El 28 de mayo cuando el pueblo colombiano tomó las calles del país para celebrar el primer mes del poderoso Paro que ha conmocionado a las clases dominantes con formidables movilizaciones y bloqueos, el títere presidente, en nombre del régimen de la mafia y los paramilitares, expidió el Decreto 575 ordenando el “máximo despliegue militar” en distintos departamentos, distritos y municipios. Esa ley es en la práctica una aplicación de la Conmoción Interior sin declararla, es el dócil cumplimiento por el títere presidente de las órdenes del Centro Democrático, el partido de la mafia y los paramilitares.
La militarización ha sido la única respuesta del gobierno a las exigencias del pueblo. El terror estatal del ataque armado de las bandas policiales y paramilitares, de las balas y granadas, del garrote y los gases, del asesinato y la desaparición, de las detenciones y la cárcel… ha sido la única respuesta del gobierno principalmente contra la juventud rebelde que sin miedo y sin nada que perder, ha ocupado las posiciones de vanguardia en el Paro nacional. La represión violenta a la protesta social, es la única respuesta del gobierno porque políticamente es un régimen mafioso, paramilitar, terrorista y corrupto; porque el Estado en Colombia es una dictadura de los capitalistas encabezados por la mafia.
El asesinato de manifestantes y la criminalización de sus procedimientos de lucha en el Paro, ha sido la única respuesta de las clases dominantes a las reivindicaciones del pueblo, porque económicamente el Paro nacional ha golpeado las ganancias de los parásitos capitalistas y le ha movido el piso a su régimen de gobierno.
Ante el bestial embate de terror estatal por parte del régimen, respaldado por los partidos burgueses reaccionarios y por los gremios de los zánganos capitalistas, en las filas del pueblo surgen dos posiciones diametralmente opuestas:
La posición reformista: el Decreto 575 es anticonstitucional y hay que demandarlo nacional e internacionalmente. Es la posición de los jefes de la oposición oficial, de todos los politiqueros que critican al gobierno pero que aspiran a ser gobernantes en el 2022 para ayudar a resolver la crisis a los enemigos del pueblo. Su crítica al gobierno y rechazo al decreto es timorata y vergonzante, porque todos ellos han condenado los bloqueos y la violencia del pueblo contra las instituciones de las clases opresoras y explotadoras.
Contra la sumisión pacifista de los jefes de los partidos politiqueros, las bases de trabajadores, estudiantes e intelectuales honrados que hacen parte de las filas de esos partidos o simpatizan con ellos, hoy tienen un cruel motivo en la embestida dictatorial del régimen uribista, para abandonar sus ilusiones en la falsa democracia de los ricos y dedicar toda su actividad al apoyo de la lucha directa del pueblo en el Paro.
La posición revolucionaria: el Decreto 575 es una ley dictatorial envuelta en palabrería constitucional de la “asistencia militar a la policía”, que reafirma y legaliza la represión estatal del Paro, pero no es en las Cortes ni en el Congreso, sino en las calles donde se debe confrontar y derrotar. Tal es la respuesta práctica del pueblo raso, del pueblo trabajador, de los descamisados y desarraigados, de la juventud sin derechos, sin techo, sin comida, sin salud, sin estudio, sin trabajo. Esta es la correcta posición que los revolucionarios y comunistas apoyamos, porque sólo con la fuerza social del Paro y la movilización callejera, se le puede hacer frente hoy a la dictadura de la mafia.
Ya las valerosas masas populares han comprobado por experiencia directa durante el Paro y principalmente con los enfrentamientos en Cali y otros municipios del occidente, que los mafiosos hacen parte de las clases dominantes, que los paramilitares son un ejército ligado directamente con el régimen, que los policías asesinos no son “unas manzanas podridas” sino integrantes de una fuerza estatal ejecutora de la represión extrema y sistemática del Estado.
Los acontecimientos del Paro nacional han sacado a la luz pública que los verdaderos vándalos y saqueadores del país están en el gobierno y en la élite capitalista; que los llamados de los gobernantes a la paz, convivencia social y no violencia, son solo tapaderas de sus acciones de guerra y criminales contra el pueblo.
El Decreto 575 es un escalón más de la dictadura de los ricos en la sociedad, de la violencia reaccionaria contra el pueblo, de la dictadura de la mafia contra el Paro. Al máximo despliegue de la represión militar, hay que responder con el máximo despliegue de las fuerzas del pueblo: ¡Continuar la movilización y extenderla a todas las ciudades, distritos y municipios del país! ¡Unir la movilización masiva con las acciones de bloqueo! ¡Fortalecer la participación de los obreros y campesinos usando su arma predilecta: el paro de la producción! ¡Fortalecer las primeras líneas y grupos de choque con las milicias obreras y populares para enfrentar a los asesinos policiales, militares y paramilitares!
Siendo más que justas e inmediatas las reivindicaciones del pueblo por las cuales combate en este Paro, por las cuales han sacrificado la vida decenas de indomables jóvenes, es necesario concentrar las fuerzas del pueblo en la lucha por el derrocamiento del régimen de la mafia uribista, porque hoy es el ejecutor de la dictadura de los ricos, porque su crisis política lo convierte en el punto débil del gobierno de los explotadores, porque es el impedimento político principal para la conquista de las reivindicaciones populares.
¡Adelante obreros y campesinos! ¡Adelante indomable juventud! ¡Adelante sufrido pueblo! ¡Todos contra la dictadura de la mafia!
Comité de Dirección –Unión Obrera Comunista (mlm)
Mayo 31 de 2021