El reformismo es una manera que la burguesía tiene de engañar a los obreros, que seguirán siendo esclavos asalariados, pese a algunas mejoras aisladas, mientras subsista el dominio del capital. Lenin
En América Latina se ha vuelto común hablar de reformismo, sobretodo porque en varios países, los gobiernos burgueses están encabezados por presidentes y partidos reformistas.
Es el caso de Colombia, donde la burguesía y los terratenientes encontraron en el Pacto Histórico y su candidato, hoy el Presidente Petro, una “tabla de salvación” para desviar hacia las urnas la energía revolucionaria del Paro Nacional en el 2021 y evitar así que el estallido social creciera y se transformara en una insurrección popular contra el poder de los capitalistas.
Con el triunfo electoral del Pacto Histórico, la pequeña burguesía y algunos sectores de la burguesía liberal, han difundido la promesa de que el gobierno reformista de Petro traerá el “cambio” que necesita el pueblo colombiano. Promesa que hasta el momento ha sido un completo engaño, como desde mucho antes fue advertido y denunciado por los comunistas revolucionarios.
Los planes, proyectos y propuestas del gobierno reformista de Petro, han sido aceptables no solo para los capitalistas en el país, sino también han recibido el espaldarazo de instituciones imperialistas como la ONU y la OCDE, porque en campaña y desde el discurso de posesión, el Presidente reformista se comprometió a defender el capitalismo, es decir, defender el sistema cuyas ganancias provienen de la explotación asalariada de los trabajadores, lo cual satisface plenamente a los capitalistas e imperialistas.
Pero más allá del pro-capitalista programa de gobierno de Petro, el problema de fondo consiste en que siempre el reformismo ha sido el puño “izquierdo” de los opresores capitalistas contra el pueblo. El reformismo engaña y divide a los obreros, les crea ilusiones que nublan su conciencia de clase, paraliza su accionar práctico de lucha en aras de esperar soluciones de salvadores supremos en el gobierno, les oculta la perspectiva revolucionaria de su lucha de clase que realmente romperá las cadenas de la explotación asalariada, condenándolos a ser esclavos satisfechos con algunas mejoras pasajeras.
De ahí, que los compañeros y camaradas obreros deban cultivar el estudio de su ideología de clase, para comprender científicamente cuestiones como qué es el reformismo. Tal es el propósito de la publicación que se anexa a continuación MARXISMO Y REFORMISMO, donde Lenin en un pequeño texto, explica su papel y el servicio que presta a los enemigos de la clase obrera. Las alusiones particulares a quienes llama liquidadores (una forma de oportunismo que los comunistas debieron enfrentar por aquella época, 1913, en Rusia), no le resta la importancia general del folleto para elevar la conciencia obrera sobre el engaño que siempre ha representado el reformismo.
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