Juana Julia Guzmán, fue una histórica dirigente del movimiento campesino y femenino de la primera mitad del siglo XX. Nació en Corozal, Sucre en 1892 en el seno de una humilde familia campesina de origen afro e indígena. Por su condición de pobreza no pudo asistir a la escuela, por lo que empezó a trabajar desde muy joven en la clasificación de hojas de tabaco en el negocio que tenía su padrino Cristóbal Badel, que exportaba tabaco a Alemania. Al quebrar el negocio de su padrino a raíz de la primera guerra imperialista, Guzmán se trasladó a Montería en 1916, en donde trabajó como empleada doméstica y trabajadora no asalariada. Es allí en donde entró en contacto con el socialista italiano Vicente Adamo, que se encontraba exiliado en el país.
Con la influencia ideológica del socialista italiano, ambos fundan la Sociedad de Artesanos y Obreros de Córdoba en 1918 y emprenden acciones de recuperación de tierra en la región de Loma Grande, estando allí constituyen el Baluarte Rojo de Loma Grande con el fin de luchar por la tierra y defender los derechos de los campesinos, colonos y trabajadores agrícolas. Posteriormente se crean otros “baluartes rojos” en Callejas y Canalete.
En 1919, Juana Julia Guzmán fundaría la Sociedad de Obreras Redención de la Mujer, de la cual sería presidenta. La mayor parte de las mujeres que integraban este movimiento eran trabajadoras o campesinas. Esta fue una de las organizaciones pioneras en organizar a las mujeres de las masas populares para luchar por sus derechos en medio de una sociedad machista y bastante atrasada como la del departamento de Córdoba de esa época.
Entre otras iniciativas de organización en las que participó Juana Julia se encuentran la creación del Hospital Socialista, la Escuela Obrera, la Biblioteca Popular, y unas cooperativas que recibían el nombre de “Sociedades Comerciales Anónimas”. Todas estas eran instituciones creadas con el fin de mejorar y dignificar la vida de los trabajadores y mujeres del campo.
Vicente Adamo sería expulsado del país en 1927, pero los baluartes y las demás instituciones obreras y campesinas continuaron con su trabajo durante las décadas de los 40s y 50s bajo la dirección de Juana Julia Guzmán, resistiendo ante las avanzadas de los terratenientes contra los baluartes constituidos; además de luchar por la obtención de la titulación legal de las tierras recuperadas. Su abnegada entrega a la lucha de los desfavorecidos del campo le llevó el apodo por parte de los enemigos de clase como “La robatierra”. Incluso, se dice que el sociólogo Orlando Fals Borda encontró en un baúl de recuerdos de la dirigente una carta escrita por Vladimir Ilich Lenin en donde el revolucionario ruso exaltaba su trabajo organizativo.
A principios de los años 50, debido a la guerra reaccionaria que se desarrollaba en el campo y las amenazas en su contra se traslada de la región del Sinú hacia Montería. En la década de los 70, con la fundación de la Asociación Nacional de Usuarios Campesinos (ANUC), Juana Julia se vincula a esta organización en donde les transmite todos sus conocimientos a sus nuevos compañeros de lucha y los orienta en la práctica de las recuperaciones de tierra. Además, fue una de las impulsoras de la creación del Comité de Mujeres de la ANUC. En 1975, fallece en el barrio Granada, Montería.
Recordamos a la gran Juana Julia Guzmán, como una de estas mujeres colombianas que dedicaron su vida a la lucha de su clase y de su pueblo en contra de las clases dominantes. Es ejemplo de lucha para las nuevas generaciones de luchadoras populares, que deben tener presente que, a pesar de vivir bajo una sociedad capitalista y machista, siempre es preciso luchar, porque como le gustaba repetir a la misma Juana Julia: “el cobarde no hace historia”.