La afirmación del título del presente artículo no es fruto ni de los buenos deseos de su autor ni de algún tipo de brujería para predecir el futuro, es el resultado de aplicar la ciencia del marxismo leninismo maoísmo a la situación concreta de la realidad política colombiana. Para nadie que esté mínimamente informando sobre política es un secreto que el 21 de noviembre del presente año 2019 sacudirá al país un paro nacional, que ha sido convocado por distintos gremios como lo son estudiantes, profesores, pensionados, comunidades de mujeres, comunidades afro, comunidades lgbti, campesinos, indigenas, la aeronáutica civil, el inpec, las distintas centrales obreras, la iglesia católica, los vendedores informales, en fin, todas las clases trabajadoras colombianas están convocando al paro y a la movilización en todo el país.
Los motivos por los cuales se está convocando a parar este día no son pocos ni de poca monta: Querer pagar el 75% del salario mínimo a los menores de 25 años, salario sobre los días trabajados, es decir, no se pagarán ni sábados ni domingos ni festivos, la implementación del contrato por horas, salario mínimo diferencial entre regiones pagando el 75% del salario mínimo a las regiones con “baja competitividad y productividad” como lo son el Chocó, Guajira, Sucre, Cauca, Amazonas, Guainía, Putumayo, Vaupés y Vichada, subir la edad de jubilación de los hombres a 67 y de las mujeres a 65, subir las semanas de cotización para la pensión de 1300 semanas a 1600 y posteriormente a 1820 semanas, remover la incapacidad médica por faltar al trabajo y no pagar el día de trabajo de la incapacidad, regulación de la protesta social, reforma tributaria que en resumidas cuentas es más impuesto para los pobres y menos para los ricos empresarios con sus multinacionales, acabar con Colpensiones y volverlo en un fondo privado de pensiones, quitar la estabilidad laboral reforzada…
Todas estas reformas que nos pretenden imponer la OCDE y el FMI ya las han intentado imponer en otros países como Ecuador y han sido rechazadas por el pueblo de manera ejemplar con lucha radical en las calles. Teniendo presente la ley de la dialéctica de que todo está relacionado entre sí no es de extrañar que Colombia tome el mismo rumbo que tomó Ecuador y que actualmente está transitando en Chile.
Latinoamérica y el mundo en general está pasando por momentos de convulsión política, países como Ecuador, Chile, España, Irak, Libano, China, Haití, Francia, Siria, Honduras, Bolivia nos demuestran la decadencia y podredumbre en que se encuentra el sistema capitalista mundial y la inevitable agudización de sus contradicciones, siendo la principal la contradicción entre el proletariado y la burguesía, entre una producción cada vez más social y una apropiación cada vez más privada.
El sistema capitalista ya está en su lecho de muerte y depende de nosotros terminar de enterrarlo, depende de que los comunistas seamos capaces de convertir el marxismo en fuerza material, de lograr que prenda en las masas. El pueblo está luchando de forma ejemplar, pero hasta que no seamos capaces de fundir el Programa de los comunistas con el pueblo, sus luchas siempre terminarán en reformas, en poner pañitos de agua tibia a este gigante con pies de barro, y no porque el pueblo de manera consciente así lo quiera, sino porque los oportunistas y reformistas terminan por hacerse con la dirección del movimiento y le quitan el filo revolucionario a sus luchas, llevándolo a la tumba del establo parlamentario y a “resolver” todo desde las instituciones burguesas, sin atacar el problema central, de raíz, el principal, que es el sistema capitalista en su totalidad, y que es imposible de solucionar desde su vieja cueva de alacranes.
Por eso los comunistas en Colombia tenemos una tarea importantísima este 21 de noviembre, debemos ser capaces de aprovechar esta coyuntura histórica para fundir el Programa Para la Revolución en Colombia con las masas, de demostrarles la única solución a todos los problemas que aqueja a la sociedad colombiana, que es la Revolución Socialista, donde será destruido el viejo Estado junto con las relaciones de producción que defiende y será reemplazado para imponer unas radicalmente distintas, como son las relaciones de cooperación entre la gente, donde será abolida la propiedad privada sobre los medios de producción y serán socializados para disfrute de toda la población.
Debemos aprovechar que durante esta etapa las masas serán más susceptibles a las ideas revolucionarias, ser capaces de direccionar su capacidad todo creadora, de impulsar el paro no solamente por un día, sino como desde este periódico llevamos años defendiendo, ¡UN PARO NACIONAL INDEFINIDO! No podemos permitir que las camarillas sindicales vendeobreras terminen negociando por migajas de pan amargo como siempre han hecho, debemos luchar hasta dejar hecho añicos el paquetazo de reformas que nos quieren meter y arrancarle derechos y reivindicaciones a nuestros enemigos de clase; que les salga el tiro por la culata, debemos participar activamente en los Comités de Paro donde ya los haya y construirlos donde no, debemos aprovechar para alzar el sindicalismo independiente y clasista, es decir volver al verdadero sindicalismo, para que sean escuelas de socialismo y dignidad obrera.
También debemos estar preparados con materiales de seguridad mínima, como son gafas industriales, guantes aislantes de calor como los que usan los soldadores, una pañoleta y una botella con agua y bicarbonato (para neutralizar el efecto de los gases), todos estos implementos son muy económicos. A su vez debemos prepararnos para el ataque con piedras, cocteles molotov y demás artefactos que surjan en el camino.
La lucha que se le viene al pueblo colombiano no será una lucha fácil ni corta, será ardua y larga, y no por ello debemos de amilanarnos sino mantenernos consecuentes hasta el final, no permitir negociaciones donde seamos vendidos como vacas en el matadero.
Tenemos que hacer la síntesis durante y después de las jornadas de lucha, para aprender de los errores y no volver a cometerlos, para llevar a nuestra practica revolucionaria a una etapa superior.
Camarada Lucas
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