¡DIVIDIR A LOS TRABAJADORES ES AYUDAR A LOS EXPLOTADORES!
Son cada vez más punzantes las pugnas al interior de los enemigos del pueblo. Dos sectores burgueses se enfrentan febrilmente: la facción del gobierno encabezada por Santos, el jefe de los «falsos positivos», el mismo criminal que hoy se esconde tras el emblema de la «paz», y la facción opositora comandada por Uribe, mafioso jefe paramilitar, el mismo asesino que hoy se proclama defensor de la «justicia» y los «derechos democráticos». Son dos bandos enemigos del pueblo, igualmente mentirosos y peligrosos; su justicia es la dictadura de los capitalistas; su igualdad es la explotación; su paz es la guerra contra el pueblo; en ninguno de esos bandos se puede confiar, juntos son compulsivos representantes de las clases opresoras y explotadoras del pueblo colombiano. La división entre los enemigos los debilita, y esa debilidad se convierte en una reserva indirecta favorable para avanzar en la lucha directa de los trabajadores.
Sin embargo, tan buena ventaja para la lucha de los trabajadores, se echa a perder por culpa de los jefes politiqueros y patronales de los partidos reformistas y de las centrales sindicales, dedicados a disuadir la rebelión de las masas, a desviar y desalentar sus luchas, como en efecto lo hacen hoy bajo el membrete del «Comando Nacional Unitario» y de la «Coordinadora de organizaciones sociales y políticas», reduciendo a la jornada del 17 de marzo, el justo anhelo y necesidad del pueblo colombiano de enfrentar al Estado, al Gobierno y a los capitalistas, con un Paro Nacional Indefinido. Los jefes politiqueros y patronales pretenden quedar bien con dios y con el diablo. Se abrogan el derecho de redactar un pliego de exigencias en el que incluyen intereses de los enemigos capitalistas como es la «defensa de la producción nacional», mientras utilizan la frase vacía de la OIT «promoción del empleo en condiciones de trabajo digno y decente» para mutilar problemas tan sentidos de los asalariados como la tercerización.
El colmo de la traición de estos jefes politiqueros y patronales es su descarado compromiso servil con los enemigos del pueblo, declarado abiertamente en el encabezado del «pliego»: «Las organizaciones firmantes apoyamos las negociaciones del gobierno nacional con las guerrillas para poner fin al conflicto interno». En vez de contribuir a la preparación de un verdadero Paro Nacional Indefinido contra todos los capitalistas y en lugar de aprovechar las peleas intestinas de los enemigos para fortalecer las luchas del pueblo, los jefes politiqueros y patronales utilizan el Paro para dar apoyo a la criminal política pacifista del Gobierno. Con eso, lo único que hacen es atravesar un palo en la rueda del Paro Nacional Indefinido. Al introducir de contrabando en sus «exigencias» la gran mentira de que la «paz de La Habana» será determinante para resolverlas, se ponen del lado de la facción gobernante de los enemigos del pueblo, con lo cual debilitan las fuerzas del Paro, chantajean y dividen a los trabajadores, lo cual no es más que ayudar a los enemigos explotadores ahora muy debilitados por sus pugnas internas, desprestigiados por la corrupción de sus gobernantes y odiados por la racha de imposiciones que desangran más el ya raquítico salario de los trabajadores.
Es también necesario confrontar fraternalmente las vacilaciones manifiestas en sectores del Movimiento E-24 de aceptar el chantaje de los jefes politiqueros y patronales. Insistir hasta el cansancio que un Paro Nacional Indefinido no puede ser dirigido por tales jefes vistos abrazados tanto con Santos y sus secuaces de la unidad nacional, como con Uribe y su séquito del Centro Democrático. Son abiertos colaboradores de los enemigos del pueblo, que no pueden ser los dirigentes ni representantes de las masas en un Paro Nacional Indefinido contra el Estado, contra la superexplotación capitalista, contra las imposiciones imperialistas, contra las políticas anti-obreras y antipopulares del Gobierno. Si las vacilaciones se imponen en el Movimiento E-24 y éste se somete al chantaje del Comando y la Coordinadora, por la aparente ventaja de firmar al pie de la burocracia patronal, habrá sacrificado su principal identidad: la independencia frente a los politiqueros y a los jefes de las centrales sindicales.
Y si ocurriera ese traspiés, la verdad sigue siendo que el Paro Nacional Indefinido es una necesidad objetiva de la lucha de clases en la sociedad colombiana, porque es la forma de responder ahora a la superexplotación y la tiranía de los opresores. La necesidad de un Paro Nacional Indefinido es completamente opuesta a la «paz» pregonada por el gobierno y sus compinches que significa no a la lucha de clases, no a las vías de hecho, no a los paros y huelgas políticas de masas contra el Estado representante de los explotadores.
La tarea revolucionaria sigue siendo unir y organizar con independencia las fuerzas del pueblo, denunciar y aislar a las camarillas traidoras de los partidos y las centrales sindicales cuyo falso compromiso con el Paro lo confiesan en una alambicada comunicación a su jefe Santos presentando el «pliego» donde dicen textualmente: «hemos decidido convocar, organizar y llevar a cabo una JORNADA NACIONAL DE PROTESTA bajo la figura de un PARO NACIONAL».
No se puede caer en la trampa de que la jornada del 17 de marzo resuelve la necesidad del Paro. Es ahora cuando más hay que persistir en la preparación de un verdadero Paro Nacional Indefinido, aprovechando al máximo la debilidad de los explotadores, el desprestigio del gobierno corrupto y del Estado podrido de los ricos.
Persistir en clarificar y criticar las ideas incorrectas de los activistas del Paro, elevar su nivel de conciencia, cerrar filas contra la ofensiva de las camarillas politiqueras y sindicales, disputar con audacia la dirección del movimiento, y confiar en que son las masas la fuerza real del Paro y junto con ellas se conquistará la victoria.
Comité Ejecutivo – Unión Obrera Comunista (mlm)
Marzo 12 de 2016