Ha transcurrido algo más de tres meses del inicio del levantamiento popular que ha removido de muchas formas el “orden” capitalista conmocionando a todos los sectores de la sociedad. Ahora se presenta una mengua en la lucha, y cada clase de acuerdo a sus intereses saca sus balances y define cómo seguir.
Para el proletariado consciente, el actual es un momento de declive temporal en el ya prolongado período de ascenso de la lucha de masas; ascenso acrecentado en el paro del 21 de noviembre del 2019 y más aún, en el levantamiento popular iniciado el 28 de abril del 2021.
Las causas más profundas de estos estallidos sociales radican en la crisis económica del capitalismo mundial que desde el 2008 ha ampliado las diferencias entre las clases de la sociedad colombiana, agigantando la crisis social de despojo, desempleo, miseria y sufrimiento para los trabajadores. Y aunque la pandemia del covid-19 ha acelerado la gravedad de ambas crisis, el detonante de los levantamientos ha sido el acumulado de hambre, opresión y muerte a cuenta de la política del régimen de la mafia uribista y de sus antiobreras y antipopulares leyes impuestas a la sombra de la emergencia sanitaria.
La merma en el Paro nacional, tiene sus causas particulares, que es necesario comprender para no perder de vista la perspectiva.
Primero. Es natural que haya recodos o repechos en un proceso de largo aliento, pues los estallidos recientes anuncian el inicio de un período de ascenso en la revolución en Colombia.
Segundo. Ante el levantamiento popular, los jefes vende-obreros y politiqueros “amigos” del Paro, asustados por la beligerancia de éste, corrieron como viles cobardes a colaborarle al régimen, condenando los bloqueos, las Primeras Líneas y llamando a levantar el Paro después de que cayó la Reforma Tributaria con su Ministro y se frenó el Decreto 010, lo cual indujo a un sector del sindicalismo dirigido por el Comité Nacional de No Paro, a retirar su respaldo moral a la vanguardia, la juventud obrera.
Tercero. El terrorismo de Estado que, como es costumbre, le cobra al pueblo la osadía de rebelarse, además de los asesinatos y desapariciones durante el Paro, desató una cacería paramilitar contra los luchadores, decretó la judicialización de varios dirigentes y activistas, montó una campaña de estigmatización para tratar de separar aún más la vanguardia juvenil del resto de los trabajadores que se movilizaron en los primeros dos meses de Paro.
Cuarto. Las contradicciones inter burguesas, reserva indirecta para la lucha del pueblo, fueron sosegadas, pues la burguesía cómplice del régimen en todos los crímenes contra el Paro Nacional Indefinido, junto con el decreto 1174 recibió el obsequio de la Ley 2101 que habla de rebajar la jornada laboral a 42 horas, pero en la práctica le facilita a los capitalistas reducir los salarios e intensificar el trabajo.
Quinto. Finalmente, no se logró consolidar la dirección nacional revolucionaria, necesaria para orientar el Paro y darle continuidad. Las asambleas obrero populares no lograron ampliarse lo suficiente. La Asamblea Nacional Popular que era susceptible de conformarse en esa dirección revolucionaria, en su segunda reunión fue torpedeada por la abierta persecución del régimen y por las posiciones politiqueras que cual Caballo de Troya del CNP y el “Pacto Histórico”, dilataron y embrollaron las resoluciones que debían dar apoyo a las Primeras Líneas y sus puntos de Resistencia, y sobre todo, llamar a reactivar la movilización y proseguir el Paro nacional.
El descenso en el movimiento más conocido como el Paro nacional, es de carácter temporal, pues sus causas particulares se pueden superar, mientras las causas profundas del estallido social siguen intactas. Los problemas del pueblo no se han resuelto y, por el contrario, se han agravado por el abierto ataque dictatorial del régimen que junto con las clases dominantes se han ganado el más profundo odio de los oprimidos, porque son incapaces de resolver las necesidades de las clases trabajadoras, como también lo son los candidatos “alternativos” que aspiran a ayudar a ejercer en el gobierno la dictadura de los capitalistas. Solo la lucha revolucionaria del pueblo podrá salvarlo.
Pero es necesario que la lucha sea cada vez más consciente, mejor preparada y contundente, porque la situación del pueblo trabajador y del medio ambiente empeora cada día. En ese sentido, estos momentos, contrario a lo que algunos creen, es de intensa actividad, pero en otros aspectos.
¿Qué hacer en este momento de reflujo temporal y relativo?
Se requiere una labor de racionalización de la experiencia a todos los niveles, aprendiendo de los aciertos y sobre todo de los errores, por tanto, la propaganda y la educación se deben intensificar.
Consolidar las organizaciones que han quedado y organizar en todos los niveles a los luchadores. Fortalecer la unidad de las organizaciones de masas y políticas para avanzar en la creación de una dirección nacional revolucionaria, sin descartar que la lucha se libre en el seno de la Asamblea Nacional Popular contra los lugartenientes del Comité Nacional del No Paro.
Es necesario avanzar en la organización militar de las masas, donde las Primeras Líneas deben avanzar a una organización más disciplinada, centralizada y con fuertes lazos con las masas obreras y campesinas, para pasar a las acciones ofensivas, junto con las milicias y guardias populares que deben organizarse para proteger a los dirigentes y a las comunidades. Así mismo es necesario trabajar en las filas de las fuerzas del enemigo, para neutralizar e incluso ganar una parte de ellas en apoyo a la lucha que libra el pueblo.
Y lo crucial, es avanzar en la tarea fundamental de construir el Partido Revolucionario, pues si las masas no cuentan con este destacamento dirigente, por más que luchen y se sacrifiquen, sus esfuerzos serán en vano, ya que las fuerzas de los enemigos y del oportunismo terminarán llevándolas siempre a seguir padeciendo en el infierno de la explotación.
El avance en todas estas tareas, es decisivo para que los levantamientos en un nuevo envión del movimiento de masas, éstas sean capaces de tumbar al régimen uribista y tengan la fuerza social y armada para establecer un gobierno de obreros y campesinos que ejecute las reivindicaciones que el pueblo exige, y le permitan avanzar hasta la destrucción del Estado burgués y la instauración de un nuevo Estado gobernado por la alianza de los obreros y los campesinos.
Comité de Dirección – Unión Obrera Comunista (mlm)
Agosto 06 de 2021