Que la salud bajo el capitalismo es un negocio, no es ningún secreto. Sin embargo, no dejan de indignar los cientos de casos que a diario se presentan, en los que la salud le es negada al pueblo.
Eso le sucedió a un bebé de 15 días de nacido en la Clínica Santa Cruz de Bocagrande, Cartagena. En palabras del papá: «Yo llevo a mi hijo al pediatra el día sábado 21 de mayo, porque lo sentía un poquito congestionado, él le hizo las revisiones e inmediatamente lo remite a una clínica Textualmente me dice, «aquí no hay pediatra». ¿Cómo no va a haber un pediatra si es la clínica de la maternidad? Y me pregunta, ¿Qué si el niño nació aquí?, a lo que respondí que no. Luego, me pidió un segundo para averiguar y no demoró ni 5 segundos, cuando sale y me dice que no podemos atender al niño porque, no nació en esta clínica, y me dice: tiene que llevárselo a donde nació. ¿Qué respuesta es esa?»
El bebé cuenta con medicina prepagada de la EPS Sánitas y se encuentra internado en la UCI Neonatal con un cuadro de bronquiolitis y una infección urinaria después de que sus padres lo llevaran a otra clínica en Barranquilla.
Este es el diario vivir de millones de personas que en Colombia intentan acceder a algún procedimiento o tratamiento médico. Ya ni siquiera sirve de mucho pagar servicios adicionales como lo es la medicina prepagada. Como ya se dijo, la salud para los capitalistas es un lucrativo negocio en el que a diario ponen en peligro la vida de los enfermos del pueblo. Por decenas de trámites burocráticos, que les garanticen el pago de los servicios y al final, que garanticen la ganancia para un puñado de capitalistas, es que terminan muriendo o agravando las enfermedades de miles de personas que resultan siendo las víctimas de un negocio en el que trafican con el dolor y la vida de millones de personas del pueblo.
Ninguno de los candidatos presidenciales representa un cambio en este terreno para las masas populares. Todos garantizan las ganancias para las EPS y las IPS donde se presta, no el derecho sino el servicio de la salud. En el establo parlamentario, institución corrupta y antipopular, siempre han legislado contra el pueblo, y hoy en día, no es la excepción.
La burguesía colombiana es tan cavernaria y atrasada, que ni siquiera es capaz de garantizarle la salud a los esclavos que somete por un mísero salario de hambre y por eso son un estorbo social que debe ser removido por medio de la violencia revolucionaria de la lucha directa e independiente de las masas armadas.
A propósito, el Programa Inmediato propuesto por la UOC (mlm) en ese terreno les plantea a las masas populares:
• ¡Contra la privatización de la salud!
- Abolir la Ley 100 de 1993, enterrar completamente el proyecto de Ley 010 de 2020 y rechazar toda reforma que atente contra la salud pública que debe cubrir a toda la población. Suprimir el aporte a la salud del 16% cobrado a los pensionados.
- Controlar y acabar la pandemia realizando pruebas gratuitas masivas y vacunación inmediata de toda la población. (Si bien realizaron una parte de esta reivindicación sigue faltando el complemento más importante, que es el fortalecimiento material y científico de la estructura sanitaria, para responder a nuevas pandemias.)
Sólo así se garantiza que la salud no sea un negocio, pues las masas necesitan un verdadero sistema de salud público, que privilegie la prevención sobre los negocios que significan los laboratorios farmacéuticos involucrados directamente en el negocio de la salud y los mercaderes de las EPS. Un sistema en salud que no discrimine a los pacientes por su condición económica, que no deje morir en las entradas de los hospitales a los enfermos y que acabe con el asesino «paseo de la muerte» en el que por trámites burocráticos le niegan el derecho a la salud en uno y otro hospital a los enfermos.
Se necesita un verdadero sistema de salud, que trate realmente al personal médico como los héroes que le pusieron el pecho a la pandemia de la Covid-19, no sólo de palabra como sucede hoy, sino que pague a tiempo los salarios y prestaciones adeudadas, que quite de en medio a los intermediarios capitalistas que se convierten en peligrosos parásitos que se lucran con la muerte y enfermedades del pueblo.
La lucha directa y organizada es el único camino para conquistar y defender el derecho a la salud. El Estado de los explotadores responderá con violencia a los justos reclamos del pueblo, que debe organizarse con independencia de clase y luchar directamente contra las asesinas instituciones estatales que defienden a capa y espada los intereses de los parásitos capitalistas.
Un sistema de salud para el pueblo, es una justa reivindicación porque en perspectiva, garantiza que la clase obrera esté sana y en buenas condiciones morales y materiales para enfrentar al régimen de la mafia y al podrido Estado burgués, como parte del cambio radical y necesario que tarde o temprano se debe dar en la sociedad para evitar que más casos como este sigan sucediendo en una sociedad donde la riqueza social es inmensa, pero que en manos de unos pocos se convierte en un obstáculo que atranca el desarrollo social y se lleva por delante millones de vidas inocentes. Ni el Estado, ni los politiqueros: ¡Sólo el pueblo, salva al pueblo!