Notas de un Asistente a la Asamblea Nacional Popular

Lucha entre los dos caminos en la Asamblea Nacional Popular

El 7 de diciembre a las 2 de la tarde asistí con gran alegría y expectativa a la Asamblea Nacional Popular en la Universidad Nacional de Bogotá, observé la cantidad de asistentes a esa hora en la Plaza Che, al igual que la actividad realizada en esos momentos por una comunidad indígena en medio de la Plaza, una práctica ancestral para mi desconocida pero muy agradable y respetuosa. Entre ellos vi algunos extranjeros y personas “blancas”, expresión empleada por las comunidades indígenas, quienes danzaban y participaban con gran respeto de todo lo que el taita y la guardia indígena realizaba. Pensé en la riqueza étnica y cultural que habita en el territorio colombiano y a la vez los sufrimientos tan inmensos que nuestros hermanos indígenas y afros han vivido durante miles de años y que aún hoy siguen padeciendo como el desplazamiento, la desnutrición y los asesinatos por parte del Ejército Nacional y los diferentes grupos armados que recorren el campo victimizando a cuanta comunidad se encuentran en el camino.

Contemplé también la cantidad de personas afuera del auditorio León de Greiff comprando diversos objetos como libros, música, pañoletas y otras cosas más, que estudiantes y activistas vendían; me acerqué a una fila de personas que estaban realizando el registro de inscripción para ingresar al auditorio, ya adentro me senté en una de las cómodas sillas del gran auditorio, hermoso e imponente espacio protagonista de infinidad de asambleas estudiantiles donde se han dado debates políticos e ideológicos y tomado decisiones que han involucrado no solo al estamento mayoritario, los estudiantes, sino a la vez al movimiento nacional en su conjunto.

Pensé muchas cosas estando allí, sobre todo la importancia del evento que se estaba desarrollando desde el día anterior, ya no solo con la presencia de los estudiantes; también se encontraban diferentes delegaciones de líderes y activistas de casi todas las regiones del país. Importantísima Asamblea Nacional Popular con carácter decisorio, convocada por el Comité Nacional de Paro dentro de las tareas definidas por éste días antes; el objetivo era recoger opiniones de la gente sobre el desarrollo del Paro y la posibilidad de ampliar la participación en el mismo comité con nuevas personas.

Asistí a la última parte de esa jornada de dos días, la cual fue la Plenaria de la Asamblea programada para iniciar a las 2 pm; sin embargo y lamentablemente como mala costumbre, dicha plenaria se inició a las 3:20 pm con la instalación de la mesa directiva –nadie propuso a sus integrantes– y celebraron la composición de ésta solo por mujeres, bastante interesante y recibida con mucho optimismo y admiración por los asambleístas.

Se dio lectura del informe y conclusiones de las diferentes comisiones aprobadas para deliberar diferentes temas en la jornada de la mañana, temas como derechos humanos, laboral, entre otros fueron analizados, debatidos y expuestas brevemente por un delegado de cada comisión.

Desde el lugar donde me encontraba pude observar la gran cantidad de delegaciones asistentes y las diversas posiciones políticas que habían en el auditorio, las mujeres que planteaban el feminismo en ascenso en América Latina y la lucha contra el patriarcado, un sector pedía continuar el paro invocando a los luchadores y líderes asesinados, y una variedad de consignas agitadas en diferentes momentos por entusiastas revolucionarios; me pareció muy interesante ese ánimo altivo de los asistentes cuya disposición noté constantemente: continuar el paro era el llamado permanente acompañado de propuestas de diversas actividades.

Hombres y mujeres, comunidades indígenas, algunos académicos, líderes sociales, activistas y jóvenes, qué gran diversidad de sectores reunidos allí para decidir de qué manera continuar ese gran Paro Nacional iniciado el 21 de noviembre y que puso al pueblo colombiano en estado de alerta y disposición a la movilización y la lucha contra el actual gobierno mafioso, paramilitar y cada vez más desprestigiado de Uribe-Duque.

Luego de terminar la lectura de los informes de las comisiones, los asambleístas esperaban se diera inicio a la discusión sobre los temas más sensibles y que ameritaran debatirlos; sin embargo, me sorprendió el viraje que la mesa dio al orden del día pasando de largo dicho debate y procediendo con la lectura de un comunicado que no se supo quién o quienes lo escribieron pero que al parecer esperaban fuera aprobado a pupitrazo limpio como dicen los congresistas, que pasara de largo y se publicara a nombre de la Asamblea Nacional Popular, fue ahí donde inició la algarabía de todos los asambleístas, y con justa razón.

La mesa mediante algunas actitudes y movidas poco inteligentes pretendió imponer sus ideas y quizás bajarle la fuerza al paro dilatando la continuidad de éste, proponiendo fechas de futuras movilizaciones para finales de enero donde el espíritu altivo y beligerante de las masas se hubiera apagado; afortunadamente muchas personas impidieron que se aprobara dicho comunicado dándose una fuerte discusión, la cual llevó a que la mesa fuera cambiada en pleno por hombres y otras mujeres quienes estuvieron todo el tiempo detrás de la primera mesa orientándolas y dándoles instrucciones y al parecer dirigiéndolas sin que éstas tuvieran mayor autonomía.

Son las mezquinas triquiñuelas de los dirigentes sindicales, aprendidas por años de burocracia sindical y el contacto frecuente con los señores congresistas del establo parlamentario; igualmente permitieron subir a los miembros de la guardia indígena para dar orden y evitar que los asambleístas se tomaran la mesa y el micrófono, al final tuvieron que aceptar dar la palabra a si fuese por unos pocos minutos a los que quisieran opinar para luego recoger las ideas, agruparlas y votar las propuestas de manera que la asamblea diera el nuevo rumbo al paro.

Cabe destacar las intenciones poco benéficas para la asamblea de algunos miembros del Comité Nacional de Paro, cuando planteaban terminar la asamblea creando una comisión de relatoría para que analizara las diferentes opiniones y propuestas y sacaran un comunicado a nombre de la Asamblea Nacional Popular. Estos señores tenían la total intención de reemplazar el debate por un escrito realizado por ellos a puerta cerrada. Pero contra su intención, nadie les aceptó esto y en cada intervención los asambleístas rechazaron el comunicado inicial y varios propusieron cambiar los miembros del Comité Nacional de Paro, principalmente al arrodillado y vende obreros Julio Roberto Gómez; personaje que genera bastante repudio entre los activistas, luchadores y asistentes a las reuniones del Comité. Igualmente propusieron realizar asambleas permanentes en cada barrio y ciudad, boicot masivo a los grupos económicos y financieros, entre otras propuestas más.

La actitud de muchos asistentes era de gran indignación ante lo que pensaban hacer desde la mesa, expresando críticas como que el problema es de metodología en la asamblea y de poder de algunos dirigentes, al punto que planteaban ampliar el Comité Nacional de Paro para que tuviera verdadera legitimidad; también decían que había que construir una declaración política discutida entre todos ya que es el pueblo el que está en la calle peleando, poniendo los heridos y muertos y por lo tanto es él quien debe decidir públicamente en esos espacios, porque el pueblo fue quien inició el Paro Nacional y es él quien decide cuando terminarlo.

Los malintencionados de la mesa directiva y los dirigentes detrás de ésta “asesorándola”, no pudieron lograr su propósito de imponer sus torcidas ideas y comunicado, el cual incluía puntos que no están dentro del pliego inicial del Paro. El Paro Nacional continúa, sin embargo, está en riesgo de ser acabado o desvirtuado por los mismos dirigentes que están al frente de éste, ya que no tienen interés de radicalizarlo ni aprovechar el espíritu beligerante del pueblo, más bien la pretensión de estos señores como Julio Roberto Gómez y compañía es al parecer dilatarlo y apagarlo paulatina y escalonadamente.

Faltan las ideas del Partido político del proletariado influyendo en la política dirigente del Paro Nacional, falta más espíritu de partido que logre permear las mentes de los revolucionarios, activistas y luchadores en esta gran coyuntura política en el ascenso de la lucha de las masas colombianas, faltan altivos revolucionarios agitadores y organizadores impulsando las asambleas por barrios, y materializando los comités de lucha, pero hay muy buenas ideas circulando en las manos de las masas como las del Diario Revolución Obrera, las cuales deben calar hondo en la conciencia de las masas y conquistar los hombres y mujeres necesarios para dar la pelea política pública contra el oportunismo enquistado en las organizaciones de masas y principalmente en los sindicatos y sus centrales.

Esta Asamblea Nacional Popular mostró la importancia que tienen y el poder que pueden desarrollar las masas al realizarlas, espacios de análisis, debate y decisión, espacios legislativos y ejecutivos a la vez que pueden arrastrar a millones de personas logrando acuerdos y decisiones revolucionarias que favorezcan la lucha de clases e impulsen verdaderamente las diferentes organizaciones como los sindicatos, espacios que pueden llegar a desarrollarse de forma que sean verdadero poder local donde se lleven a cabo las decisiones y se hagan respetar, donde el poder popular se empiece a gestar y generalizar al punto que se realicen asambleas regionales y nacionales.

Es necesario seguir promoviendo la realización de estas Asambleas por barrios, localidades, comunas, por regiones, y también nacionales, son vitales para concretar las futuras organizaciones del proletariado y ayudar a impulsar la creación del partido revolucionario que tanto requiere nuestra clase, para avanzar con firmeza y sabiduría hacia la Huelga Política de Masas y la toma del poder político del Estado.

Salí del auditorio reflexionando sobre lo sucedido y pensando en que aún falta mucho para derrotar las ideas, la política, y los mezquinos métodos burgueses en el seno de las masas, pero hay muy buen espíritu de lucha y verdaderamente las masas despertaron luego del 21 de noviembre, ya no son tan moldeables ni manejables y creo que los días están contados para los burgueses anidados por años en el sindicalismo colombiano. Ya son otras las masas que hablan, que cuestionan, que se movilizan, la indignación y el odio de clase están transformando su actitud y pensamiento.

¡El pueblo inicio el Paro Nacional, es el pueblo quien decide cuando lo termina!

¡Viva el Paro Nacional Indefinido!

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