¡LA DESFACHATEZ DE LOS JEFES DE LAS CENTRALES SINDICALES!

¡LA DESFACHATEZ DE LOS JEFES DE LAS CENTRALES SINDICALES! 1

La «denuncia» hecha por los jefes de la CUT a los dirigentes de Sintrainagro por su apoyo al politiquero Duque candidato presidencial de la mafia uribista, fue completamente revocada el Primero de Mayo, cuando en contubernio con los jefes de las otras centrales, cedieron la tribuna a otros politiqueros y candidatos de la calaña de Claudia López, Robledo, Petro, De la Calle… igualmente instrumentos de los explotadores para embaucar al pueblo en la trampa electoral.

Se sabe que los jefes de Sintrainagro han sido unos peleles del poder paramilitar uribista y por eso no es extraño que ahora muestren su faz anti-obrera dando apoyo abierto al partido político de la extrema derecha etiquetado como «centro democrático».

Se sabe también que los jefes de las centrales sindicales y los jefes oportunistas, comprometieron a confederaciones, federaciones y sindicatos, a respaldar la reelección presidencial de Santos, antes ministro de los «falsos positivos»; que esos mismos jefes han sido portavoces del reaccionario gobierno de Santos en el movimiento sindical y son pregoneros de la paz sepulcral de los opresores. No sorprende entonces que estos bufones de la farsa electoral, promuevan el apoyo sindical a partidos reformistas pequeñoburgueses y partidos reaccionarios burgueses, cuyas diferencias con el partido de los uribistas son sólo graduales, pues todos —partidos y candidatos— son simples instrumentos de las clases dominantes para legitimar su poder político estatal y garantizar la vida parásita que llevan a expensas de la explotación de los trabajadores.

Los jefes de las centrales sindicales y los jefes oportunistas de partidos que se llaman de «izquierda», han sido por décadas dóciles mandaderos de los capitalistas para amordazar la lucha del movimiento sindical frente al terror estatal, frente a las leyes y códigos policiales contra los trabajadores, frente a las políticas gobernantes que en favor de los patronos legitiman la pavorosa superexplotación del trabajo asalariado. ¡Por eso la burguesía los premia con cargos ministeriales y favores diplomáticos!

No bastándoles su prontuario de traiciones a la clase obrera, de nuevo la agraviaron mancillando su día internacional de lucha. Los amargos recuerdos de los años 30 del siglo XX, cuando la política liberal burguesa empezaba a cabalgar en la dirección del naciente y aguerrido movimiento sindical independiente, y sus nuevos jefes cedían la tribuna del Primero de Mayo y llamaban «compañero» al Presidente de la época, se han revivido con esta afrenta de los actuales jefes sindicales y oportunistas, quienes hablan y hablan de los problemas de los trabajadores pero en los hechos son verdaderos lugartenientes de los explotadores. ¡Su desfachatez demuestra que sobran razones para llamarlos traidores y vende-obreros!

Y si en las tarimas del Primero de Mayo los jefes vende-obreros le entregaron el micrófono a los asquerosos politiqueros para engatusar con su farsa electoral; en las calles y en las plazas, también los jefes de sindicatos de base, de organizaciones de masas, de asociaciones populares, de organizaciones revolucionarias —muchas de ellas agrupadas en Bloques internacionalistas, revolucionarios, anti-imperialistas— a voz en cuello denunciaron la politiquería electoral y llamaron a ¡no votar, a organizar la lucha obrera, campesina y popular!

Si en la derecha los jefes vende-obreros hablaron solo de los problemas nacionales y desentonaron con el reaccionario himno nacional burgués; en la verdadera izquierda los jefes sindicales y revolucionarios, hicieron conciencia del carácter internacional de la clase obrera, de la necesidad de luchar como una y la misma clase en todos los países, de su futura e inevitable victoria sobre el podrido sistema capitalista, tal como lo evocan las estrofas del combativo y revolucionario himno mundial de la clase obrera —La Internacional— entonada sin cesar por los manifestantes.

Los jefes vende-obreros llamaron a la paz con los enemigos del pueblo y a salvar el capitalismo. Los jefes revolucionarios llamaron a participar consciente y organizadamente en la lucha de clases para destruir el capitalismo y acabar toda forma de explotación del hombre por el hombre.

¡NI EL ESTADO, NI LOS POLITIQUEROS! ¡SÓLO EL PUEBLO SALVA AL PUEBLO!

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