Avanzar hacia la reestructuración del movimiento sindical es una necesidad

Avanzar hacia la reestructuración del movimiento sindical es una necesidad 1

La dirección burguesa del movimiento sindical es lo más parecido al Estado burgués: maquinaciones y fraude, tal como ocurrió en las pasadas elecciones de la CUT. A ello se le suma que muchos cuestionan el fraude, no criticando los métodos nada proletarios, sino, simplemente porque no quedaron elegidos en la dirección de la central; pues en otrora ellos han sido actores de ese mismo sindicalismo burgués, pero ahora no pudieron volver a serlo dados los problemas de grupo entre los partidos politiqueros.

Y es que el problema tiene que ver con el apoyo a los diferentes gobiernos de turno, ahora el de Petro que promete varias reformas; por ello se han dividido en intereses personales y de grupo, y no por la defensa de los intereses de los trabajadores.

Esta división al interior de la CUT, al igual que en la maquinaria del Estado explotador, demuestra la crisis en la que está el sindicalismo burgués; crisis manifiesta en la poca credibilidad que tienen los obreros hacia esas centrales, pero eso a los jefes sindicales no les interesa, mientras se sostengan en esa maquinaria que les da prebendas personales. Un ejemplo de esto es el caso del señor Francisco Maltés, quien esta vez no quedó en el Comité Ejecutivo de la CUT, pero no porque claramente su trabajo sea en contra de los obreros ─como bien lo pueden ratificar los trabajadores de Colsubsidio─; sino porque se lanzó al Concejo de Bogotá, demostrando nuevamente que la CUT existe no solo para engañar a los trabajadores y confundirlos en su lucha independiente, sino también, para ser un trampolín que les permite subir al establo parlamentario burgués.

Este es el servicio que le presta el sindicalismo burgués a los gremios económicos, a los terratenientes y al imperialismo, a ellos les conviene mantener el dominio sobre un movimiento que ha jugado un papel importante en la lucha de clases en Colombia, un movimiento que perfectamente puede parar el país porque organiza a los obreros de las industrias más importantes, por lo tanto, son ellos ─por medio del Estado y a través de todos los medios─ quienes han comprado a una burocracia sindical empotrada en la dirección de las centrales sindicales.

Muchos obreros saben que las actuales centrales no sirven para nada, pero siguen allí porque el Estado burgués es su base de apoyo, y les exige a los obreros que deben ser parte de una central; aunque saben que en las empresas los patronos hacen lo que quieren con ellos, y pese a estar organizados nacionalmente, se tienen que defender solos, porque esas centrales no confrontan a los capitalistas.

Desde las páginas de Revolución Obrera hemos denunciado este sindicalismo y le hemos propuesto al movimiento obrero la necesidad de Reestructurar el Movimiento Sindical de raíz, para conquistar su organización independiente y dejar de estar en manos del sindicalismo burgués que los ha llevado a la conciliación y la concertación de clases, es decir, a la armonía con el enemigo que los sobreexplota; que lo ha llevado a no confiar en su lucha independiente, sino, a fiarse de los oficios de la politiquería y a gastar esfuerzos y recursos en politiquería burguesa, que deben ser para su lucha y que hoy los hace olvidar que son de una misma clase, que divide el movimiento según los intereses de los partidos pequeñoburgueses que en el fondo se prestan es para defender las ideas de los capitalistas, como claramente lo hace Dignidad, de Jorge Robledo, aliado con el uribista Sergio Fajardo, o como lo hace el Pacto Histórico, que con el argumento de conquistar las reformas desde el establo parlamentario se oculta quien tiene realmente el poder, pues son las clases dominantes las que mandan y no van a soltar ni siquiera migajas.

Lo que deja claro este primer año de Gobierno es que los problemas de las masas no han sido resueltos, por más buenas intenciones que pueda tener Petro, los explotadores no han permitido aprobar las reformas sociales, además de la amenaza permanente por parte de la mafia uribista de defenestrar al presidente, por tanto, la tendencia en la sociedad es a otro estallido social, una Gran Huelga Política de Masas y el movimiento sindical debe prepararse para cumplir su papel de vanguardia parando la producción, que es lo que le duele realmente a los capitalistas.

Finalmente, para poder cambiar realmente sus condiciones materiales y morales, la clase obrera debe conquistar su independencia de clase del Estado, la burguesía, los terratenientes y los imperialistas, por lo que necesita organizar su propia Central Sindical Revolucionaria y el partido de la clase obrera que dirija su lucha hacia la destrucción total del actual sistema de explotación asalariada.

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