Con el paso indeclinable del tiempo, llega un nuevo año a nuestro rumbo, nuevas vidas han parido nuestras madres, fuerzas nuevas que prometen reverdecer los sueños, y mantener en alto la esperanza del mañana llevando así a buen puerto el gran legado.
Otras vidas han dejado de existir, el año que fenece los ha llevado en su regazo, unos en su justo momento natural, pero no pocos a destiempo bajo la brutal guillotina del poder, del disparo asesino del sistema, por la digna condena de ser leña que hace la pradera arder.
El que termina es uno menos de vida del sistema, y el que comienza uno más cerca del nuevo poder; un nuevo año auguras grandes cambios, el imperio recrudece su furia al borde de su fosa, y en las entrañas del pueblo, paros, asonadas, levantamientos y guerras populares, ennoblecerán la gallardía de quienes todo lo darán; lo darán por la lucha, por la vida, por el planeta, por su pueblo, por el triunfo, por la unidad, por el Partido y por la Internacional.
Que los próximos 365 días por vivir, Sean un profundo y letal clavo en la tumba del decrépito mundo burgués, y de lucha y construcción del auténtico paraíso bello de la humanidad.
Dic31/2022
Ricardo Páez