¡NO VOTAR! ¡UNIR Y GENERALIZAR LUCHA OBRERA, CAMPESINA Y POPULAR!

Los candidatos posaron ante el pueblo como sus salvadores, prometiendo soluciones a todos sus problemas. En campaña, saludaron, dieron la mano, visitaron los barrios populares y se «untaron» de pueblo… Pero cuando se posesionen en sus cargos, ninguno cumplirá sus promesas, y cuando la lucha popular exija las soluciones que prometieron, enviaran como siempre las fuerzas del ESMAD de la Policía a reprimir la justa protesta de los pobres. Este circo de las promesas incumplidas se repite cada tres o cuatro años.

Todos los politiqueros, incluidos los que se dicen de izquierda o revolucionarios ENGAÑAN AL PUEBLO haciéndole creer que los elige con su voto y esto no es verdad. En realidad son los ricachones holgazanes los que financian las campañas y ponen los medios de comunicación al servicio de los ganadores, pues el Gobierno es la junta que administra los negocios comunes de los explotadores. Por eso, independiente de los deseos, quienes llegan al Gobierno tienen que cumplir la agenda impuesta por los ricos que los eligieron.

Donde una minoría explotadora vive del trabajo de la inmensa mayoría, las elecciones son una farsa; una comedia montada para hacerle creer a los pobres que existe democracia, cuando en realidad las libertades democráticas son para los ricos que no trabajan, mientras que para el pueblo trabajador se aplica una brutal dictadura. Por eso con cada nuevo Gobierno, local, regional o nacional, empeoran las condiciones de los trabajadores, aumentan los impuestos, se elevan las tarifas de servicios públicos, desmejoran los servicios básicos, crece la represión contra los pobres…

Pero además de eso, el Estado es una máquina burocrática militar podrida hasta los tuétanos, donde la corrupción, el tráfico de influencias y el robo, son el pan de cada día. Una máquina podrida que no sirve al desarrollo de la sociedad y por eso todos los politiqueros durante las elecciones prometen moralizarla y corregir sus defectos, pero todo empeora gobierno tras gobierno.

Por esas razones, durante muchos años la inmensa mayoría del pueblo colombiano ha rechazado la farsa electoral, la politiquería, la corrupción y la podredumbre estatal; pero no basta con esto para cambiar la situación, pues de todas maneras los ricos siguen imponiendo a los individuos que aplastan al pueblo desde el Gobierno. De ahí que se necesita ir más allá de ¡NO VOTAR! hay que atreverse a ¡ORGANIZARSE Y LUCHAR!.

Por eso, para estas elecciones, un grupo de personas sencillas del pueblo lograron organizar Comités Contra la Farsa Electoral en varias ciudades, proponiéndose hacer conciencia llamando a ¡NO VOTAR! y a ¡UNIR Y GENERALIZAR LUCHA OBRERA, CAMPESINA Y POPULAR!, a lo cual han contribuido los distribuidores del periódico Revolución Obrera.

No hay que respaldar, ni la politiquería, ni la farsa electoral; no hay que votar, ni siquiera en blanco o anular el voto, pues al final de cuentas esto termina respaldando el circo electoral y la dictadura de los ricos.

Es de luchadores denunciar la politiquería y la podredumbre del Estado burgués, pero hay que unir esto a la voluntad del pueblo trabajador, de los obreros y campesinos, de los estudiantes y maestros, de los hombres y mujeres que no están dispuestos a seguir soportando la explotación y la opresión de un puñado de oligarcas para alzar la voz y decir ¡BASTA YA!.

En esta etapa final de campaña electoral, los trabajadores y usuarios de la salud amenazada, los obreros despedidos, los desplazados ignorados, los vendedores ambulantes perseguidos, los viviendistas despojados, los recicladores engañados, las mujeres discriminadas, los jóvenes criminalizados… deben persistir en el camino de la lucha y avanzar en la unidad para enfrentar a los enemigos comunes en un solo movimiento de clase, confiando en su razón y en su propia fuerza, rechazando el camino de la politiquería: ¡NI EL ESTADO, NI LOS POLITIQUEROS: SOLO EL PUEBLO, SALVA AL PUEBLO!.

El pueblo trabajador no padecerá la explotación y la opresión eternamente; no está condenado a vivir como esclavo de los ricos, ni sometido al Estado que defiende sus privilegios. Se puede cambiar la situación, pero con unidad, organización independiente del Estado y de los politiqueros, y enfrentando a los explotadores; esto exige convertir la justa rebeldía de los trabajadores en lucha por la revolución socialista que acabe con la propiedad privada de los grandes fabricantes, comerciantes, transportadores, banqueros y terratenientes y prohíba la explotación de unos hombres por otros. Y para alcanzar ese objetivo es necesario conquistar el poder del Estado.

Denunciamos que el Estado burgués, es una máquina podrida que no tiene arreglo posible y no sirve al objetivo de la liberación del pueblo, sino que debe ser demolida, destruida y enterrada para sustituirla por una nueva forma de Estado, el de los obreros y campesinos. Esa es la única manera que los trabajadores tienen para tomar las riendas de la sociedad, uniendo el poder legislativo y ejecutivo y haciendo valer su voluntad con la fuerza de su organización desde la base, acabando así con la burocracia parásita. De esta manera se removerá en cualquier momento a los funcionarios que no cumplan las decisiones de la mayoría, se les pagará un salario igual al de cualquier trabajar común, acabando con sus privilegios y con la corrupción estatal.

Finalmente, ese nuevo Estado no tendrá unas fuerzas militares separadas del pueblo, sino que todo el poder descansará en el armamento general, así se acabará con la policía y el ejército, los llamados falsos positivos y el atropello a las organizaciones populares: ¡ABAJO EL PODRIDO ESTADO BURGUÉS Y SUS ELECCIONES, VIVA EL FUTURO ESTADO DE OBREROS Y CAMPESINOS!.

Si usted es de los que no traga entero; si es de los que se atreven a buscar la verdad y el por qué de la situación; si es de los que no cree en los politiqueros, debe unirse al rechazo consciente a esta farsa, denunciándola por todos los medios, con las anteriores consignas.

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