¡Abajo los atropellos de la Junta Nacional de Descalificación!

¡Abajo los atropellos de la Junta Nacional de Descalificación! 1

La cita era a las 10 de mañana, llegué media hora antes, fue raro pues en Bogotá los trancones son parte del paisaje de la ciudad. Al llegar ya estaba allí una compañera, quien, como yo, acudimos al llamado realizado por diferentes organizaciones sindicales para realizar un mitin frente a las instalaciones de la Junta Nacional de Calificación de Invalidez.

Mientras iban llegando el del sonido y demás compañeros, conversamos de si habíamos desayunado y de a qué hora habíamos salido de la casa. A diferencia de mí, que estaba relativamente cerca de la zona donde se encuentra la sede principal de la JNCI, la compañera trabajadora de servicios generales, vive al otro lado de la ciudad, por lo que su trayecto duró dos horas, a pesar de que tomó Transmilenio; transporte que se supone es más rápido por tener una vía exclusiva; bueno esa fue la «ideota» que nos metieron alcaldes como Peñaloza, para mantener su jugoso negocio y no hacer el Metro que desde la década del 50 del siglo pasado se ha planeado construir. Así, es evidente que el transporte es un viacrucis para muchos trabajadores, pues se les va gran parte de su tiempo diario desplazándose de su lugar de vivienda al trabajo y viceversa.

Hablando de su situación laboral, me contó que había tenido un accidente de trabajo, se cayó en el Aeropuerto y se golpeó muy fuerte la cabeza. En su momento fue a la EPS, pero allí únicamente le dieron calmantes, la enviaron a hacerse algunos exámenes, que como ustedes saben solo pueden ser los que estén autorizados, es decir, que no sean de alto costo. La compañera tuvo que regresar a su trabajo y seguir laborando de igual forma; pero al transcurrir el tiempo, le aparecieron unos fuertes dolores de cabeza, inmovilidad del cuello y los brazos, lo que le impedía trabajar igual. Tuvo que volver nuevamente a la EPS, la remitieron con un neurólogo, que como ustedes saben, las citas con un especialista no se programan rápido, sino que se debe esperar meses para que haya agenda. Finalmente, tuvo “suerte”, dice ella, pues este especialista identificó que a raíz del golpe tenía una lesión cervical que empeoró cuando ella continúo trabajando después del accidente.  Actualmente se encuentra en terapias, después de hacer varios trámites con la ARL, la empresa la reubicó en un trabajo de oficina y es posible que necesite de una neurocirugía. La compañera me decía que lo único que ella quería era mejorarse para seguir trabajando.

El mitin comenzó a eso de las 10:10 de la mañana el pasado 22 de agosto. Asistieron aproximadamente 40 personas de los sindicatos Sinlatrascoop, Sintrasecfin, SintraUniseguridad, Antsa, SintraTVS, Asonalpliasecos, trabajadores enfermos de Colmotores, la Escuela Sindical María Cano y los distribuidores de Revolución Obrera.

Las denuncias giraron en torno a los casos de trabajadores enfermos que son altos y van en aumento, según el dato que daba ese día un compañero, el 30% de los trabajadores tiene alguna enfermedad de tipo laboral y la Junta Nacional de Descalificación, que no tiene absolutamente nada de neutral, como lo dijeron en su comunicado, ofendidos por el mitin que se les realizó; en contubernio con las Administradoras de Riesgos Laborales, fallan en contra de los trabajadores, negando indemnizaciones y pensiones de invalidez a pesar de ser tan evidentes, pues los compañeros quedan imposibilitados para seguir trabajando, por enfermedades ocasionadas luego de entregar su vida a las empresas explotadoras.

En el enlace puedes ver los videos de la actividad

Igualmente, las ARL pertenecientes al sector financiero, así como las EPS y AFP, es obvio que no sueltan un peso por un trabajador que ya no es productivo para los capitalistas, así que son muchas las maniobras y cortapisas, haciendo incluso propaganda de que muchos trabajadores se inventan las enfermedades para no trabajar, el ladrón juzga por su condición, pues al contrario, como lo decía la compañera en su testimonio, quiere que la alienten para seguir trabajando, ¡no está pidiendo limosna señores capitalistas!

Pero el hecho es que muchos de ellos no lo pueden hacer porque sus lesiones —ocasionadas por el aumento de la intensidad de trabajo—, son irreversibles. Los capitalistas para obtener mayores ganancias lo hacen a costa de la superexplotación de la clase obrera, y más aún en la actual crisis capitalista mundial, en la que se ha rebajado su cuota de ganancia. Así que además de reducir los salarios por debajo de su valor, despiden trabajadores, y a quienes quedan les aumentan las jornadas y la intensidad de trabajo. Para ello contratan personal encargado de fustigar como a bestias a los trabajadores para que se sometan a estas largas y extenuantes jornadas. 

Como les decía la JNCI, publicó un comunicado ese mismo 22 de agosto con puras mentiras. No fueron 10 personas las que asistieron, no se bloqueó la entrada de la Clínica de la Sabana, ni se afectaron las citas agendadas y en cambio sí la clínica les negó el servicio a esos trabajadores; es completamente responsabilidad de la Junta, lo cual no es extraño, si utilizan otras maniobras, porque no utilizarían esa excusa para negarle la atención a quienes asistieron ese día. Así como es mentira que nos negamos al dialogo porque había órdenes de quedarse, nos negamos al diálogo porque no nos interesaba a puerta cerrada hablar con ellos, el objetivo era dejar públicamente claro que la JNCI está al servicio de los capitalistas. En el comunicado se amenazó con demandas, por las supuestas calumnias contra ellos y en particular de las funcionarias Claudia Ivonne María Rangel de la Torre y Gloria Maldonado Ramírez.

Los trabajadores estamos acostumbrados a sus amenazas, sabemos que las leyes favorecen al final a los empresarios, sabemos que el Estado no es imparcial y que los triunfos que logremos serán con la fuerza de los propios trabajadores, claro también interpondremos las demandas que se requieran, pero solo con la unidad y lucha directa, independiente del Estado y los politiqueros, se podrá obligar a que entidades como la JNCI y el Ministerio de Trabajo, fallen en favor de los trabajadores.

Debemos tener también presente, que serán victorias temporales, pasajeras; los capitalistas y sus instituciones no se quedarán quietas y arremeterán nuevamente contra los trabajadores, por lo que es imperante organizarse en el Partido de la clase obrera, para despojarlos de su poder económico y político. Para ello se necesita la revolución, la toma del poder del Estado burgués para destruirlo y sobre sus ruinas construir el Estado de obreros y campesinos. Solo así, los trabajadores podrán garantizar mejores condiciones laborales, atención de calidad para los enfermos que deja el sistema capitalista y que las nuevas generaciones de trabajadores no tengan que padecer el infierno de la explotación asalariada ni la mezquindad en la prestación de servicios como la salud, la educación y cuantas necesidades le sufre nuestra clase a sus enemigos. 

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