No para el asesinato de dirigentes sociales, el 31 de octubre fue asesinada Juana María Perea de 50 años, en Nuquí Chocó, quien era activista ambiental y se había opuesto a la construcción del puerto de Tribugá, por ser un proyecto claramente arrasador del ecosistema y del posible desplazamiento de las comunidades que residen allí. Y aunque en octubre fue tumbado el proyecto, no significa que los capitalistas interesados en desarrollarlo hayan desistido; nuevamente realizarán su embestida jurídica, pero la que mejor saben utilizar y les ha funcionado, es sembrar el terror entre la población asesinando a sus dirigentes. Juana también había organizado a las mujeres de la región para buscar una forma de sustento cociendo tapabocas reutilizables, pues es una región abandonada por el inepto Estado y donde son muy escasas las posibilidades de sobrevivir, además en la región hacen presencia grupos armados, ya que es un corredor de los capitalistas narcotraficantes.
Sea porque Juana Perea se oponía al proyecto de Tribugá, o por organizar a la comunidad, el hecho concreto es que su actividad se convirtió en una piedra en el zapato por oponerse a los intereses de capitalistas, ya sea extranjeros o nacionales.
El 3 de noviembre fue asesinado el dirigente social Jorge Solano, de quien se sabe venía denunciando varios casos de corrupción presentados en varias entidades del Estado en Ocaña Santander, recientemente había acusado al gerente del Hospital Emiro Quintero Cañizares de que si algo le pasaba era responsabilidad de él.
Quien haya sido el asesino de Jorge Solano, no se sabe aún, lo claro sí es que por denunciar la corrupción se convirtió en una piedra en el zapato de los intereses de funcionarios del podrido Estado burgués, que se sostiene y mantiene de uno de sus males más innato: la corrupción.
El Estado burgués y en particular el régimen uribista y paramilitar de Duque es cómplice y asesino de muchos de estos dirigentes populares, pues está para garantizar y satisfacer las ansias de ganancia de las clases dominantes.
Está demostrado que ¡SOLO EL PUEBLO, SALVA EL PUEBLO! y que no existen ni politiqueros ni salvadores supremos. Para transformar esta situación de terrorismo estatal, el pueblo debe alzarse en una sola lucha y bajo una sola bandera, la del PROLETARIADO INTERNACIONALISTA MUNDIAL, y marchar al frente bajo las reivindicaciones que beneficien a las masas populares.
¡No más dirigentes sociales asesinados! opongamos la lucha directa a este régimen asesino y enfrentémoslo en las calles, este 21N es una gran oportunidad para organizar el Paro General Indefinido que afecte la producción de los capitalistas y le demos al sistema una puñalada afectando sus ganancias exorbitantes, para hacer retroceder las medidas antiobreras y antipopulares del régimen, acumulando fuerzas y mejorando las condiciones para destruir con violencia revolucionaria de las masas el Estado criminal de los explotadores e instaurar el nuevo Estado dirigidos por los obreros y los campesinos.
¡Todos a la calle este 21N!
¡Paremos Todos, Paremos Ya!