia es la dictadura de las clases reaccionarias, cuya correlación de fuerzas decide cada cuatro años cuál debe ser el Gobierno dirigente del Estado, esto es, el ejecutor de la dictadura de clase y administrador de los negocios generales de los capitalistas. El gran poder económico de la facción mafiosa burguesa terrateniente, impuso en el Gobierno un régimen mafioso paramilitar que en asocio con el imperialismo yanqui, durante 20 años forzó los grilletes de la opresión y acrecentó el peso de la explotación, obligando al pueblo colombiano a rebelarse en el Paro Nacional de noviembre de 2019, y más amplia y radicalmente durante varios meses de Paro Nacional a partir del 28 de abril de 2021, amenazando con transformarse en una insurrección popular, ya no solo contra el Gobierno mafioso paramilitar de Duque, sino contra todo el Estado reaccionario. El peligro de otro Nueve de Abril, obligó a las clases dominantes a realizar un cambio de táctica como jamás lo habían hecho en su historia republicana: ceder el Gobierno a un partido conciliador y pacifista, con tal de apagar la hoguera social y preservar el poder estatal de los capitalistas.

Ese partido fue el Pacto Histórico que a nombre de la “paz social con los opresores” y el “cambio de la situación del pueblo”, colocó en el solio presidencial a Gustavo Petro. Los nubarrones electorales y las resonantes promesas reformistas, opacaron el horizonte revolucionario hacia donde espontáneamente apuntaban las acciones de las masas populares. Se instaló el nuevo Gobierno en cuyo gabinete ministerial predominaron rancios políticos liberales, con un supuesto programa liberal-reformista, que en el fondo no es distinto al programa de los anteriores Gobiernos reaccionarios: en política rechazo a la lucha de clases y en economía defensa del capitalismo.

Van nueve meses del Gobierno “del cambio” y la situación de los trabajadores sigue de mal en peor. La guerra contra el pueblo con el relumbrante telón de fondo de la “paz total” sigue tan sanguinaria como bajo el régimen de la mafia uribista, y los presos por luchar en el Paro no han sido liberados; el costo de la vida para el pueblo se duplicó en menos de un año, ante lo cual el Gobierno dizque defensor de los trabajadores concertó una nueva reducción del salario real, cuando lo mandado era decretar un alza general de salarios; las prometidas reformas sociales, una a una van siendo adecuadas al visto bueno e intereses de los grandes empresarios cuya ambición de máximos beneficios en la explotación asalariada del trabajo, no permite ninguna mejora en las condiciones de vida y de trabajo de quienes les producen sus exorbitantes ganancias, ni siquiera en el grado de las conquistas obreras del siglo pasado, legalizadas en el viejo Código Sustantivo del Trabajo.

Aun así, desde el mismo Gobierno y sus partidos, desde las cúpulas sindicales vende-obreras, los convocan a Ustedes compañeros y camaradas obreros a salir este Primero de Mayo en apoyo al Gobierno y sus reformas sociales, esto es, en defensa del pacto pacifista con los explotadores y su régimen de esclavitud asalariada, pisoteando y deshonrando el verdadero significado del Primero de Mayo, día cuando el proletariado internacional manifiesta su profundo e irreconciliable odio de clase contra los capitalistas y su sistema mundial de opresión y explotación, día cuando los proletarios proclaman en las calles y plazas del mundo su indeclinable misión de enterrar en la historia, al sistema imperialista y todas sus lacras que solo causan oprobio y sufrimiento a la sociedad trabajadora.

Tal vez muchos de Ustedes compañeros y camaradas obreros, hastiados de tanta humillación y apretón económico durante el régimen paramilitar de la mafia uribista, votaron por Petro y el Pacto Histórico, ilusionados en un nuevo Gobierno que cambiara la situación de los de abajo, y seguramente ya hoy tienen la sensación de haber sido defraudados. Sin embargo, la culpa en esa equivocación no es de Ustedes compañeros y camaradas obreros. La responsabilidad principal es de nosotros los comunistas, los marxistas-leninistas-maoístas que si bien previmos el advenimiento de grandes huelgas políticas de masas como en efecto se dieron en la forma de los estallidos sociales en 2019, 2020, 2021, y en medio de ellos, apoyamos las grandiosas iniciativas de las masas y alentamos la necesidad de generalizar la lucha directa de los paros y bloqueos no solo contra Gobierno de Duque sino contra el Estado de dictadura capitalista, y la necesidad de generalizar la organización asamblearia desde abajo como máxima autoridad del movimiento… no tuvimos la fuerza, ni la organización, ni la capacidad para ganar la dirección práctica de la rebelión por varias causas, siendo la principal no haber cumplido todavía la tarea central de nuestro plan de trabajo: construir el Partido Comunista de nuestra clase, que la represente, defienda intransigentemente sus intereses y objetivos, y la dirija con acierto en situaciones tales como los recientes levantamientos sociales. Fue así como finalmente el ímpetu revolucionario del Paro Nacional del 2021 fue congelado en el hielo de las urnas, y la energía social del levantamiento fue controlada y canalizada por los partidos de la llamada “izquierda” en favor de un nuevo Gobierno reformista, del cual ya se están conociendo sus nefastos resultados para los trabajadores, no por lo que dijimos y advertimos los comunistas, sino por los hechos prácticos incontrovertibles que marcan el pellejo de nuestra clase.

Pero nunca es tarde para aprender compañeros y camaradas obreros, y en la política como en la guerra se aprende más en las derrotas que en las victorias. Ya empiezan a desplazarse los nubarrones que opacaban nuestra perspectiva revolucionaria; de nuevo salta al escenario de la lucha de clases la necesidad no simplemente de cambiar un gobierno, sino de una revolución que derroque a los explotadores, destruyendo el principal baluarte de su poder político y económico: el Estado burgués terrateniente pro-imperialista.

Para lograrlo se necesitan cumplir muy diversas tareas. Organizar milicias y un ejército del pueblo como puntal militar para el derrocamiento de los explotadores, y componente del futuro pueblo armado, sostén o pilar central del nuevo Estado de la Dictadura del Proletariado. Organizar un frente de clases revolucionarias, cuyo eje central sea la alianza obrera-campesina, como poderosa fuerza social capaz de derrotar revolucionariamente el poder de las clases explotadoras, y constituirse en la futura base social del nuevo Estado de Dictadura del Proletariado. Organizar amplios Comités de Lucha para promover, desarrollar y generalizar los embriones de poder de las masas desde abajo, surgidos en los pasados levantamientos sociales bajo la forma de Asambleas Populares. Reorganizar el movimiento sindical con independencia de clase, aislando la actual dirección oportunista patronal, restaurando el arma de la huelga como forma principal de la lucha de resistencia a la explotación capitalista, organizando masivamente a la clase, haciendo de los sindicatos escuelas de socialismo, y forjando desde ya la más amplia organización de las masas obreras para llevar a cabo las futuras tareas socialistas de la Dictadura del Proletariado. Organizar a los campesinos, sin la tutela del Gobierno, ni del Estado, ni de los terratenientes, ni de los campesinos ricos, sino como garante de la alianza estratégica con la clase obrera. Organizar Comités de Mujeres como la materialización de un Movimiento Femenino Revolucionario que aísle la dirección feminista burguesa en el movimiento social de las mujeres, organice masivamente a las compañeras trabajadoras y haga valer la lucha de la emancipación de la mujer como parte de la lucha por la emancipación de la clase obrera.Organizar Comités de Apoyo Internacionalista a las luchas y guerras populares en el mundo.Organizar con independencia a los desempleados, a la juventud, a los inmigrantes, a los estudiantes…

Pero de todas y tan importantes tareas por hacer, la tarea central, determinante y principal para que de conjunto todas se encarrilen hacia la revolución socialista es la construcción del Partido del proletariado. Si bien esta tarea central de la táctica revolucionaria es responsabilidad principal de nosotros los comunistas, en la cual trabajamos tesoneramente resolviendo los problemas políticos de programa, táctica y organización, es también una tarea que requiere del apoyo político, moral y material de nuestra clase, pero sobre todo, el compromiso directo de los jefes naturales obreros, de los activistas proletarios más conscientes principalmente de las industrias fabriles que han de ser las trincheras de los obreros comunistas y fortines de la revolución proletaria.

No podríamos terminar este Mensaje a nuestros compañeros y camaradas obreros, sin insistirles en la necesidad de organizarse políticamente, de conectarse con nuestra organización a través de sus canales digitales o con los distribuidores de nuestro órgano de expresión, el periódicoRevolución Obrera, y juntos avanzaremos a la preparación del Congreso que dé vida al Partido Comunista Revolucionario de Colombia.

Unión Obrera Comunista (mlm) 
Colombia, Primero de Mayo 2023

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