Extracto del libro biografico «Federico Engels» del escritor Polaco Heinrich Gemkow en 1957, versos escritos a sus 20 años sobre la libertad en Alemania.
«Con ese llamamiento a luchar por un Estado burgués, único, indivisible, Engels apelaba a todaslas fuerzas progresistas para sacar al pueblo alemán de su impotencia nacional. Para Engels, ya en esos años de su juventud, la grandeza nacional incluía también el reconocimiento de las realizaciones y hechos progresistas de otros pueblos; por eso estaba contra aquellos germanos a ultranza que querían hacer creer que «el mundo entero había sido creado para los alemanes y que los alemanes mismos habían alcanzado desde hacía mucho el más alto grado de desarrollo. Para Engels, el llamamiento a la acción patriótica se ligaba siempre con el llamamiento al entendimiento entre los pueblos.
Alentando la esperanza de que en Alemania no tardaría en asomar la aurora de la libertad, el veinteañero Engels regresó a Barmen, De sus pensamientos y esperanzas de entonces da testimonioel poema Viaje nocturno que publicó en aquellos meses:»
Viaje Nocturno (1841)
Viajando, solo, voy en noche oscura
Por un suelo alemán bien conocido
En que, arrojados por la fuerza, yacen
Ardientes corazones varoniles.
Furiosos, pues la tan penosamente
Ganada libertad ha sido ahora
Desterrada y lenguas viperinas
La escarnecen con risas, con insultos.
La niebla pesa sobre las praderas,
De tarde en tarde un tenue viento sopla
Asustando a los chopos que, enseguida,
Caen nuevamente en su letargo.
Empero, pende sobre la ciudad
A la que me dirijo la afilada
Hoz lunar cual espada de Damocles.
La cólera real llega muy lejos.
Y golpea en el acto Saltan perros
Junto al coche, ladrándome.¿Es qué, acaso,
Cual los escribas de la capital,
Venales, olfatearon este espíritu.
Mío de libertad? ¡Pues no me importan!
Hundido en los cojines vivo sueños
Libres y audaces, sueños del futuro.
¡Que nadie les confunda!: ya es sabido,
Cuanto más cerca el alba, más oprime
La pesadilla. Brilla ya la estrella
Que anuncia la mañana. Las campanas
De la libertad alzan a los justos.
¡No anuncian la tormenta, no, repican
Por la paz! Lo que queda de la época
Que muere, a ruinas lo reduce el árbol
Del espíritu, que sus áureas flores
Esparce por el mundo. Ya amanece.
Miro la tierra en paz. Ante mí luce
Mi ciudad, urbe de la libertad,
Brillando con la luz de la mañana.