El pasado lunes 21 de octubre se inició un paro campesino y minero en varias regiones del país con el que se bloquearon 10 puntos en diferentes carreteras importantes, como en el Bajo Cauca antioqueño, Santander, Boyacá y Norte de Santander, lugares donde han salido diversas organizaciones sociales a protestar contra el Decreto 044 del Ministerio de Ambiente que establece las reservas de recursos naturales de carácter temporal -hasta 5 años prorrogable por una sola vez-, en las que se protegerán los ecosistemas existentes mientras se analiza el impacto de la actividad minera en la zona, tiempo durante el cual no se podrán emitir permisos o licencias ambientales para la exploración o explotación de minerales. Ese Decreto afecta principalmente las actividades de las multinacionales mineras, como en el caso concreto de Aris Mining y Minesa de capital árabe y canadiense en el páramo de Santurbán. El sector minero denuncia que el Decreto es «una medida arbitraria que nos quieren imponer áreas de reserva sin estudios técnicos ni concertación, y así acabar con la economía de la que dependen más de cien mil familias en el país».
Sin embargo, Minesa en los últimos años en la provincia de Soto Norte en Santander, ha comenzado a financiar organizaciones y proyectos sociales para ganar el apoyo de algunos líderes de la comunidad. A su vez, tiene fuerte resistencia de sus trabajadores, obreros de Matanza, Suratá y California, como también de los pequeños mineros de la zona circundante al proyecto megaminero. Con la expedición del Decreto, Minesa y Aris Mining han comenzado a desinformar diciendo que lo ordenado por el gobierno afectará las actividades agropecuarias y en general, a todos los mineros, lo que llevó a que patrocinara el transporte de los campesinos y algunos pequeños mineros hacia las zonas del paro, con el objetivo de que la exigencia de la derogación del Decreto se cumpla y así verse librada para seguir adelante en su búsqueda de la licencia ambiental para explotar el oro en el páramo.
No obstante, no se puede decir que todo el paro sea patrocinado por Minesa o los grandes capitalistas, pues algunas de las exigencias de los pequeños mineros y campesinos pobres y medios son legítimas, por ejemplo la exigencia que tiene que ver con la inversión del Estado en las comunidades que comúnmente son olvidadas gobierno tras gobierno o lo referente a la propiedad sobre las tierras de las cuales viven. Ellos se han unido para concentrarse principalmente en Santander, Norte de Santander, Bajo Cauca antioqueño y Boyacá. Si bien, el Decreto no menciona la prohibición de las actividades económicas campesinas, hay muchas otras exigencias que el campesinado colombiano pobre y medio tienen, frente a las cuales el gobierno tiene que brindar soluciones. Asimismo, como comunistas sentamos la posición que a pesar de que en algunos puntos de bloqueo Minesa y otros grandes capitalistas estén detrás, la fuerza pública no debe ser utilizada en ningún momento para reprimir al pueblo, porque quienes han salido a protestar, principalmente, son el campesinado pobre y los pequeños mineros, a quienes llamamos a luchar con independencia de los grandes monopolios imperialistas y capitalistas en general.
Por otra parte, hacemos el llamado al pueblo en Santander y Norte de Santander a exigir la expulsión de Minesa y Aris Mining del Páramo de Santurbán, pues no queremos multinacionales destruyendo nuestra naturaleza. El paro debe levantar los intereses de los trabajadores asalariados del campo, de los pequeños mineros y de los campesinos pobres, no los de los grandes capitalistas que quieren saquear nuestros recursos, acabar con el agua y agrandar sus fortunas. Igualmente, rechazamos cualquier intento politiquero de los partidos electoreros que busquen sacar ganancia política del paro, sea a favor o en contra de la lucha popular.
Nuevamente el reformismo como gobierno se ve en la encrucijada, tratando de resolver infructuosamente la contradicción antagónica e irreconciliable entre el capital y la naturaleza, tratando de quedar bien con “dios y con el diablo” al mismo tiempo, pues no es por medio de decretos dentro de la democracia burguesa que se va a salvar la naturaleza de su depredación a manos del gran capital imperialista, ni que se le va a garantizar el trabajo a los mineros tradicionales y a los campesinos pobres, y mucho menos al proletariado del campo. Es sólo bajo una poderosa Revolución Socialista que expropie a los expropiadores, que los recursos naturales no estarán al servicio de los imperialistas, sino que servirán para garantizar la existencia y reproducción de la sociedad y del propio Planeta Tierra.
Ni el Estado, ni los politiqueros, ¡sólo el pueblo salva al pueblo!
¡Defendamos el Páramo de Santurbán! ¡Defendamos la naturaleza de la depredación capitalista!