El PCC y los aviones de guerra de Petro

El PCC y los aviones de guerra de Petro 1

En política las alianzas son importantes. Un partido revolucionario no puede renunciar a realizar alianzas con otros partidos. Pero, si bien las alianzas son importantes, también hay ciertos elementos fundamentales de la política comunista a los que no se debe renunciar, de lo contrario se caería en la charca del oportunismo; estos son: la libertad de crítica y el rechazo a otorgar concesiones teóricas. Ambos son aspectos de un principio importante del comunismo: la independencia política del partido de la clase obrera frente a partidos de otras clases.

El partido comunista aspira a representar los intereses de la clase obrera, en todo momento debe hacerlo, por lo que en una alianza debe siempre delimitarse del aliado, no puede disolverse en ella, no puede renunciar a su política ni a sus principios en aras de mantener la alianza «a toda costa». El partido comunista, recomendaba Lenin, debe «desconfiar» del aliado, porque este generalmente representa los intereses de otra clase. El partido comunista, por tanto, debe recurrir a la libertad de criticar públicamente al aliado temporal, a no entregarle concesiones teóricas. Porque, como mencionamos al principio, renunciar a ello implica caer en la charca del oportunismo, pues el partido al no delimitarse de la política de su aliado, pierde su independencia, se disuelve, pierde su razón de ser -esto es, de representar la política revolucionaria de la clase obrera- y se convierte tan solo en un apéndice del partido de otra clase social. En la historia del movimiento obrero existen varios ejemplos del fracaso que conlleva que el partido comunista se disuelva en una alianza política.

En Colombia, hemos sido testigos de esa falta de independencia de un partido comunista frente a sus aliados demócratas pequeños burgueses y burgueses, que es lo que ha ocurrido con el llamado Partido Comunista Colombiano (PCC)[1]. Actualmente, este partido es integrante en minoría de un proyecto político capitalista de reformas (gobierno del Pacto Histórico), algunos de sus miembros han ocupado u ocupan carteras ministeriales. El partido mismo ahora se encuentra en un proceso de unidad en uno solo con los otros sectores políticos de la alianza.

El PCC desde el proceso electoral y en lo que va del gobierno, ha sido uno de los sectores políticos más fieles a Gustavo Petro, al punto de renunciar a la libertad de crítica en aras de mantener su unidad dentro del Pacto Histórico. Ante las decisiones evidentes de carácter burgués y anti popular adoptadas por el gobierno, en lugar de criticar abiertamente, el PCC opta por mantener el silencio o peor aún, justificar tales medidas. Veamos un ejemplo de esto.

En el reciente editorial del Semanario Voz, órgano del Partido Comunista Colombiano, que lleva por título “Aviones, sí. Inversión en la paz, mejor”[2], se aborda la noticia de la compra de 16 aviones de guerra «Saab Gripen» de origen sueco por parte del gobierno de Gustavo Petro por un precio cerca de los 100 millones de dólares cada uno.

Esa decisión fue criticada por algunos sectores de la izquierda y con razón, en un país tan desigual con evidentes necesidades como Colombia, hacer una enorme inversión de recursos en aviones de guerra en lugar de invertirlos en resolver las necesidades de las masas oprimidas, es un despilfarro y una irresponsabilidad por parte del gobierno. Además, no es la primera vez que la izquierda se opone a la compra de aviones de guerra, en gobiernos anteriores como el de Iván Duque se rechazaron en su momento las pretensiones del gobierno uribista de comprar unas unidades de F-16 norteamericanos. El mismo Petro, en ese momento congresista y aspirante a la presidencia, afirmó que invertir en aviones de guerra en lugar de usar esos recursos para «salvar la vida» era «el máximo grado de irresponsabilidad de un gobernante». Petro y el PCC han «olvidado» esa cuestión. En el editorial antes mencionado, el PCC en lugar de hacer la crítica, justifica la compra de esos aviones de guerra.

El PCC y los aviones de guerra de Petro 2

El editorial inicia con la vieja confiable de los defensores más acérrimos de Petro, esta es: la de excusarlo de sus propias decisiones. Se nos dice que el negocio de comprar aviones de guerra «es un negocio que Colombia ha estado evaluando desde hace 15 años», por tanto, «no es una decisión de Petro, es una decisión de Estado». Hay que advertir al lector que, a lo largo de ese editorial, el PCC da muestras de un abandono total de la concepción marxista del Estado. Prosigamos. Es cierto que las negociaciones para comprar nuevos aviones de guerra son de hace años, pero también es cierto que la decisión de esa compra fue adoptada por Petro que encabeza el gobierno que actualmente administra el Estado capitalista (hay que añadirle eso último porque el PCC olvida el carácter de clase del Estado colombiano). Esa decisión la toma Petro como jefe supremo de las Fuerzas Armadas del país, no la toma el Estado en abstracto. El 2 de abril, el mismo Petro junto a algunos de sus altos funcionarios se reunieron con una delegación sueca para firmar la carta de intención para iniciar la compra de esos aviones. Fue el mismo «compañero presidente» Petro el que hizo el anuncio de la compra de esos aviones en su cuenta en la red social X. Afirmar -como hace el PCC- que Petro no toma esa decisión es un insulto a la inteligencia del pueblo.

Luego de excusarlo, el PCC aborda el asunto desde el «punto de vista político», según ellos, la decisión de la compra de los aviones es un acierto porque no se le compraron los F-16 a los yankees, ni los KFir a los israelíes, sino los Gripen a los suecos. Los compañeros del PCC no son tontos y en el fondo saben que los suecos no son una perita en dulce, entonces dicen que, si bien Suecia «es miembro de la OTAN», la compra de los aviones a otro país que no sea Israel o Estados Unidos, «le permite al país diversificar sus relaciones militares, y por tanto, sus relaciones políticas». Increíble. Esa pirueta argumentativa que hicieron los compañeros del PCC es digna de una medalla olímpica.

Primero, la relación política entre Colombia y Suecia data desde 1874, por lo que no se está «diversificando» nada en las relaciones internacionales de este país. Segundo, Suecia es tan capitalista y pro imperialista como lo es Estados Unidos e Israel; sus aviones de guerra son utilizados también en conflictos interimperialistas, por ejemplo, en la actual guerra en Ucrania, en donde Suecia ha destinado una flota de cerca 14 aviones Saab JAS 39 Gripen al gobierno del reaccionario Zelensky para combatir contra los rusos[3]. Es una vergüenza por parte del PCC justificar la compra de los Gripen de esa manera, restándole el carácter burgués-imperialista de una industria militar como la Saab sueca.

Ahora, desde el punto de vista económico, el editorial justifica la decisión al decir que la compra no tendrá impacto en las finanzas públicas, a eso le suman, que es un «negocio transparente», el cual «se le arrebata a las estructuras corruptas enquistadas en el Estado y también en las Fuerzas Armadas, que persisten en estas prácticas» (¡Sic!). ¿No que la decisión había sido del Estado y no de Petro? Al parecer ahí sí el gobierno tiene responsabilidad en la compra de los aviones.

En este punto ya es evidente que el PCC renunció a la concepción marxista del Estado. El problema son unas «estructuras corruptas enquistadas» en el Estado y no el Estado burgués en sí mismo, es decir, son unas «manzanas podridas» adentro, más no las instituciones capitalistas como tal. En fin, dejemos de lado nuevamente esta cuestión del Estado. En ese argumento, el PCC ni siquiera se plantea que por más transparente que haya sido la compra de esos aviones, estos van a pasar a reforzar la capacidad militar, de guerra, de aplastamiento, de «esas estructuras corruptas enquistadas en el Estado y también en las Fuerzas Armadas»; que esos aviones luego serán utilizados para realizar bombardeos en territorio nacional y con mayor fuerza si en años posteriores se sube un gobierno reaccionario de ultra derecha.

Posteriormente, el editorial nos dice que esos aviones son apropiados para las «necesidades de la defensa aérea del país», ¿defendernos de quién?, ¿de los imperialistas yankees? Los imperialistas no necesitan invadirnos pues ya somos una semicolonia. Y si la cuestión pasa por defender la soberanía nacional en lugar de comprar aviones de guerra la mejor decisión es acabar con las bases militares estadounidenses que hay en el país y echar atrás el proyecto militar en la isla Gorgona que este gobierno del Pacto Histórico está empeñado en instalar. La modernización de la Fuerza Aérea colombiana más que una cuestión de soberanía nacional es de estar mejor preparados ante un posible conflicto militar con Venezuela[4].

Finalmente, después de haber intentado justificar la compra de los aviones de guerra, el PCC declara que tal decisión no deja de suscitar «preocupación sobre las prioridades del Gobierno y de la sociedad colombiana», pues en un país con «altos niveles de pobreza y marcados por el subdesarrollo» la gente no va dejar de preguntarse por qué se hacen inversiones en aviones de guerra y no en las necesidades del pueblo, pues a pesar que el gobierno ha hecho inversión en lo social, «la percepción de quienes viven día a día el impacto del conflicto es que aún no se hace lo suficiente».

La fidelidad a Gustavo Petro, su falta de independencia política, y el mantenimiento a toda costa de la unidad y defensa del gobierno, le impide al PCC realizar la crítica a fondo, lo que los lleva a no ser consecuentes en la petición que al final del editorial realizan en un tono lastimero, diplomático y servil, de que los aviones sí, pero que también hay que invertir en la «transformación territorial». Es decir, no solo se necesita la «mano firme» (aviones de guerra), sino también el «corazón grande» (inversión en lo social). Aun así, a pesar de esa preocupación por la inversión social, el PCC comprende de todas maneras que esos aviones son una «necesidad estratégica del Estado» – ¿de cuál Estado? -. Sin duda alguna las clases dominantes colombianas y los imperialistas están a gusto con que el PCC tenga raison d’état.

Este es un pequeño ejemplo negativo de lo que significa la pérdida de independencia de un partido comunista que los lleva a justificar, en este caso, la compra innecesaria de aviones de guerra en un país con tantas necesidades como Colombia. A esa ausencia de independencia le sumamos el abandono de la concepción marxista, proletaria revolucionaria, del Estado capitalista.

El pueblo no olvida. Cuando en futuros gobiernos esos Saab Gripen realicen bombardeos en territorio nacional o sean usados para la invasión imperialista sobre Venezuela, los trabajadores van a recordar que esos aviones de guerra fueron comprados por el «primer gobierno de izquierda» encabezado por Gustavo Petro. El mismo gobierno que ha impulsado la creación de bases militares yankees en Gorgona y Marindo, que militarizó regiones del país como el Catatumbo, que envió una flota de la Marina a realizar acciones militares en el Mar Rojo como parte de una Fuerza Marítima Internacional encabeza por los imperialistas yankees, que reforzó el discurso y la política contra insurgente, etcétera. En ese momento, los trabajadores también recordarán que el Partido Comunista Colombiano mantuvo silencio o terminó justificando esas medidas militaristas.


[1] La falta de independencia política del PCC no es de ahora, sino de vieja data. Se puede rastrear desde la alianza que el partido llevó a cabo con uno de los partidos de la burguesía colombiana: el Partido Liberal. El grado de su falta de independencia fue tal que el partido terminó recibiendo el deshonroso sobrenombre de «partido liberal chiquito».

[2] https://semanariovoz.com/aviones-si-inversion-en-la-paz-mejor/

[3] https://www.huffingtonpost.es/sociedad/un-lote-14-cazas-mas-temidos-cae-manos-ucrania.html

[4] https://www.infobae.com/colombia/2025/04/03/aviones-gripen-que-comprara-colombia-aniquilarian-a-los-sukhoi-de-venezuela/

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