Millonario autoatentado de la mafia uribista

Millonario autoatentado de la mafia uribista 1

Según la Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP), el Ministerio de Defensa, en cabeza de Diego Molano, derrochó casi $900 millones del erario, creando un montaje digital durante el Paro Nacional que inició el pasado 28 de abril. El objetivo fue crear la percepción de que la Policía, el Ministerio y las Fuerzas Armadas, estaban siendo blanco de un ataque cibernético el 6 de mayo pasado.

Esa mañana, en las redes sociales y la página web de esas entidades estatales, se pudo ver un mensaje que decía «Intento de bloqueo». Más tarde, y sin ninguna explicación, colgaron en redes propaganda con el siguiente mensaje: “La verdad en un mar de mentiras #ColombiaEsMiVerdad” y adicionalmente, en un video se escuchaba una voz que decía: “nos intentan bloquear, pero nosotros seguimos de pie”.

Mientras el régimen de la mafia asesinaba en las calles del país a decenas de jóvenes; a su vez usaba la internet para victimizarse con un falso ataque digital para desviar la atención de los centenares de videos e imágenes que evidenciaron los abusos de las fuerzas armadas del Estado burgués-terrateniente, como parte del terrorismo de Estado usado en su máxima expresión por la mafia en el poder. En ellos, se podían ver policías y paramilitares disparando sus armas de fuego directamente contra la humanidad de los manifestantes que se defendían con escudos y cascos improvisados.

El régimen de la mafia uribista no ahorró esfuerzos y dinero a la hora de manipular la consciencia de las masas usando los medios de comunicación masivos, y por lo menos en este falso ataque, se conoció que la empresa que creó el montaje digital fue Alotrópico S.A.S., con la cual firmaron un contrato ¡por casi 900 millones de pesos!, con el fin de «mejorar la “percepción ciudadana” y “proteger los imaginarios colectivos” de los colombianos sobre la seguridad y defensa del Estado», según se conoció.

Es decir, el régimen no tiene problema alguno en gastar millonadas para tratar de mejorar su ya impopular imagen, mientras las masas trabajadoras le exigen derramando su sangre y poniendo muertos, presupuesto para la educación, la salud, la cultura, el deporte, alza de salarios, trabajo y que por lo menos no se conviertan en objetivo militar de las clases dominantes por exigir sus derechos.

Ya se sabe que los hackers, periodistas, kpopers, influenciadores y en general, todos aquellos que están contra el régimen de la mafia, son blancos de ataque tanto de la justicia burguesa, como de las bodegas uribistas que actúan en las redes sociales. Como «patrullaje de internet» llamaron a las más de 21 mil horas de navegación, al análisis de 3.700 videos y a los funcionarios que informaban a sus superiores de supuestas noticias falsas. La FLIP también denunció que se creó un equipo de «vigilancia en redes llamado PMU-Ciber que deciden qué es verdad en redes y que no, un equipo conformado por: El Centro Cibernético Policial (CCP), el ColCERT (Grupo de Respuesta a emergencias cibernéticas, el MinTIC, la Dirección Nacional de Inteligencia (DNI), el Equipo de Respuesta a Incidentes de Seguridad Informática (CSIRT), Comando Conjunto Cibernético de las Fuerzas Militares (CCOC) y la Fiscalía».

Por más dinero que el Estado y el régimen destinen para intentar limpiar su imagen y el de las fuerzas armadas, la mancha de sangre del pueblo con que se han untado al asesinarlo por décadas, no se limpiará con absolutamente nada. Así mismo, no pueden ocultar que les ha importado un bledo las necesidades de las masas al aplicar para ellas la austeridad, pero para ciberpatrullajes, viajes, moneditas, camionetas blindadas y francachelas, sí ha habido dinero y de sobra.

Se necesita tumbar al régimen uribista para acabar con la brutal represión con que están asesinando al pueblo desarmado. Las masacres y asesinatos de líderes y firmantes del acuerdo de La Habana, continúan. El pueblo no perdona ni olvida que en los ríos y árboles aparecieron los cuerpos asesinados y torturados por el régimen, de muchos jóvenes que entregaron su vida en medio de la lucha directa que puso a tambalear a la mafia que hoy administra los negocios de la burguesía y los terratenientes desde el poder del Estado.

El llamado es a organizarse para confrontar al régimen asesino y al Estado de las clases dominantes: en Asambleas Populares, en Grupos de Choque y Primeras Líneas, en Milicias y Guardias Populares. Pero también, en el Partido político del proletariado tan necesario para que la vanguardia de dicha clase pueda dirigir y organizar con acierto la Revolución Socialista en Colombia, que por medio de la Insurrección como forma de la Guerra Popular, destruya el Estado sobre el que se sostiene el asesino régimen uribista.

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