¡Viva la justa lucha de los aprendices SENA!

Sena

Con la aprobación de la Reforma Laboral en el Congreso, la situación de los cerca de 400 000 aprendices del SENA va a cambiar, empezando porque se elimina el llamado contrato de aprendizaje y se reemplaza por un contrato laboral formal. En la fase lectiva (formación teórica en el centro SENA), pasarán de recibir el 50% de un salario mínimo mensual al 75 % del salario mínimo, es decir, $ 1 067 625. Y en la fase productiva (en empresas), pasan de percibir el 75% de un salario mínimo mensual a un salario mínimo mensual del 100%, que hoy corresponde a $ 1423 500. Además, deben estar afiliados al sistema de seguridad social (salud, pensión, ARL, primas y vacaciones). Hoy, más de 26 mil empresas tienen contratos de aprendizaje con el SENA. Las empresas que no cumplan con la cuota obligatoria de aprendices deberán pagar al Sena un valor mensual equivalente a 1,5 salarios mínimos por cada aprendiz no contratado, es decir, $ 2 135 250.

Actualmente los aprendices del SENA son aún más superexplotados que los obreros que son contratados por los capitalistas. Son supernumerarios que cumplen diversas funciones, con un sueldo miserable. A pesar de ser aprendices, es decir, generalmente jóvenes que están poniendo en práctica lo que aprendieron teóricamente en el centro de estudios, son exigidos de la misma forma que un obrero experimentado, por menos salario, sin prestaciones, sin posibilidad de sindicalizarse y proteger sus derechos más básicos. Con la reforma, es evidente que se logró un gran avance en la mejora de sus condiciones laborales, iniciando porque tendrán un contrato laboral con prestaciones, pasando por el incremento de su ingreso económico. En medio de los debates por la aprobación de la Reforma Laboral, la representante a la Cámara María Fernanda Carrascal denunció que 147 aprendices del Sena murieron entre 2 022 y 2 023 por accidentes laborales, es decir, por terrorismo patronal en contra de la clase obrera.

Desde las clases dominantes repudiaron la reforma laboral aprobada en esos artículos que recuperan lo que el régimen de Uribe les arrebató a los aprendices en 2003. Los comerciantes desde Fenalco afirmaron que el «Acuerdo de aprendices del Sena es absurdo y se convierte en un nuevo golpe para las empresas y el mercado laboral en el país». La reaccionaria senadora uribista Paloma Valencia, afirmó que el «Contrato de aprendizaje no es laboral, se trata de una obligación del Estado. Muchas empresas van a monetizar y los jóvenes perderán su oportunidad de aprender y trabajar». En general, los aprendices del SENA son rechazados por los capitalistas porque consideran que su educación no es de calidad, que no se ajusta a la realidad del mercado, que no les pueden evaluar el desempeño, entre otras cosas. Ante estas críticas, es necesario responder con la lucha por el fortalecimiento del SENA, por volverlo más científico, más moderno, no por acabarlo como desean los capitalistas para garantizar en sus manos el monopolio de la educación.

Sin embargo, a la hora de superexplotar esta mano de obra calificada que es remunerada por debajo del salario mínimo o apenas con un salario mínimo a partir de que se ponga en marcha la reforma laboral, no le ven muchos problemas, porque en la práctica son abusados laboralmente y exprimidos en su jornada laboral para que rindan más que los obreros que ya hacen parte de la nómina de la empresa. Si pudieran, los capitalistas mantendrían en el régimen de la esclavitud a los aprendices, apenas les darían pan y agua para que sobrevivan. ¡Pues no! Este es un derecho conquistado por medio de la lucha directa que generaciones atrás libró la clase obrera para que la juventud obrera se vinculara en condiciones decentes al mundo laboral. Y el logro que se tiene con esta nueva reforma laboral, aunque quedó viva la monetización —pago que hacen los capitalistas para no vincular aprendices SENA—, es muy grande respecto al retroceso que tuvo la joven clase obrera durante el régimen de la mafia uribista.

Hoy se ven los frutos de los paros, huelgas, marchas, detenidos y muertos que han puesto miles de luchadores del SENA durante varias generaciones. La lucha directa se ve reflejada en leyes, lo que hoy conquistaron los aprendices SENA no es un regalo del Estado burgués-terrateniente, ni una conquista apenas del gobierno reformista. Sin lucha no hay victoria, y la comunidad del SENA luchó por años por impedir su extinción, por mejorar el financiamiento estatal, por exigir que los aprendices sean contratados en mejores condiciones por los capitalistas. Este es un gran paso en la lucha por la educación del pueblo y mejores condiciones laborales para la clase obrera.

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