El Sol Que Promete Robledo Solo Brillará Para Los Ricos Explotadores

El Sol Que Promete Robledo Solo Brillará Para Los Ricos Explotadores 1

En el I Congreso del partido Dignidad (antiguo MOIR) fue lanzada la candidatura a la presidencia de Jorge Enrique Robledo. Este fue apenas el anuncio formal de algo que ya se sabía desde antes de la salida del MOIR del Polo Democrático Alternativo; justamente el principal motivo de la salida de Robledo y su séquito de esa coalición electorera obedece a su intención de lanzarse a la presidencia.

¿Qué pueden esperar los trabajadores de los viejos politiqueros del MOIR, ahora con el nombre de Dignidad y comprometidos en la llamada Coalición de la Esperanza?

Dignidad no tiene mayor cosa nueva respecto a lo que ha sido históricamente el “Morir”, como lo llaman algunos obreros revolucionarios: representante de una burguesía nacional inexistente en Colombia, defensor impenitente de la explotación asalariada, de la dominación semicolonial del imperialismo sobre el país y enemigo declarado del ejercicio de la violencia revolucionaria del pueblo contra sus antagónicos y asesinos enemigos.

Pero fue el propio Robledo quien se encargó de refrendar en su discurso “que el sol brille para todos y todas” en el congreso de Dignidad, los viejos y podridos argumentos del MOIR: 
…consiste en unir en Dignidad a la más amplia coalición, a la convergencia de las distintas clases sociales que conforman a Colombia. Y a partir del esfuerzo de Dignidad, propiciar unidades todavía mayores, acordándonos con otros sectores de distintos orígenes organizativos, pero con los que podemos coincidir en beneficio de Colombia…

Quiero dejar planteados desde ya dos o tres criterios para que no se llamen a confusión, ni le abramos el campo a la mentira. Una propuesta primera, clarísima, no vamos a estatizar la economía nacional. Nuestra propuesta no se dirige contra la economía privada ni contra la propiedad privada de ningún colombiano. En segundo término, es una propuesta que rechaza, como lo he hecho yo y lo hemos hecho nosotros a lo largo de la vida, el uso de la violencia para tramitar cualquier diferencia entre los colombianos. Rechazamos el asesinato y todas las atrocidades que pueden cometerse en torno a la violencia e incluso rechazamos la destrucción de la propiedad pública o privada como manera de reivindicar algún reclamo. Son actitudes que no contribuyen positivamente al desarrollo de las luchas sociales…

Estoy haciendo una afirmación aún más directa. La propuesta que planteamos permite hacer coincidir y defender al mismo tiempo los intereses de los asalariados, los intereses de las clases medias y los intereses de los empresarios que están por el progreso de Colombia. Lo quiero dejar estrictamente planteado, enfáticamente planteado, desde este primer momento de la intervención.

Es la vieja idea utópica y reaccionaria de devolver la rueda de la historia para desarrollar el capitalismo de libre competencia en una época ya superada por la historia con la llegada del capitalismo a su última fase, la del imperialismo o capitalismo agonizante, donde la única salida coherente hacia adelante es la revolución proletaria y el socialismo.

Es la vieja, trillada y reaccionaria idea de la defensa de la producción o burguesía nacional con la cual el MOIR ha defendido a los capitalistas agrarios, especialmente los cafeteros y de los ingenios azucareros, convirtiéndose en agente de la burguesía en el movimiento obrero y responsable de la entrega de importantes conquistas del movimiento sindical.

Es la vieja y podrida cantinela de que el pueblo no tiene derecho a empuñar las armas para defenderse y mucho menos para derribar a sus asesinos enemigos. Es una declaración congraciante con las huestes reaccionarias que tildan las justas manifestaciones de rebelión y violencia, especialmente de la juventud del pueblo, de vandalismo porque “destruyen la propiedad pública o privada”.

Aun así hay quienes todavía dicen que Robledo es de izquierda ¿Qué de izquierda tiene ese discurso reaccionario?

Pero Robledo no está conforme con hablar claro y llano y respecto a sus reales propósitos, quiere además convencer a la burguesía, al igual que Gustavo Petro, que solo es opositor al desgobierno uribista y a los despropósitos del régimen mafioso. Por eso se afanó para que en “Dignidad” se le diera el puesto de presidente a Juan Manuel Ospina, legendario cuadro de la burguesía conservadora, familiar directo de las familias más reaccionarias de las clases dominantes colombianas y ejecutor de sus designios en varios gobiernos y desde varios cargos.

Ideas que empatan con la pretensión de ganar la consulta a la presidencia en la “Coalición de la Esperanza” de la cual dijo en el mencionado discurso:
Hemos estado reuniéndonos, de manera muy juiciosa y con mucho éxito, con Humberto de la Calle, Juan Manuel Galán, Juan Fernando Cristo, Ángela María Robledo, Sergio Fajardo y los distintos directivos de la Alianza Verde, porque ellos todavía no tienen definición precisa sobre candidatos presidenciales. En compañía de Alba Luz Pinilla, he venido participando en el proceso de construcción de una alternativa política en Colombia para el 2022…

En específico, de qué se trata el asunto. En las elecciones de marzo de 2022, vamos a participar con listas unificadas al Senado y a la Cámara. Es una de las decisiones. Y en marzo de 2022, vamos también a pedirles a los colombianos y a las colombianas que voten por uno de nosotros para escoger quién será el candidato o candidata de la convergencia a las elecciones de mayo de la primera vuelta. Con el propósito, muy probable, estamos muy optimistas, de que una o uno de nosotros pasará a la segunda vuelta presidencial y de que con nuestra propuesta estamos en condiciones, con todas las posibilidades, de ganarle a quien haya puesto la Casa de Nariño. Porque al final es una batalla en buena medida contra la mermelada de la Casa de Nariño, contra los mismos con las mismas, contra los que han mal gobernado a Colombia desde hace tanto tiempo y que pretenden seguirse imponiendo en beneficio de intereses contrarios al interés de la nación.

Tales fueron las ideas de Robledo para “arreglar el país”, y en el cual, según él, brillará “el sol para todos y todas”. Una forma alambicada de decir para que el sol siga brillando para los ricos explotadores y para que los pobres trabajadores continúen rumiando la miseria en la sombra.

La única forma de arreglar el país y abrir el camino para garantizar que el sol brille para todo el pueblo trabajador, del cual abusan y al cual hasta ahora engañan con promesas todos los politiqueros en campaña, es cuando ese pueblo decida tomar en sus propias manos su destino y no deje piedra sobre piedra de todo el orden social existente y se atreva, en palabras del Programa para la Revolución en Colombia a: “Destruir con la violencia revolucionaria de las masas, el Estado opresor y explotador, destruirlo con todo su ejército –militar y paramilitar–, con toda su policía, con todo su aparato gubernamental de politiqueros y funcionarios, con todos sus jueces y carceleros, con todos sus curas, brujos y pastores”.

Sí, destruir esa vieja y podrida máquina de los explotadores que todos los politiqueros en campaña prometen reformar y moralizar, para construir un nuevo tipo de Estado basado en la democracia directa del pueblo armado, garantizando así que las grandes riquezas sociales creadas por trabajo del pueblo laborioso no se las embolsillen un puñado de parásitos y la costra burocrática estatal, sino que sea devuelto a la sociedad para mejorar su calidad de vida de forma permanente.

Finalmente, solo “cuando sea expropiada por completo la burguesía, cuando sea abatida totalmente la resistencia de la antigua y de la nueva burguesía, cuando sea enterrado para siempre el imperialismo, cuando las clases acostumbradas a vivir de la explotación de trabajo ajeno se transformen en masas trabajadoras. Entonces, la división de la sociedad en clases morirá, y con ella también se extinguirá el Estado”. Entonces, solo entonces el sol brillará realmente para todos.

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