“Lamentamos mucho la partida de ‘Popeye’”, afirmó Eduardo Enrique Zapateiro Altamiranda, comandante general del Ejército Nacional de Colombia, condolido por la muerte del jefe de los sicarios de Pablo Escobar y el Cartel de Medellín.
Zapateiro es un siniestro personaje que durante su carrera ha ocupado numerosos cargos importantes, obteniendo premios por sus servicios al imperialismo yanqui y a las clases dominantes colombianas, entre ellas, al sector mafioso y paramilitar: Entre los cargos que ha ocupado está la comandancia del Batallón Colombia No. 3, en la Península del Sinaí, sirviendo como sicario del imperialismo yanqui y de Israel, su perro de presa en el Medio Oriente; comandante de la Escuela de Paracaidismo Militar, en Tolemaida; comandante y fundador del Batallón de Comandos No. 1 ‘Ambrosio Almeida’; director de la Escuela de Soldados Profesionales en Nilo, Cundinamarca; comandante del Comando de Operaciones Especiales del Ejército; comandante del Comando Unificado de Operaciones Especiales; comandante de la Décima Brigada Blindada, en La Guajira; comandante de la Quinta Brigada, en Bucaramanga; comandante de la Fuerza de Tarea Conjunta Omega, en Larandia, Caquetá; comandante del Comando Conjunto de Operaciones Especiales… recibiendo por sus favores a los grandes burgueses, terratenientes e imperialistas 52 medallas y otras condecoraciones.
El General Zapateiro está envuelto oficialmente en una investigación por la desaparición forzada del padre del futbolista Juan Fernando Quintero (Jaime Quintero) en 1995 en Urabá, por organizaciones de derecho humanitario internacional por la Operación Fénix donde fue masacrado ‘Raúl Reyes’ junto con 22 de sus compañeros en Ecuador en 2008, por el asesinato extrajudicial del campesino Jorge Eliécer Hernández en el sur de Bolívar en 2014 y por capturas ilegales de las tropas bajo su mando, entre otras. Sin embargo, su verdadero prontuario sicarial permanece oculto, pero es sabido que Zapateiro fue participante activo en la creación de las Convivir en la región de Urabá, cuando Álvaro Uribe Vélez desde la gobernación de Antioquia les dio luz verde a los que serían luego los grupos paramilitares, autores de varias masacres en la región en complicidad con las fuerzas militares bajo el mando de Rito Alejo del Río, condenado a 35 años de prisión por esos hechos, y del sicario que hoy lamenta la muerte de su compadre alias ‘Popeye’.
Zapateiro ha sido un sicario uniformado al servicio de los carteles de las drogas y de los grandes capitalistas que desataron la feroz guerra contra el pueblo, que ha azotado el país durante los últimos 30 años y ha dejado su estela de masacres, asesinatos selectivos, desplazados, violaciones… No por otra razón el régimen mafioso y paramilitar de Uribe-Duque lo posesionó en la dirección del Ejército, la fuerza encargada de aplastar con la fuerza de las armas y de ahogar en sangre todo grito de rebeldía del pueblo.
Murió el criminal ‘Popeye’, y mientras sus víctimas aún siguen llorando sus muertos, el sicario uniformado, jefe del Ejército Nacional, lamenta su partida.
