
El comunismo revolucionario ha establecido la importancia de los sindicatos y su papel en la sociedad presente y en la futura. Como bien lo dijeron los maestros del proletariado: «Ante nosotros tenemos el programa y la táctica de la lucha económica y del movimiento sindical de varios decenios, de toda la larga época durante la cual el proletariado prepara sus fuerzas para la batalla futura». Acerca de los sindicatos de Lenin
Desde el siglo pasado cuando surge la clase obrera con el desarrollo del capitalismo, los maestros del proletariado habían advertido sobre el papel que juegan las organizaciones sindicales en la lucha de resistencia unida en un solo haz a la lucha ideológica, teórica y política; estos son los tres aspectos principales de la lucha de clases del proletariado contra la burguesía, y los sindicatos hacen parte de ella en el terreno de la resistencia, pero unido a una ideología y a una política bien sea burguesa o proletaria guiada por la teoría marxista leninista maoísta.
En este sentido, las organizaciones sindicales desempeñan un papel fundamental en la lucha de clases, y el partido de la clase obrera garantizará la conducción de dicha lucha. A su vez, los sindicatos, que agrupan a los trabajadores más avanzados de la sociedad —aquellos que generan la riqueza—, junto con los campesinos, constituirán una fuerza decisiva para el partido. Estos trabajadores aportarán la disciplina adquirida en las fábricas, y dado su lugar dentro de la sociedad capitalista, la clase obrera se posiciona como la vanguardia del movimiento.
Esta ha sido una visión clara para los comunistas: la organización superior de los obreros, como lo es el partido, ha comprendido bien la importancia del trabajo dentro de los sindicatos. A nivel internacional, desde el siglo pasado, cuando se formaron las distintas Internacionales, la Tercera Internacional dedicó especial atención a la orientación de las organizaciones sindicales. En Colombia, el movimiento obrero surgió de manera clandestina, en una época en que el proletariado mundial había obtenido importantes triunfos, como la Revolución de 1917 en Rusia.
Las organizaciones internacionales influyeron directamente en la conducción del movimiento obrero colombiano. Entre 1920 y 1926, bajo la dirección de la Internacional Comunista y de la Internacional Sindical Roja, la Confederación Obrera Nacional (CON), que agrupaba a las principales organizaciones sindicales —como las de los ferroviarios, los braceros del Magdalena, Fedenal y la USO—, en su tercer congreso planteó la necesidad de organizar el primer partido de la clase obrera en Colombia: el Partido Socialista Revolucionario de los Trabajadores (PSR).
Esto demuestra que, en el caso colombiano, el movimiento sindical ha sido decisivo en la construcción del partido político de la clase obrera. Sin embargo, este proceso, sometido a las contradicciones propias de la lucha de clases, también ha enfrentado derrotas. Estas derrotas han ido acompañadas del debilitamiento del partido mismo, en parte debido a la influencia de ideas liberales y a la posterior destrucción del PSR, lo cual también significó un retroceso para el movimiento sindical. No obstante, como parte de la persistente lucha por la organización del partido, los núcleos obreros que sobrevivieron a esa dispersión lograron reorganizarse y fundaron el Partido Comunista de Colombia (PCC) en 1930.
El proletariado en Colombia, en su lucha por dotarse de una organización partidaria propia, ha sufrido derrotas a manos de la burguesía. A lo largo de esta lucha, ha logrado conformar su partido en distintos periodos. En 1930, se fundó el Partido Comunista de Colombia (PCC), pero con el tiempo fue permeado por las ideas liberales burguesas. Como consecuencia, se produjo una escisión que dio origen al Partido Comunista de Colombia Marxista- Leninista (PC m-l), con una ideología independiente y verdaderamente revolucionaria.
Durante la década de 1960, bajo la influencia ideológica del PC (m-l), surgieron organizaciones sindicales en rebeldía frente a las centrales obreras dominadas por la ideología burguesa, como la CTC —vinculada al Partido Liberal— y la UTC —influenciada por el clero y por las ideas conservadoras del Partido Conservador—, en especial por sus sectores más reaccionarios. Ante esta situación, varias organizaciones sindicales comenzaron a organizarse de forma autónoma en Comités Intersindicales, como el Comité de Unidad de Acción y Solidaridad (CUAS), que dio origen a la CSTC, influida por ideas reformistas y anarquistas. Paralelamente, otros Comités Intersindicales actuaban bajo la influencia del PC (m-l), impulsados por la lucha del marxismo contra el revisionismo.
Durante este periodo de influencia de las ideas marxistas del PC (m-l), se llevaron a cabo las principales huelgas dirigidas por esta organización. Fue una etapa de auge del movimiento sindical independiente y de carácter revolucionario, aunque marcada por una gran debilidad: la dispersión del movimiento y la falta de centralización. A esto se sumaban los conflictos internos del propio PC (m-l), que ya se encontraba dividido en 1976, cuando se realizó el Encuentro Nacional del Sindicalismo Independiente en la ciudad de Medellín.
En ese encuentro confluyeron diversas tendencias, muchas de ellas surgidas del PC (m-l) así como otras organizaciones revolucionarias que influían en el sindicalismo independiente. Allí se enfrentaron principalmente dos posiciones una, representada por la Línea Proletaria —escisión del PC (m-l)— que proponía unificar todos los comités intersindicales en una sola fuerza poderosa y centralizada. Esta corriente impulsaba la creación de una central sindical independiente de clase, tomando como base la Unión Sindical Obrera de Colombia (USOC). Desde entonces, los compañeros de la Línea Proletaria advirtieron que, de no lograrse esta centralización, el movimiento obrero sufriría múltiples derrotas, como efectivamente ha ocurrido con el retroceso de dicha línea.
La otra posición, representada por distintas corrientes políticas —como el Partido Socialista de los Trabajadores (PST), los revisionistas del PCC, el MOIR y sectores anarquistas—, se opusieron a la centralización del sindicalismo independiente. Finalmente, en aquel congreso fue derrotada la posición correcta de la Línea Proletaria, marcando un punto de inflexión que afectó negativamente al movimiento obrero en los años posteriores.
Los obreros, ya sin su organización de partido y tras la derrota de la posición correcta, vieron cómo las distintas tendencias terminaron confluyendo, dando origen —tiempo después— a lo que hoy se conoce como la CUT (Central Unitaria de Trabajadores), surgida bajo el auspicio del PCC y del ya fragmentado PC (m-l), dividido en varias fracciones. Con esta derrota del movimiento sindical independiente, los trabajadores quedaron a merced de la política y la ideología burguesa dentro del movimiento sindical, y sin una organización de partido propia que orientara su lucha.
Son más 40 años en que la clase obrera no tiene su partido y por ello la burguesía impone antiobreras y antipopulares reformas, aprovechando la dispersión organizativa del elemento consciente del proletariado; es por ello que se justifica seguir luchando por la restauración del partido de la clase obrera, un partido político independiente y clandestino con un programa que exprese todo el sentir de las masas.
Y este año, cuando se cumple el 60 aniversario del X Congreso del PC (m-l), que representó un hito en el movimiento obrero en lucha contra el revisionismo de Viera, hay que celebrarlo de tal forma que se convierta en impulso para avanzar en esa tarea de restauración del partido que tanto necesita la clase obrera, por eso los obreros y sobre todo los revolucionarios deben ser conscientes que la lucha contra el revisionismo es parte de esa tarea.
Llamamos a los obreros y a los activistas avanzados del movimiento sindical a jugar el papel y seguir el ejemplo de María Cano y los dirigentes de la CON, que en esta brega por la organización de partido, dirigieron a las organizaciones sindicales y a sus dirigentes, en la labor de construcción de su organización de vanguardia; llamamos al movimiento sindical a jugar este papel, luchando por la restauración del partido, porque es una necesidad que los activistas revolucionarios al interior del movimiento sindical se preocupen no solo por rescatar de las garras de la burguesía al movimiento sindical, sino que reafirmen su compromiso con la organización del partido.






