En el tercer aniversario del levantamiento popular

¡Adelante con las Asambleas Populares!

Se cumple un nuevo aniversario de las jornadas del 28 de abril que dieron inicio al gran levantamiento popular en donde el pueblo colombiano se volcó a las calles a luchar con determinación, hastiado de los atropellos constantes, de su situación de miseria y opresión, y rechazando el régimen mafioso y paramilitar que gobernó el país durante más de 20 años. Este levantamiento fue la continuación de sucesos anteriores como el paro nacional del 21 de noviembre de 2019 y el estallido popular contra la brutalidad policial ocurrido entre el 9 y 10 de septiembre del 2020 en Bogotá.

Fueron diversas las formas de lucha adoptadas en esa gran huelga política de masas: marchas y mítines; bloqueos y combates con la policía; expresiones artísticas y jornadas deportivas; reuniones y asambleas. La solidaridad del pueblo trabajador se manifestó a través de las ollas comunitarias o de la ayuda que el mismo pueblo se prestó para protegerse de la reacción policial, curar a los heridos, mitigar el efecto de los gases lacrimógenos o simplemente para suministrarse algo de agua y comida.

El régimen uribista encabezado por el títere Iván Duque se encargó de recordarle al pueblo que el Estado es una maquinaria de opresión y explotación, que no es su estado, sino el Estado de los ricos; un aparato brutal que no dudó en echar mano de las fuerzas policiales, militares y paramilitares para golpear y aplacar la rebeldía popular. Las fuerzas del orden asesinaron, torturaron, hirieron, ocasionaron lesiones oculares y cometieron violencia sexual, y un sinfín de crímenes contra los oprimidos. Luego de la arremetida por parte de la mal llamada fuerza pública, vinieron los jueces con las respectivas órdenes de captura, con la fabricación de falsos positivos judiciales contra varios de los luchadores populares para encerrarlos en las mazamorras del país. Un castigo del Estado burgués contra quienes osaron levantarse.

Pero el pueblo trabajador también respondió al Estado. Con sus propios medios conformó las Primeras Líneas, las cuales ya había creado en los sucesos de lucha anteriores, inspiradas en la experiencia del levantamiento popular en Chile. No sólo consistían en las brigadas de choque, sino que a estas se sumaban otras líneas que se encargaban del aprovisionamiento, de las comunicaciones, de los primeros auxilios, del aspecto judicial, etc.

Dentro de las formas de organización surgidas en el seno del pueblo oprimido las asambleas populares jugaron un papel importantísimo. Estas se impulsaron en varias ciudades del país, algunas locales y otras regionales, incluso se realizaron dos a nivel nacional. Diferentes sectores y organizaciones sociales y políticas participaron en estas asambleas; allí se discutía sobre la situación nacional y el camino a seguir para continuar con la lucha. Desafortunadamente y por diversas razones, entre ellas la falta de unidad de los revolucionarios, las asambleas no lograron mantenerse. El nivel de movilización del levantamiento fue decayendo y el descontento popular fue conducido hacia las gélidas urnas, ahogando esa gran experiencia de lucha del pueblo colombiano.

Actualmente nos encontramos bajo un gobierno que recogió las banderas de la indignación popular y la convirtió en votos. Prometiendo e ilusionando al pueblo trabajador con cumplir con sus más sentidas reivindicaciones en el gobierno del cambio. Pero lo cierto es que el gobierno está lejos de cumplir con esas promesas. Desde el proceso electoral y posteriormente en la conformación del gobierno, pactó con sectores de las clases dominantes. Ha tenido como política el acuerdo y la conciliación con los otros sectores capitalistas para que estos les permitan pasar sus reformas a costa de mutilarlas. Reformas que cuentan con el beneplácito de los organismos internacionales del imperialismo como el FMI, el Banco Mundial o la OCDE.

Aún así, las clases dominantes se han opuesto abiertamente a los sectores reformistas que hoy están en el gobierno, dejando en claro que no están dispuestas a ceder sin lucha y sin que el gobierno les haga concesiones en su beneficio. Han hecho saber además que responderán de cualquier manera al gobierno, incluyendo un golpe de Estado de ser necesario.

Algunas promesas tan sentidas por las masas, como lo es la reforma policial y el desmonte del ESMAD, así como la liberación de los presos por luchar, no han sido cumplidas por el gobierno. La Policía continúa dependiendo del Ministerio de Defensa; el ESMAD no fue desmontado, sino que le cambiaron el nombre y los uniformes, y en cuanto a los presos del levantamiento popular, de 537 compañeros solamente han sido liberados alrededor de 100, la mayoría por vencimiento de términos.

En general, los problemas económicos, políticos y sociales que originaron el levantamiento popular iniciado el 28 de abril del 2021 no han sido resueltos. Solamente ocurrió que la rebeldía y la iniciativa de la lucha directa de las masas fue contenida por algunos meses, gracias a la confianza depositada en el gobierno del cambio.

Ante esta situación y en un nuevo aniversario del 28 de abril, invitamos a la clase obrera y a las masas laboriosas del país a persistir en el camino de la lucha. Los problemas no podrán ser resueltos desde las instituciones del mismo Estado que puso en evidencia durante el levantamiento popular a qué clases sociales sirve. El reformismo, a pesar de sus buenas intenciones, ha demostrado sus límites.

Para el pueblo trabajador colombiano va quedando claro que no es posible un acuerdo nacional o la conciliación con sus enemigos, explotadores y opresores. Que necesita un gobierno verdaderamente obrero, campesino y popular. Pero para lograr tan anhelado gobierno es necesario persistir en la lucha y avanzar en la unificación de las que ahora mismo se están librando por separado. En ese sentido, es necesario rescatar y retomar las Asambleas Populares, impulsarlas no solo por sectores sociales, sino por regiones y a nivel nacional. Que estas asambleas populares sean las que orienten y organicen la lucha, que recojan las principales exigencias y estas sean consignadas en un Programa de Lucha de todo el pueblo colombiano. Debemos avanzar en la unidad popular en torno a las Asambleas, convirtiéndolas en verdadera manifestación de un nuevo poder, del poder popular enfrentado a las instituciones del Estado capitalista.

¡Contra las clases dominantes y su Estado, organizar las Asambleas Populares!

Comité Ejecutivo – Unión Obrera Comunista (mlm)
Abril 28 2024

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