Analizando el discurso del presidente Petro del 27 de septiembre

Analizando el discurso del presidente Petro del 27 de septiembre 1

Lo primero que debo decir, es que Petro es un excelente orador y ahí tiene un terreno ya ganado, veníamos de años de gobiernos uribistas, con discursos de guerra y títeres como Duque que sinceramente nos parecían vergonzosos, a escuchar un discurso que aparentemente comulga con los intereses del pueblo colombiano.

Ya en cuanto al contenido, Petro se refirió a estos puntos importantes:

  1. La necesidad de aprobación de las reformas propuestas: salud, laboral, pensional y de educación, haciendo una defensa de estas, pero ocultando que ya han sido recortadas y que en esencia quienes realmente tienen el poder no van a permitir su aprobación, porque como ya se ha dicho, hay un interés económico detrás de ello y los dueños de los medios de producción y de las tierras, no van a bajar su cuota de ganancia por estar dando migajas a sus esclavos.
  2. La verdad, y en este punto se refirió también a la violencia que ha vivido el país y las gestiones de este gobierno en busca de una paz total, arguyendo además que con el ELN se ha llegado a un punto de diálogo jamás alcanzado en la historia, sin embargo, se soslaya que hay otros sectores armados, ejércitos privados de terratenientes y narcotraficantes que viene agudizando la guerra contra el pueblo en Colombia, y las cifras mismas expuestas hace ocho días hablan de ello; ahora bien, es cierto que con la JEP se están conociendo y comprobando asuntos que ya todos sabíamos o por lo menos intuíamos; para dar un ejemplo lo sucedido con los crímenes de Estado o más conocidos como “Falsos Positivos”, donde sí, efectivamente se reconoce participación de altos mandos militares, pero los poderosos que realmente estuvieron detrás de estos crímenes, no son mencionados directamente y ni siquiera se considera un veredicto como culpables; esto es muy importante, por estas dos cosas: uno, los verdaderos culpables de esta guerra, siguen generándola, siguen desplazando, siguen apropiándose de tierras para sus negocios, siguen atizando la guerra contra el pueblo y, dos porque en una sociedad jamás podrá existir paz total, si se encuentra dividida en clases, por más que se logre una que otra conquista para los desposeídos, en tanto haya explotados y oprimidos paz no va a existir, porque básicamente unos cuantos viven del sudor, el trabajo y la vida de la mayoría explotada, además de depredar la naturaleza en tanto ello represente ganancia.
  3. Otro punto tratado fue el asunto de la tierra precisamente, en esencia su discurso planteó tierra para los campesinos, condenando la concentración de la tierra en pocas manos, mientras que millones son desplazados a las grandes urbes sin oportunidad alguna, y por ello plantea una reforma agraria, pero enlazando esto con lo analizado en el anterior punto, lejos de poder repartir la tierra entre los pobres del campo, lo que está sucediendo es que los grandes terratenientes con sus ejércitos privados e incluso con la participación de las fuerzas militares del Estado, siguen desplazando comunidades y adueñándose de vastas hectáreas de tierras para sus intereses económicos propios y esto no va a cesar por un llamado, un discurso e incluso por una muy numerosa movilización pacífica del pueblo colombiano.
  4. Otro punto en que el presidente hizo énfasis fue en la educación, apostándole al acceso a ella desde la primera infancia hasta la universidad, como garante de una sociedad pacífica y más inteligente.

Todos estos puntos fueron expuestos con algo que fue transversal en su discurso: el gran“Acuerdo Nacional”, donde llama a los grandes empresarios, terratenientes, grupos económicos y el pueblo en general a sumarse a ese acuerdo para garantizar las reformas propuestas, además de saludar la movilización masiva de las masas en apoyo a estas.

Digamos que, mirando el panorama, el discurso es bueno y de pronto bien intencionado, pero si le quitamos el romanticismo y apasionamiento y lo ponemos en el terreno de cómo conseguirlo, sigue siendo bien cierto que este gobierno no pretende para nada transformar la sociedad ni enterrar el capitalismo imperialista, al contrario, el llamado de Petro es a acomodarnos a este sistema que está muy brutal en su etapa de descomposición, haciendo algunos arreglos para vivir sabroso. Y de pronto algunos podrán decir que eso no tiene nada de malo, pero nosotros como revolucionarios sí tenemos el deber de explicar que este asunto lejos de favorecernos, nos hunde y les quiero exponer por qué pensamos así:

  • Genera confianza en un sistema depredador de la naturaleza, que al momento ha dejado daños irreversibles en el planeta y que no pretende detener; cuando la ganancia está al mando, si vender la soga con que serán ahorcados les produce ganancia, la venden al mejor precio.
  • Desvía la lucha revolucionaria de las masas, sembrando la ilusión de que podemos vivir bien, si nos explotan más humanamente, o mejor dicho si nos explotan en mejores condiciones, esto es un poco difícil y difuso de entender, porque los revolucionarios también luchamos por reformas y mejores condiciones, lo que nos diferencia aquí, es que nosotros luchamos por reformas para mejorar nuestras condiciones en la lucha por una sociedad distinta y no para acomodarnos en un sistema de explotación y opresión que ya no tiene nada que ofrecer.
  • Pretende meter al pueblo en camisa de once balas al querer hacer acuerdos con los asesinos de las masas campesinas y trabajadoras, soñando que los dueños de negocios como el de los psicotrópicos participarán en un acuerdo para favorecer los intereses de la mayoría, algo muy alejado de la realidad que el pueblo en medio de la guerra reaccionaria ha experimentado.
  • Alarga el padecimiento de los desposeídos, en un momento en que bajo el régimen uribista el pueblo entendió más directamente que el Estado favorece los intereses capitalistas, queriendo hacer ver que siendo gobierno realmente se puede terciar a favor de los intereses de las masas, algo que con el mismo llamado a la movilización es contradictorio, pues es evidente que es la fuerza organizada de las masas con la que se pueden conquistar sus derechos.

En definitiva, el camino que propone el gobierno es el del reformismo, es el de conciliar entre clases y contradicciones irreconciliables, un camino peligroso que puede desviar el camino que ya el pueblo colombiano había abonado y que empezó a dar sus frutos con el estallido social.

Por más buenas intenciones, por más excelentes discursos y alocuciones presidenciales, los revolucionarios debemos estar atentos, presentes en las acciones de masas y listos a explicar el otro camino, el de la revolución, que significa acelerar el fin de la explotación y opresión solo posible a través de la violencia revolucionaria, impidiendo que los enemigos de clase tomen fuerza, mientras que se embelesa al pueblo con promesas de cambio.

Ya lo hemos dicho, si se exigen reformas para los desposeídos es con lucha, y con el objetivo de mejorar nuestras condiciones de vida para arremeter con más fuerza en la organización, movilización y lucha revolucionaria de las masas, ese es el camino correcto compañeros y más tarde que temprano la realidad misma irá reflejando esta verdad; no nos enfrentamos a hermanitas de la caridad, los capitalistas tienen las armas, los recursos, las instituciones y todos los medios para defender sus intereses, y a la menor amenaza no van a dudar en usarlos, eso es lo que soslaya Petro en sus discursos y lo que los revolucionarios debemos siempre aclarar y hacer ver.

Adela

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