Este lunes 6 de julio, Tasajera, un corregimiento del municipio de Puebloviejo (Magdalena), se convirtió en noticia nacional en las redes sociales al mostrar imágenes desgarradoras de la explosión de un camión cisterna con gasolina que se había volcado y que, desafortunadamente, por una chispa, 7 personas quedaron calcinadas y 49 más quemadas, 14 de ellas, en estado crítico. Las víctimas, antes de la explosión, se habían acercado al camión para extraer combustible en sus tarros y poderlo vender. Este hecho que se produjo en las horas de la mañana del trágico lunes se convirtió en uno de los sucesos más horrorosos de la historia de esta población.
Ahora bien, es sorprendente los miles de comentarios y reacciones proferidos por muchos en redes sociales, incluso, de algunos periodistas burgueses, quienes no paraban de acusar a las víctimas como responsables de su fatalidad. “Quién los manda”, “por ladrones”, “falta de cultura…”, “ignorantes y vivatos…”, “estúpidos, a quién se le ocurre”, entre otros, fueron los juicios absurdos y miopes lanzados por estos sí, ignorantes y estúpidos; palabras propias de quienes, están aislados de la realidad y encuarentenados dentro de un velo rosado y perfumado que no les deja ver y oler la descomposición y podredumbre de la sociedad burguesa y su Estado que, en el caso de Tasajera, la pobreza extrema, el hambre, la sed, la inseguridad y la preocupación, producto del orden burgués, empujó a muchos de sus habitantes a la desgracia ocurrida.
Culpar a las víctimas de lo acontecido es legitimar la desigualdad social, la corrupción de los gobiernos, el abandono y la miseria que ha reinado en Tasajera; a la vez, encubrir a los verdaderos responsables de lo sucedido y de la tragedia social en que ya venía este corregimiento. No es culpa del pueblo vivir en la pobreza extrema causada por el acaparamiento de la riqueza social por parte de unos pocos. No es culpable el pueblo de elegir morir cuando, tanto la burguesía como el Estado, han quitado hasta la mínima posibilidad de vivir dignamente y con las necesidades satisfechas, porque con sus medidas y políticas antiobreras y antipopulares, solo han beneficiado y enriquecido a los pocos de siempre, condenando a la mayoría a la superexplotación, al desempleo, al hambre, a la miseria y, por supuesto, a la represión y a la muerte. Los culpables de la tragedia son el podrido Estado burgués y los ricos a quienes representa, no el pueblo trabajador, que es responsable, eso sí, de producir la riqueza de la que viven los parásitos capitalistas.
“Nos estamos muriendo de hambre y hay días en que lo único que podemos tener es lo que nos da la carretera”, dice un habitante.
Tasajera, con cerca de 2500 familias, la mayoría de ellas viviendo en condiciones de extrema pobreza y, a pesar de estar en una zona estratégica comercial y rica en recursos, sus habitantes sobreviven hacinados en casas y ranchos maltrechos, sin agua, ni alcantarillado, ni energía, con calles sin pavimentar y en medio del hedor y la basura acumulada de años. Este pueblo de la ciénaga ha dependido, principalmente, de la pesca y el comercio de mariscos; sin embargo, en los últimos años la monopolización del mercado, el desempleo y el impedimento comercial generado por la pandemia, ha hecho que muchas familias estén al borde de la inanición. En respuesta a ello, es común que los pobladores frecuentemente bloqueen la Troncal del Caribe (carretera que conecta a Barranquilla y Santa Marta) para ser escuchados por el Estado. Pues el abandono llega a tal punto que a la gente le toca comprar el agua a camiones que la venden a $2800 los 500 litros.
Tasajera muestra un paisaje triste y desolador como muchos otros pueblos en Colombia, su situación solo podrá ser resuelta con un levantamiento de su población unida al levantamiento de todo el pueblo colombiano en el PARO GENERAL INDEFINIDO, en donde se debe exigir y conquistar el empleo, la salud, la vivienda, la educación y todo lo que sirva para tener una vida digna. No obstante, no son suficientes estas reformas viviendo dentro del capitalismo y, aunque puedan aportar a mejorar las condiciones del pueblo trabajador, debemos ir más allá, trabajar en la organización del PARTIDO COMUNISTA REVOLUCIONARIO DE COLOMBIA que dirija y organice la destrucción del Estado burgués para construir un nuevo Estado de obreros y campesinos, la edificación de un Estado auténticamente socialista que destierre las lacras de la sociedad capitalista que ponen en riesgo la existencia del pueblo y la naturaleza.
Por Antonio.