Este año el camarada Vicente nuevamente hizo mucha falta. La Roja Bandera, Su Bandera, no se vio en una de las manifestaciones realizadas en Colombia y los obreros revolucionarios la extrañaron, así como extrañaron a su orgulloso portador, quien la ondeaba sembrando temor entre los oportunistas y júbilo entre los proletarios que luchan por construir su Partido independiente y acabar con toda forma de explotación y opresión sobre la tierra.
Informan los camaradas que la Bandera de Vicente, nuestra Bandera, sufrió un percance y se deterioró. Dicen que desgraciadamente no estaba presentable para el Día Internacional de la Clase Obrera de este año; no alcanzaron a restaurarla, pero se comprometen solemnemente a enarbolarla con mayor firmeza y energía.
No olvidaron la Bandera ni a Vicente quien sigue viviendo en los corazones de quienes lo conocieron y sigue siendo ejemplo para los continuadores de su causa: su vida de entrega a la lucha por la emancipación de la clase obrera, su ejemplo de dirigente intachable, su firmeza y convicción revolucionarias son inolvidables.
Y justamente por eso, una de sus hijas envió el Primero de Mayo a un camarada un testimonio que muestra quién era Vicente y por qué su muerte sigue pesando más que una montaña.
TESTIMONIO DE UNA DE LAS HIJAS DEL CAMARADA VICENTE
Buenos días compañero:
Hoy es un día muy especial para todos ustedes al igual que lo era para mi padre.
No se alcanza a imaginar cuántos recuerdos se me han venido a mi mente cuando mi viejo era ordenando todo con los panfletos y su adorada bandera. Corra para allí y corra para acá. Cómo madrugaba porque para él ese día no podía faltar. ¡Qué tiempos de compañerismo!
Pero bueno, sólo nos queda ese recuerdo de su vida. ¡Qué tarde vinimos a entender!
En fin, a pesar de todo fue un hermoso legado que no olvidaremos.
A todos ustedes un saludo fraternal y que este memorable día sea muy especial.
Un abracito a todos los compañeros se les quiere mucho.