Desde que surgieron las Asambleas Populares durante el gran levantamiento popular del 2021, hemos insistido en la necesidad de hacerlas conscientes, impulsarlas y generalizarlas, pues constituyen una creación de los embriones del nuevo Poder del pueblo trabajador.
Y debemos insistir que esa formidable creación de las masas populares tiene gran importancia para la inevitable confrontación contra las clases dominantes y el imperialismo, con mayor razón ahora que esas clases parásitas se niegan a dejar pasar cualquier reforma del gobierno Petro que busque mejorar las condiciones del pueblo, demostrando el fracaso de la conciliación con los enemigos y el tan mentado “acuerdo nacional”, y la imposibilidad de que cumpla con su promesa de resolver las exigencias del levantamiento popular.
El pueblo no tiene otra salida que organizarse para la lucha directa contra sus enemigos y las Asambleas Populares han demostrado ser la forma descubierta por los trabajadores en Colombia, para sacudirse del yugo de la explotación y la opresión capitalista, y la dominación semicolonial imperialista.
Las Asambleas Populares son necesarias, porque son expresión de la unidad del pueblo trabajador para lucha contra los enemigos comunes desde abajo y sin el permiso de nadie, donde confluyen tanto las organizaciones obreras, campesinas, indígenas, de mujeres y jóvenes, así como colectivos y organizaciones de diversa índole (políticas, primeras líneas, ambientalistas, artísticas, etc.), como las masas no organizadas que constituyen la inmensa mayoría, tal es el caso de los trabajadores temporales, los jornaleros, los desempleados, los vendedores ambulantes, los estudiantes, las cuidadoras, los viejos y hasta los niños.
Surgieron alrededor de los problemas del pueblo, en medio de la lucha y para determinar las tareas de lucha contra los enemigos; se entiende entonces que no son instrumentos para la politiquería, la conciliación de clases, los pactos sociales o para tranzar con los enemigos del pueblo, sino para organizar la lucha contra el conjunto de las clases dominantes y el imperialismo que tienen en el Estado a su máximo representante.
Las Asambleas Populares son además de necesarias la mejor forma alcanzada, porque esa unidad se construye con la democracia directa del pueblo desde abajo;por tanto, no están sometidas a ninguna otra autoridad que la propia, donde se discuten los problemas del pueblo y se toman decisiones que se hacen cumplir. En ese sentido son opuestas a la vieja democracia de los explotadores que solo le permiten al pueblo votar cada cuatro años por quienes ellos digan, entregándole su destino a los politiqueros en el parlamento y a la costra burocrática de funcionarios corruptos incrustados en todo el aparato del viejo y podrido Estado de los explotadores.
La experiencia del levantamiento popular demostró que existe otra forma de gobernar, distinta a la que venden los explotadores. Las Asambleas Populares organizaron todos los asuntos de la comunidad: la alimentación con la creación de las ollas comunitarias; la educación con la creación de bibliotecas en los CAI abandonados de la Policía y brindando clases y recreación a los niños; la salud mediante la creación de puestos de atención y hospitales para atender a los heridos por las fuerzas militares; la seguridad para neutralizar a los bandidos y combatir a las fuerzas criminales del Estado, construyendo un sistema de defensa y ataque que involucraba toda la comunidad, desde las primeras líneas y las milicias hasta la atención a los heridos y detenidos, pasando por el suministro de piedras, bombas molotov, agua… a los combatientes; la justicia administrada de manera rápida imponiendo castigos ejemplares a los ladrones, como obligarlos a redimirse devolviendo lo robado y participando en la olla comunitaria.
Al examinar los levantamientos populares que ocurrieron y están sucediendo alrededor del mundo, surge otra relación de las Asambleas Populares y tiene que ver con la lucha que libran el proletariado y los pueblos del mundo contra sus propias clases dominantes y los imperialistas de América, Europa y Asia, y es que todos tienen las mismas exigencias porque enfrentan a los mismos enemigos de la humanidad: los grandes monopolios, los expoliadores de los trabajadores, los saqueadores de los países oprimidos, los que imponen de todas las medidas dictadas por el FMI, el Banco Mundial y demás instituciones del imperialismo. Esto es, existe una lucha común de los pueblos del mundo contra los mismos enemigos, y eso les da a las Asambleas Populares un carácter internacionalista que debe hacerse consciente para aprender de las distintas experiencias, establecer lazos de amistad y generalizar la lucha.
Si se tienen en cuenta las características de las Asambleas Populares como formas de organización que tienen completa independencia del Estado, del Gobierno y los partidos de los enemigos; como formas para la lucha política contra los enemigos y el Estado; como formas para ejercer la democracia directa del pueblo; como formas de ejercer el gobierno popular, como formas de ejercer el internacionalismo… Todas estas características son las que las determinan como un Poder Popular opuesto al viejo poder de los explotadores.
Para los revolucionarios las Asambleas Populares se convierten entonces en una forma de vincularse a las más amplias masas del pueblo para contribuir a elevar su conciencia, su organización y movilización, a la vez que les permite establecer acuerdos y unirse con otros revolucionarios estableciendo un frente alrededor de las demandas populares, demostrando en el trabajo y al calor de la lucha la validez de sus postulados programáticos y estratégicos, creando a su vez el mejor ambiente para la sana lucha de opiniones alrededor de las inevitables divergencias.
La Unión Obrera Comunista (mlm) ratifica su disposición de trabajar mancomunadamente con otros destacamentos comunistas y revolucionarios alrededor del impulso y realización de las Asambleas Populares, y en ese sentido los llama a sumarse a los esfuerzos que vienen realizando los compañeros que llevaron a cabo la Asamblea Nacional Popular Independiente – ANPI el 13 y 14 de julio pasado.
Convoca a los dirigentes y activistas de las organizaciones sociales a vincularse a esta iniciativa que constituye el camino correcto para enfrentar a los odiados enemigos del pueblo. Así se forja ahora la unidad del movimiento para darle continuidad a la lucha revolucionaria por los cambios estructurales, que no serán posibles desde las instituciones del Estado burgués, esa vieja máquina podrida, corrupta y servil a los intereses de burgueses, terratenientes e imperialistas, la cual ya no es posible reformar sino que debe ser destruida para instaurar el nuevo Poder Popular, ese sí capaz de liberar la sociedad de la esclavitud y restablecer las relaciones que impidan la destrucción de la vida en el planeta.