El régimen presentó la nueva reforma tributaria, con el rimbombante y mentiroso nombre de “Ley de Inversión Social”. Con la excusa de atender el déficit fiscal que supuestamente dejó la pandemia, quieren aprobar una reforma que afecta los ya disminuidos ingresos de la clase obrera. Por ejemplo, como “Gastos de personal” el régimen llama “generar ahorros en los gastos de funcionamiento de forma permanente” para “limitar el crecimiento de los gastos en servicios de personal, de tal forma que estos no se incrementen en términos reales”, “a partir del 2023, debido a que el crecimiento de los salarios para el año 2022 fue decidido en la negociación colectiva del incremento salarial para los servidores públicos del año 2021” con lo que pretenden ahorrarse $1,4 billones de pesos a precios de 2022.
Es decir, que será por medio de continuar la política de rebajar sistemáticamente los salarios que el régimen uribista buscará ahorrarse parte de los $15,2 billones que quiere recaudar con esta reforma fiscal, que de fondo no puede encontrar justificación alguna en la pandemia, pues la crisis capitalista viene desde el 2008 y lo único que hizo la Covid-19 fue agudizarla; por lo tanto, el problema de fondo es el sistema capitalista que en Colombia, como en el resto del mundo, es un sistema económico en decadencia, que sufre una de sus más terribles crisis por sobreproducción de mercancías, un sistema en el que se produce socialmente pero en el que la apropiación de lo producido es privada, es decir, que aunque millones de obreros producen las mercancías a nivel mundial, apenas un puñado de parásitos tiene la capacidad de obtener ganancias y apropiarse de las mercancías que no pueden circular socialmente, por lo que los stocks de los capitalistas se abarrotan y todo su sistema entra en crisis, siendo, la clase obrera, la más afectada al tener que cargar sobre sus hombros los efectos de dicha crisis: desempleo, rebaja de salarios, hambre, ruina.
A ello se suma el favor que los oportunistas, agentes de la burguesía dentro del movimiento obrero, le hacen al régimen y a los capitalistas en su conjunto, manifiesto en la terrible conciliación que hicieron los jefes de las centrales sindicales (y específicamente del sector oficial) con los enemigos de la clase obrera, pues apenas sobrepasaron un 2% de “alza” para este año y un 1% para el 2022, lo que significa en realidad una rebaja salarial para los empleados públicos, cuya mayoría apenas devenga 1 o 2 salarios mínimos, siendo este el sector más golpeado con la concertación de los vendeobreros con el régimen, a los cuales no les interesó en lo más mínimo, organizar un verdadero Paro Nacional de la producción que se sumara a la grandiosas luchas que iniciaron el pasado 28A para presionar un alza general de salarios por medio de la confrontación directa con el régimen y el podrido Estado burgués terrateniente.
Y no les interesa, porque la política que dirige las centrales sindicales (CUT, CGT, Fecode y demás) es la de conciliar y traficar los intereses de la clase obrera con el Estado de los ricos y los patronos y para maquillar tal crimen, apenas llaman a “jornadas” carnavalescas de “protesta”, a “desfiles” inofensivos para los explotadores, en llamados a prepararse para “votar bien” en la próxima farsa electoral… lo que al final terminan en la entrega de los intereses de la clase obrera en bandeja de plata a los explotadores.
El llamado ante esta nueva reforma tributaria del régimen, es a reagrupar las fuerzas y preparar de nuevo una embestida con el Paro Nacional Indefinido, con acciones beligerantes de las masas que paralicen la producción capitalista; que vincule no solo a la juventud rebelde y luchadora, sino también al proletariado revolucionario y combativo que decida en Asambleas parar la producción porque es allí donde realmente les duele a los capitalistas: en el bolsillo, en la ganancia. Esa es la mejor arma con que cuenta la clase obrera, no solo para hacer retroceder a los parásitos capitalistas y a su Estado, sino para conquistar y defender los derechos ya ganados con la lucha directa. La farsa electoral es un distractor para la lucha de las masas populares, es un apoyo directo a la democracia burguesa, a la dictadura de los explotadores que inútilmente el reformismo ha tratado de “humanizar” desde siempre, aun cuando han participado de esa democracia y han recibido las balas asesinas de la burguesía y los terratenientes como le sucedió a la UP o a los firmantes del tratado de la falsa paz de La Habana.
Oponer a la reforma tributaria de los capitalistas, las Asambleas Populares, la conformación de los Grupos de Choque o Primeras Líneas, las Guardias Comunales y Milicias Populares, única forma de avanzar en un Gobierno de los Obreros y Campesinos para terminar de derrocar al tambaleante régimen de la mafia encabezado hoy por Duque, el presidente títere. Adoptar un Programa Inmediato revolucionario es la única manera en que el proletariado puede movilizar y organizar las masas populares, no solo para tumbar al régimen uribista, sino para conquistar y establecer el poder obrero y campesino, el Socialismo Científico en Colombia, donde dichas clases lo decidan todo con la garantía que les da el armamento general del pueblo para impedir que las clases enemigas retornen al poder en alianza con los imperialistas y con la ayuda del oportunismo.
Un comentario
Así es la exposición de toda la corrupción de este desgobierno y sus entidades patrocinadoras, en frente de lugares como. Banco, supermercados, dando a conocer a la. Gente, sus planes, a ver si asi despiertan del sueño en el.que tienen sumidos a los colombianos