Una gran zozobra azota a todos los trabajadores al interior de la empresa Fabricato: despidos masivos, licencias no remuneradas, cierre de salones enteros y de líneas de producción, desconocimiento de las convenciones colectivas por parte de la empresa, aumentos salariales negados de golpe y primas a pagar por cuotas. Tales son las medidas que recaen sobre los hombros de quienes mueven y ponen en funcionamiento toda la fábrica, crisis que están pagando porque los grandes accionistas han resguardado sus ganancias y grandes capitales, blindándolos para ponerse a cubierto ante la crisis, a costa del sufrimiento y necesidades de los trabajadores. El sistema capitalista no tiene rostros ni acciones humanitarias.
La dura crisis ha llevado a un cierre casi total de la producción, que ahora solo se mantiene en menos de un 20% del total de su capacidad, y aunque las exportaciones de la empresa representa menos el 30% de la producción, en la presente crisis quedó demostrado que más allá de la pandemia, la anarquía de la producción ha llevado a todo el sistema productor de mercancías a nivel mundial al borde del colapso y de la ruina total. Esto es lo que se puede apreciar hoy en Fabricato, pues a pesar de producirse miles de metros de tela diariamente, estas mercancías no pueden venderse, abarrotándose en bodegas, todo a causa de que el mercado ya está inundado de telas, un fenómeno conocido como superproducción y cuya causa es la anarquía en la producción.
La superproducción conlleva a la ruina de una parte de los capitalistas, especialmente de los pequeños, a que otra parte de los capitalistas muevan sus capitales hacia otros sectores donde les sea más atractivo para sus acciones, por tanto, a la quiebra y al cierre de empresas, al despido masivo de trabajadores y por ende a la rebaja progresiva y cada vez más acelerada de salarios, ocasionando además que el comercio colapse pues cada vez hay menos gente que pueda comprar. Comprender a fondo esta realidad económica es indispensable para poder actuar correctamente y lograr frenar y echar atrás por medio de la lucha, las medidas de unos pocos dueños de la riqueza.
Ahora bien, la actual crisis ha ayudado a desenmascarar la mentirosa propaganda de Fabricato difundida desde tiempo atrás: “somos una familia”, “somos gente de fibra”, “Fabricato es de sus trabajadores”, etc., orientada a engañar incautos y generar una falsa sensación de bienestar. Otro hecho positivo es que han quedado al descubierto los falsos amigos de los trabajadores ―los sindicatos patronales― ya que sus jefes han dado su abierto espaldarazo a las políticas adelantadas por los directivos y socios de la empresa; por fortuna, su desprestigio y desaprobación ha cundido entre los trabajadores.
La lucha desatada hasta el momento en mítines y plantones de denuncias bajo las correctas banderas agitadas en torno a que la crisis la paguen los ricos, debe proseguir y enlazarse con las banderas por aumentos salariales, el pago inmediato de las primas y la defensa de las convenciones colectivas. Igualmente la lucha debe intensificarse denunciando y rechazando la tercerización laboral, la lucha por la contratación directa y la defensa de la estabilidad laboral; conquistas perdidas para las nuevas generaciones de trabajadores, quienes son los más golpeados.
Los trabajadores al interior de la empresa deben igualmente ser conscientes que antes de la pandemia, todo el pueblo colombiano se había venido alzando en contra de las políticas antiobreras y antipopulares del gobierno mafioso de Duque, que todo ese gran caudal de indignación popular se dirigía hacia un “Paro Nacional Indefinido”, hacia un Paro Nacional de la producción para golpear a los ricos donde más les duele y obligarlos a ceder un verdadero aumento salarial y los derechos arrebatados desde tiempo atrás; una lucha que a pesar del dañino papel traidor de la burocracia dirigente de las centrales sindicales ―CGT, CTC y CUT― y de los partidos oportunistas y reformistas, ha marcado el derrotero a seguir para triunfar conjuntamente sobre los enemigos del pueblo trabajador colombiano.
Los obreros de Fabricato al igual que los demás trabajadores fabriles, deben retomar urgentemente su papel de destacamento de vanguardia, volver a ser parte de la fuerza de avanzada de la lucha obrera, levantar con firmeza las banderas del pueblo colombiano y agitarlas para avanzar en la necesaria lucha para contrarrestar con toda firmeza los golpes de la patronal y del gobierno uribista encabezado por el títere Duque. En medio de la presente crisis, es una formidable oportunidad de organizarse y movilizarse para la lucha, ahí está el meollo del asunto, pues la pasividad y el famoso “salvase quien pueda” solo beneficia a los burgueses ahítos y ricachones.
¡Que la crisis la paguen los ricos!
¡Atrás los despidos masivos y la rebaja de salarios!
¡Contra la tercerización laboral, estabilidad y contratación directa!
¡Solo el pueblo, salva al pueblo!
Distribuidor del periódico Revolución Obrera