Es de conocimiento de todos, la situación que vive el pueblo en cuestión de salud, el paseo de la muerte ronda en cada hospital pues los mercaderes de la salud, hacen su agosto recibiendo billones por parte del Estado, sin prestar un buen servicio y sometiendo a los trabajadores de la salud a la precarización laboral.
Esta situación se agudizo después de la pandemia a tal grado, que ni siquiera garantizan que usted, teniendo un problema grave, lo atiendan por urgencias; ponen auxiliares sin el mínimo conocimiento de un médico en el triage, ponen a los usuarios, no solo a sufrir y a padecer su enfermedad sino a bregar porque aun teniendo exámenes con un dictamen de situación grave, les ordenan más exámenes, para que la enfermedad le vaya matando lentamente.
El sistema moribundo es el causante de todo el sufrimiento de la clase explotada, pero en especial de los más vulnerables como los niños y los adultos mayores, a quienes el Estado putrefacto no los atiende, solo los tortura alargando su sufrimiento. Son diarios estos casos que no denuncia el pueblo porque se siente impotente, pues no encuentra en las entidades estatales de protección al usuario una respuesta rápida, caso de la Super Intendencia de Salud, ni en las organizaciones de usuarios de la salud para que actúen, no conforme a la ley, sino con la lucha directa para exigir en los hechos el derecho fundamental a la salud
Es muy doloroso saber que las ESP niegan cambiar la posibilidad de ser atendido en un municipio distinto al lugar de origen, a pesar de solicitarlo varias veces; niegan la atención prioritaria, aún a pesar de sufrir los dolores de un cáncer; niegan la atención de un adulto mayor por solo ser viejo, “atienden” a los jóvenes, pues el viejo no merece si quiera que sus últimos días viva con dignidad. Esto solo merece el odio de clase contra los explotadores, que se ríen de frente ante la clase obrera. El sufrimiento en todos los sentidos de los explotados por parte de los explotadores, debe tener justicia.
La agudización de la contradicción principal entre la burguesía y el proletariado se hace cada vez más profunda, y antagónica, tanto que cualquier chispa encenderá la pradera y no es para menos, la situación que los oprimidos sufren en una sala de urgencias, en una cita médica y ante una hospitalización, o todo cuanto tenga que ver con la salud, necesariamente generará resistencia. El capitalismo hoy no ofrece nada para la clase obrera más que su podredumbre, por tanto, los trabajadores deben rebelarse contra esa opresión.
Para la muestra de la miserable situación actual en salud, fue lo sucedido con Liliana María Ceballos Jiménez de 51 años, quien estaba hospitalizada en Sabaneta Antioquia, por varios asuntos de salud que la aquejaban pero que de igual manera fueron ignorados, posteriormente muere, ante la negligencia de los traficantes de la salud.
Llamamos al pueblo a no esperar que desde el Congreso se vaya a resolver la grave situación de la salud, e incluso, así pase la Reforma a la Salud, esta no garantiza efectivamente el derecho que todos los colombianos deben tener, según reza en La Constitución, a un servicio gratuito y de calidad. Es urgente retomar las Asambleas Obrero Populares para organizar la lucha, exigiendo la abolición de Ley 100 y la salud como un derecho fundamental.
Llamamos igualmente a hombres y mujeres consientes a organizarse en alguna forma en cuanto a las tareas de la revolución y especialmente de la preparación del Congreso del Partido, hoy la Unión Obrera Comunista (mlm) llama al proletariado, a decidirse a construir el Partido, crear los comités de mujeres y otras formas de organización, para participar activamente en las tareas de la revolución.
La sociedad colombiana está hastiada de problemas y solo el Partido de la clase obrera, trabajará por sus verdaderos intereses, nadie más, ni los reformistas, ni los capitalistas, ni quienes se declaran Partido de la clase obrera, de ahí que necesitamos trabajar con toda nuestra energía puesta en el Partido y la trasformación definitiva de la sociedad dividida en clases que ya no va más.
¡Acabar con el sistema putrefacto, única salida de la sociedad colombiana!
Cristina