El presidente de la Federación de Pesas (Fedepesas) William Peña fue entrevistado para conversar, entre otras cosas, sobre la medalla de plata que obtuvo el pesista Luis Javier Mosquera en los Juegos Olímpicos que se están disputando en Tokio. Al respecto afirmó que «Nosotros hemos tenido muchos inconvenientes, el caso de Javier Mosquera es algo de resaltar para el clasificatorio a los Juegos Olímpicos no nos apoyó el Ministerio del Deporte», «la comunicación con el señor de posicionamiento deportivo fue difícil, no solo para pesas, sino, para todas las Federaciones, reinaba la arrogancia, no tuvo un diálogo con nosotros (…) dijo que el Ministerio no tenía plata para ese evento».
El desprecio por el pueblo, por el desarrollo deportivo, cultural, económico de las masas populares, es uno de los rasgos característicos del régimen de la mafia que gobierna en Colombia, por eso es antipopular, porque aprueba toda una serie de medidas y políticas para privatizar y desmejorar la calidad de la educación y la salud pública; para intensificar el terrorismo de Estado sobre los luchadores y líderes populares; para sumir en la ignorancia y en la superexplotación laboral a la clase obrera negando diversas formas de desarrollo mental y físico como lo son diferentes áreas del deporte, la ciencia, el arte, intentando condenar a la juventud a ser eslabones de la mafia como jíbaros o sicarios de los grupos criminales.
El régimen uribista siendo fiel defensor de los intereses del podrido Estado de los explotadores que representa, cuando no le da trato militar a la juventud, ofrece su infinita arrogancia con la que ignora las necesidades y reivindicaciones del pueblo. No se puede esperar un trato diferente, el títere Duque, se abraza amistosamente con narcos como “El Ñeñe” Hernández y siempre está presto a atender los llamados de sus amos y socios imperialistas, mientras no escucha al pueblo que grita en las calles sus necesidades. No hay justificación para que el podrido Estado y el régimen mafioso no apoyen el deporte con la excusa de la supuesta falta de presupuesto, mientras compra tanquetas y armamento para el asesino Esmad, helicóptero de última generación para el presidente títere y camionetas blindadas para los parásitos congresistas y senadores, entre otros gastos suntuosos en medio de la pandemia.
Que no saque pecho el régimen paramilitar de Duque cuando lleguen los deportistas que se encuentran en Tokio a Colombia con las medallas ganadas, pues es claro que no aportó en nada para que consiguieran esos importantes logros. Esta es una nueva bofetada que recibe el régimen mafioso y que deja más en claro que el pueblo debe acabar de tumbarlo por medio de la lucha directa.
¡Otra sociedad es posible!¡Una sociedad gobernada por los obreros y campesinos armados! Esa es la única garantía que tienen los de abajo, los que todo lo producen con su trabajo en Colombia, de que sean cubiertas sus necesidades económicas, políticas y culturales, en oposición al miserable mundo que les ofrecen los de arriba, los parásitos sociales que viven a costa del sudor ajeno y que, amparados en su podrido Estado, envían sus fuerzas armadas legales e ilegales, militares y paramilitares a reprimir el descontento popular que hoy se expresa con el Paro General Indefinido que inició el pasado 28 de abril y que debe servir para abonar el terreno donde germine la Revolución Socialista donde sean las clases productoras de la riqueza las que lo gobiernen y dirijan todo.