Inicia el 2017 y con ello crecen las afujías para los obreros colombianos. Al tiempo que el gobierno Santos impulsaba la reforma tributaria, la farsa de la negociación del salario mínimo se llevaba a cabo en la inservible mesa en el Ministerio de Trabajo. Solo los luchadores consecuentes, se dieron a la tarea de convocar mítines en las principales ciudades, para denunciar la nueva farsa y llamar al pueblo colombiano a organizarse y luchar por esta reivindicación, que en últimas es la confrontación entre la subsistencia del obrero y su familia, contra la ganancia de los parásitos capitalistas.
Cada año, la negociación del salario mínimo deja ver que no es más que una farsa; por un lado están los representantes del Estado, para esta ocasión Clara López que defiende los intereses de los capitalistas, de otro lado la posición de los patronos, dispuestos a conservar y aumentar su cuota de ganancia reduciendo cada vez más el salario del obrero, y la posición de quienes se dicen representantes de los trabajadores, y participan de la farsa en lugar de promover el paro, la huelga, la movilización; por el contrario su actitud es de desprecio por la lucha de los trabajadores, olvidando que ésta es la que realmente puede conquistar un aumento real al salario mínimo.
Así, con una mesa conformada por quienes NO representan ni defienden los intereses de la mayoría explotada y oprimida, se desarrolla la farsa en una época donde los trabajadores están cansados de producir todo el año y donde el sistema llena las mentes de consumismo y festejos intentando desviar la lucha de masas. Una vez más, como parte de la farsa el gobierno decreta una supuesta alza, que es absorbida en menos de nada, por el incremento en arriendos, canasta familiar, servicios, etc.
Por ello, el 7% de aumento impuesto por el gobierno es una burla a los trabajadores, que apenas sí superó en un 0.3% el ofrecimiento de los empresarios, una rebaja real del salario que conlleva el sometimiento a la miseria de millones de obreros que todo lo producen. Este actuar es el botón de muestra de lo que hacen los que se dicen representantes del pueblo, es la comprobación del por qué el pueblo no debe confiar en los politiqueros ni en el Estado; muestra el papel de personajes como Clara López quien no tiene que meterse en los zapatos de los patrones porque sus zapatos son burgueses. Es el momento de tomar las riendas de la lucha por el alza general de salarios: ¡Ni el Estado ni los politiqueros, solo el pueblo salva al pueblo!
Los empresarios por su parte, defienden su cuota ganancia, descargando en las espaldas de los trabajadores todo el peso la crisis capitalista; y no puede esperarse nada distinto por cuanto su razón de ser y propósito es la ganancia; una demostración de los antagonismos de intereses entre obreros y capitalistas, frente a la cual no cabe el engaño del pacto social, la trampa de la conciliación de clases o la mentirosa paz que bajo el capitalismo siempre será guerra contra el pueblo. La lucha por el alza general de salarios, hace parte de la lucha de resistencia por mejorar las condiciones de vida de los trabajadores y evitar su degradación física y espiritual.
Y completa el circo de la negociación del salario mínimo, la dirigencia de las centrales sindicales. Una dirigencia que cada año engaña a las bases obreras prestándose para la farsa; una dirigencia que NUNCA ha llamado a la lucha y movilización en medio de la supuesta negociación para presionar un aumento real porque su papel es servir a los intereses de los burgueses, terratenientes e imperialistas. Su función no es defender a los trabajadores sino la ganancia de los capitalistas, que se mantiene a costa de la súper explotación de la clase obrera; de ahí la urgencia de avanzar en la reestructuración del movimiento sindical en la independencia de clase. La lucha por el alza general de salarios implica poner como centro la movilización callejera, la protesta, el paro y la huelga que jamás organizarán las camarillas dirigentes de las centrales sindicales. ¡Por alza general de salarios: Huelga Política de Masas!
La nueva rebaja del salario mínimo decretada por el gobierno debe ser rechazada con la lucha de todos los trabajadores, uniéndola a la lucha contra la reforma tributaria y por las demás sentidas reivindicaciones del pueblo colombiano. Esto requiere de la organización de las masas laboriosas en Comités de Lucha o de Paro, realizar los Encuentros o Asambleas Obrero Populares que destaquen el alza general de salarios como uno de los puntos más importantes en las plataformas de lucha que se discutan; solo así se podrá luchar de manera organizada e independiente del Estado y de los politiqueros, por una alza general de salarios, que no solo mejore las condiciones de vida de los obreros y sus familias, sino que contribuya al ánimo y a la lucha general por acabar con la asquerosa explotación del hombre por el hombre.