El Partido Comunista y los pueblos indígenas

El Partido Comunista y los pueblos indígenas 1

Contexto histórico político organizacional

En Colombia hay 116 pueblos indígenas reconocidos oficialmente, con una población cercana a los cinco millones de personas, la mayoría con procesos de lucha en las siete organizaciones nacionales que tienen asiento en la Mesa Permanente de Concertación – MPC. Cuentan con estructuras de gobierno propio como Cabildos indígenas, Consejos de autoridades tradicionales, Sistemas de justicia propia, Guardias indígenas y Tribunales territoriales.

Los aportes revolucionarios indígenas se expresan en formas de lucha como la Guardia Indígena, la Minga Social, la liberación de la madre tierra, las Asambleas Permanentes y la justicia propia; en un pensamiento que integra cosmovisión y política, armonía con la naturaleza, poder como servicio, economía para la vida, democracia comunitaria y el buen vivir como alternativa al capitalismo. Sus contribuciones organizativas incluyen cabildos como gobiernos horizontales, mingas como base organizativa, justicia restaurativa, control territorial y diplomacia indígena. Estas experiencias generan nuevas formas de resistencia y organización, construyen poder popular desde la diversidad y muestran la viabilidad de otros modelos de gobierno y de desarrollo diferentes del capitalismo.

Sus formas actuales de resistencia incluyen la Guardia Indígena, que ejerce control y defensa territorial y protege líderes y comunidades; las mingas, vinculadas a trabajo comunitario, recuperación de tierras, defensa territorial y movilización; y la resistencia cultural, que fortalece lenguas nativas, saberes, rituales, educación indígena, medicina ancestral e identidad. También implementan estrategias como refugios humanitarios, Asambleas Permanentes, documentación de violaciones y acompañamiento internacional. El sistema de alertas tempranas refuerza el monitoreo, la comunicación, los protocolos de emergencia y la coordinación interétnica. Con la diplomacia indígena participan en foros de la ONU, se hacen alianzas y denuncias internacionales. Esta resistencia milenaria enriquece las luchas sociales mediante la convergencia territorial, alianzas interétnicas, redes solidarias, unidad popular diversa e internacionalismo desde abajo, defendiendo bienes comunes, poder popular, autonomía política e interculturalidad crítica.

Los logros políticos incluyen el reconocimiento constitucional del carácter multiétnico y pluricultural del Estado, territorios indígenas como entidades territoriales, jurisdicción especial, autonomía política y administrativa, circunscripción especial, consulta previa y objeción cultural. Así como el reconocimiento legal de resguardos, control de recursos naturales, gobierno propio, planes de vida, participación en el sistema general, protección de sitios sagrados y avances en sistemas propios como el SEIP (Sistema de Educación Indígena Propio), el SISPI (Sistema Indígena de Salud Propio Intercultural), acceso a agua potable, saneamiento, reconocimiento de lenguas y saberes tradicionales. Estos logros han impulsado transformaciones estructurales del Estado: pluralismo jurídico, descentralización, participación política directa, ordenamiento territorial natural y derechos colectivos.

Su impacto social se refleja en la visibilización de la diversidad cultural, el cuestionamiento al modelo de desarrollo dominante, la defensa de la biodiversidad como causa política, nuevas formas de resistencia civil y el fortalecimiento del diálogo intercultural, aportando así a una visión alternativa de sociedad basada en la autonomía, la cultura y el respeto a la vida.

El Partido y los pueblos

Es importante establecer bases fundamentales para el desarrollo del trabajo MLM con los Pueblos Indígenas de Colombia, reconociendo y respetando sus realidades cosmogónicas, espirituales, culturales, autonomía, libre determinación, gobernanza propia y derechos ancestrales y colectivos.

La efectividad de una línea revolucionaria con los pueblos indígenas responde a nuestra capacidad para integrar genuinamente el marxismo-leninismo-maoísmo con las tradiciones y luchas indígenas, entender el consentimiento libre e informado, respetar su autonomía, combatir el racismo y discriminación, lograr articulación orgánica que enriquezca la lucha revolucionaria y genere praxis revolucionaria arraigada territorialmente. Esa línea debe armonizar teoría y práctica revolucionaria con la realidad y cultura indígena, considerando la articulación entre el Partido y sus sistemas propios de gobierno basados en Leyes de Origen, Derecho Mayor, Derecho propio y palabra de vida.

De ahí que, como principios básicos, debemos considerar el respeto profundo a estructuras organizativas propias, al diálogo horizontal e intercultural permanente, protagonismo autónomo de pueblos indígenas en definición de objetivos y articulación orgánica entre luchas específicas y revolucionarias. También tener en cuenta los aportes de los pueblos indígenas al marxismo-leninismo, síntesis entre cosmovisión indígena y pensamiento revolucionario y construcción colectiva desde bases territoriales y protagonismo efectivo de comunidades.

Esta relación entre el Partido y los pueblos indígenas debe considerar el desarrollo de cuadros desde las comunidades, identificando los liderazgos naturales, lo que requiere capacitación política, mantenimiento de vínculos comunitarios, adaptación del lenguaje revolucionario a culturas indígenas, fortalecimiento de democracia comunitaria, integración de espiritualidad en práctica política, construcción de alianzas interétnicas y populares, defensa y protección integral del territorio y conocimientos, fortalecimiento de la autonomía, libre determinación y gobierno propio. Por lo que el trabajo requiere consideraciones especiales como la descolonización del pensamiento para superar el eurocentrismo, valoración de epistemologías indígenas y respeto a la diversidad cultural. La articulación de lucha incluye conexión entre luchas indígenas y revolucionarias, alianzas interétnicas y populares y el respeto a formas propias de resistencia.

Todo esto teniendo en cuenta que los desafíos actuales incluyen amenazas inmediatas como la presencia de grupos armados, narcotráfico, megaproyectos, asesinatos de líderes y desplazamiento forzado; así como marginación, problemas de acceso a servicios básicos, pérdida cultural, cambio climático y soberanía alimentaria. Es así como el MLM podrá fundirse con los pueblos indígenas, para la lucha definitiva contra su común enemigo.

Nelson Ch’akalli

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