La salud del magisterio: un sistema en crisis (parte II)

La salud del magisterio: un sistema en crisis (parte II) 1
Protesta de los maestros frente a la Fiduprevisora en Bogotá – 29 de mayo 2024

Y ante el inminente caos, ¿qué ha hecho FECODE en la lucha por garantizar la salud como derecho fundamental de los maestros?

Las declaraciones iniciales de FECODE o mejor, su silencio frente a las crisis pone en evidencia que prefirió salir en defensa del gobierno que en defensa de la salud de los maestros, perdiendo con ello toda autoridad para posar como sus representantes; de hecho en varias reuniones algunos de esos dirigentes dijeron que no se podía hacer nada porque eso era irse contra Petro y respaldar el “golpe blando” de la derecha, un argumento infame con el que perfilan a todo aquel que quiera luchar por sus derechos, ratificando así sus viejas andanzas y su política de conciliación y entrega.

Y a pesar de que algunos dirigentes, presionados por la base exigieran la renuncia del presidente de la Fiduprevisora, y llamaran a la lucha amenazando incluso con un nuevo paro, los jefes de la Federación hacen parte del problema, pues han estado desde el principio en la planificación del nuevo modelo, y no se han opuesto a la intermediación y contratación con los capitalistas privados, tanto en materia de salud como en materia de educación, porque seguramente algunos de ellos tienen intereses en esos negocios. En este caso concreto además, siendo el nuevo modelo de salud para el magisterio un acuerdo entre el gobierno y los jefes de FECODE, salta a la palestra la otra verdad que hace fracasar el sueño de los reformistas de realizar los cambios desde arriba: el problema de quién tiene el poder. Y aunque aquí no se propusieron un cambio de fondo, también se encuentran con los obstáculos que imponen los capitalistas dueños del poder y del negocio, teniendo que adaptarse y convivir (en el caso de muchos directivos de FECODE sin mucho esfuerzo) con los viejos problemas de la podredumbre estatal: la corrupción, la politiquería, el tráfico de influencias, etc.

Por eso, se necesita reestructurar el sindicalismo en la independencia de clase con respecto al Estado, al gobierno y los capitalistas. Y en general el movimiento obrero y popular debe mantener su independencia porque su misión y razón de ser es defender los derechos del pueblo sin importar quien se encuentre en el gobierno administrando temporalmente los negocios de la burguesía y los terratenientes.

Lo más importante de este caos presentado es la necesidad de retomar la lucha directa en las calles, como ahora se ven obligados a hacerlo algunos dirigentes de FECODE presionados por la base, incluso en contra de la tradicional dirección conciliadora y traidora de los intereses de los trabajadores de la educación. Si los trabajadores y el pueblo quieren mejorar sus condiciones de existencia y no seguir perdiendo derechos están obligados a luchar contra el Estado y los ricos, aun en contra de los funcionarios del gobierno, y eso no los convierte en uribistas ni reaccionarios, como de antemano tildan los fanáticos a quienes se atreven a decir la verdad.

Y entonces ¿qué hacer?

Este oscuro panorama efectivamente ratifica lo propuesto desde el Programa Inmediato en el aspecto de salud: “Salud de calidad para el pueblo, abolición de las EPS y la intermediación del capital financiero en salud. Suprimir el aporte del 16% cobrado a los pensionados. Fortalecimiento material y científico de la estructura sanitaria. Mejoramiento de las condiciones laborales y de seguridad industrial para el personal vinculado al sector salud” lo que significa que, es desde el mismo Ministerio de Salud, donde se debe manejar toda la prestación del servicio, garantizando este derecho fundamental, en este caso, para el magisterio, pero también para el pueblo colombiano; sin embargo, esto tampoco es garantía, pues el Estado burgués en sí mismo y todas sus instituciones, son un antro de burocracia y corrupción.

Es por ello que este asunto de la salud del magisterio hace parte de la lucha que independientemente de la filiación política de los representantes sindicales debe ser defendido en las calles y con la lucha directa, sin oponer el lastre de que si se exige es porque se está contra el gobierno, se debe recordar que: ¡gobierne quien gobierne, los derechos de los trabajadores se defienden! De ahí la importancia de incluir estas problemáticas en la preparación y desarrollo de la Asamblea Nacional Popular independiente, propuesta por varias organizaciones sindicales, políticas y de masas, organizaciones revolucionarias interesadas en enaltecer el verdadero significado de las asambleas populares como órganos de poder de los desposeídos, decisorios y ejecutorios, sin el permiso de nadie, sino su propia voluntad colectiva, con dirigentes honestos y reconocidos por la misma asamblea que garanticen la ejecución de las decisiones, esa es la forma de concretar realmente las exigencias que plantearan las masas laboriosas, la juventud rebelde y los luchadores en el levantamiento popular, todo esto como base para avanzar en la lucha definitiva por la destrucción del Estado, pues está visto que no se trata de buenas intenciones, que no se trata de un cambio de gobierno, que no se trata de querer servir tanto a los explotadores como a los explotados, es una cuestión de poder, que no está en manos de los obreros y campesinos en este momento; el poder político lo ostentan los burgueses, terratenientes e imperialistas y toda la maquinaria estatal funciona para ellos, la lucha debe ser entonces por destruirla y construir un nuevo Estado que realmente represente los intereses de los desposeídos.

El llamado además de participar en la preparación y desarrollo de la Asamblea Nacional Popular, Revolucionaria e Independiente, programada para el 13 y 14 de julio, es trabajar por explicar pacientemente a las bases y a las masas confundidas acerca del daño que el reformismo ocasiona a la lucha por las reivindicaciones definidas desde el levantamiento popular, lo que implica, también participar en la ANP que se prepara básicamente desde el gobierno, donde sean las exigencias de los desposeídos y la lucha independiente por conquistar los derechos del pueblo, quienes protagonicen esta Asamblea.

Basta de atajos y promesas, basta de confianzas en el Estado de los explotadores, ¡Toda la confianza en la lucha directa e independiente de masas! ¡Toda la confianza en las Asambleas Populares como embriones de poder de los explotados y oprimidos por el capital!

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