Para un número muy minoritario de trabajadores, «votar en blanco» o «anular el voto», representa una manera ingenua y espontánea de rechazo a la politiquería donde todos los candidatos son peores y gane quien gane al pueblo nada le toca.
Para un sector de la democracia pequeñoburguesa, especialmente de la intelectualidad, «votar en blanco» es una manifestación consciente de indignación y repudio a la putrefacción del Estado y de rechazo a todos los candidatos por corruptos; posición comprensible dada su confianza en las instituciones de la democracia burguesa y su ilusión en transformarlas y hacer de la política burguesa algo transparente y decente; es decir, por lo que Marx y Engels llamaron la fe supersticiosa en el Estado.
Pero otra cosa es la posición de partidos que diciéndose revolucionarios, llaman al pueblo a «votar en blanco», dizque en rechazo a los «malos» candidatos para así obligar —en caso de triunfar— a repetir las elecciones con nuevos candidatos «no tan malos». Franca leguleyada que termina siendo igual a la posición de «no votar por los mismos» de cuyo beneficio para los opresores y perjuicio para el pueblo, se trató en el Editorial anterior.
El «votar en blanco» es una ilusión pequeñoburguesa y otra forma oportunista de embaucar al pueblo en la creencia del poder decisorio de su voluntad electoral, cuando tal poder en la democracia burguesa pertenece al capital; y lo más grave, ilusionar a los trabajadores con nuevos candidatos «menos peores» que sí gobernarían en favor de los explotados, pasando por alto, eludiendo, «olvidando», que el Estado colombiano tiene carácter de clase: es la fuerza política y militar organizada de las clases explotadoras donde todo gobierno debe servir a sus intereses.
Hace años en las páginas de este medio, se publicó una columna cuya vigencia permite reproducirla a continuación:
El VOTO EN BLANCO Ilusiona al Pueblo y Beneficia a los Opresores
Ante la imposición del Estado y de los patrones, de exigir el certificado electoral a los trabajadores para otorgarles un tiempo compensatorio, o algún beneficio para estudio, libreta militar, etc., muchos trabajadores que odian la politiquería, deciden anular el voto o votar en blanco.
Se puede decir, que este sería un «pecadillo venial» de los explotados, nunca comparable al gran engaño que promueven los oportunistas, en particular los trotskistas, de invitar a «votar en blanco» no solo a la minoría de trabajadores todavía crédulos en el «poder de las urnas», sino incluso pretendiendo atraer a la gran masa abstencionista hacia la trampa electorera, todo con el piadoso y leguleyo argumento de rechazar a los candidatos burgueses y obligar a una nueva elección si los tales «votos en blanco» son mayoritarios. ¡Este sí que es un crimen contra la conciencia de los proletarios!
El «votar en blanco» es una forma oportunista de embaucar al pueblo en la mentira de que el Estado es una institución «casi sobrenatural y por encima de las clases», cuando la experiencia histórica y la ciencia del proletariado han demostrado que el Estado es siempre y en todas las sociedades de clases, una máquina de fuerza al servicio de la clase dominante para ejercer su dictadura sobre sus enemigos de clase.
El «votar en blanco» es un engaño que ilusiona al pueblo con el «libre juego electoral» de la democracia burguesa, cuando bien se sabe por la experiencia histórica y la ciencia del proletariado, que la democracia burguesa de los capitalistas es la máscara ciudadana de su dictadura de clase, y en ella no pesa la voluntad y decisión de los electores, sino el poder económico de los capitalistas de cuyos hilos penden las «urnas sacrosantas».
El «votar en blanco» es un embeleco criminal contra el pueblo, porque lo invita a desviarse del camino que él, por sí mismo viene trasegando, en rechazo y rebeldía contra las condiciones de humillación y sufrimientos a las que ha sido sometido por sus enemigos; el camino revolucionario de la lucha masiva directa de los oprimidos y explotados; el camino de la huelga política de masas, trazado en contravía al camino reformista de confiar sus destinos y la solución de sus problemas, a los parlanchines politiqueros del mismo Estado que lo reprime, discrimina y somete a la más brutal explotación.
El «votar en blanco» ¡sólo le sirve a los opresores! para legitimar su dictadura de clase sobre el pueblo, y convertir el incauto y minoritario voto de los ciudadanos, en autorización soberana, de su derecho a seguir gobernando en beneficio y salvaguarda de la propiedad privada capitalista, y del privilegio que ésta les otorga de apropiarse del trabajo de la sociedad.
La farsa electoral necesaria a los partidos reaccionarios para legitimar la dictadura de clase de los explotadores, encuentra en los partidos oportunistas a los bufones especializados en engatusar a la clase obrera y al pueblo con los malabares de «no votar por los mismos» o «votar en blanco» o «anular el voto», y así apartar a los trabajadores de la necesidad de luchar y organizarse con total independencia de sus enemigos. Además de bufones al servicio de los capitalistas, los jefes oportunistas son sus lugartenientes encargados de desmovilizar y apaciguar la rebeldía de los oprimidos y de cultivar la resignación en los explotados mediante el ardid de la «paz social», forma en boga de su vieja política de concertación y conciliación de clases.
Contra la política de «paz social», de sometimiento al Estado reaccionario y de veneración a la hipócrita democracia burguesa, se alza la política revolucionaria que frente a la farsa electoral de la burguesía, llama a NO VOTAR, a transformar la abstención electoral mayoritaria del pueblo colombiano en participación consciente en la lucha de clases, en ayuda a la unión y generalización de las huelgas o paros políticos y económicos que revientan por doquier, en actividad preparatoria de un Paro Nacional Indefinido, que si bien no resolverá de raíz los problemas y sufrimientos de las masas trabajadoras, sí los mitigará y será un paso firme de avance en la lucha política revolucionaria con la cual el pueblo armado destrozará el látigo dictatorial de los capitalistas y romperá para siempre las cadenas de la esclavitud asalariada.
¡VIVA LA LUCHA OBRERA, CAMPESINA Y POPULAR! ¡ABAJO LA FARSA ELECTORAL!
Comité de Dirección
Unión Obrera Comunista (mlm)
Febrero 17 de 2018