CON LA REESTRUCTURACIÓN DEL MOVIMIENTO SINDICAL LOS OBREROS SE ORGANIZAN PARA LA LUCHA

Los capitalistas intensifican la superexplotación sobre el lomo de los obreros, para tratar de paliar la caída de sus ganancias, como producto de la profunda crisis económica por la que está atravesando el capitalismo. Esto se manifiesta en la brutal arremetida de los dueños del capital en contra de los obreros: despidos masivos en las principales ramas de la producción, violación sistemática de las convenciones colectivas, persecución constante a los jefes más luchadores y honestos del movimiento sindical… Todo ello con la mirada cómplice del Estado burgués que protege los intereses de los dueños del capital, a la vez que imprime todo el peso de la dictadura de los parásitos burgueses sobre los obreros y campesinos luchadores.

Ya es común ver a los asesinos del Escuadrón Móvil Antidisturbios, comiendo en los casinos de la empresa imperialista Coca Cola, lo que evidencia el régimen de terror que los ricos quieren imponer sobre la Clase Obrera. Sigue siendo común que a los obreros se les contrate por medio de las negreras temporales de trabajo, con lo cual los patronos buscan evadir todo tipo de relación laboral con sus esclavos asalariados, lo que les dificulta resistir todos los atropellos de los ricachones y de su podrido Estado.

Las Centrales Sindicales ahogadas en medio de la política burguesa, concertan y concilian los intereses de los proletarios con los burgueses, terratenientes e imperialistas. centrales sindicales cuyo accionar se corresponde más con los enemigos del proletariado, pues trafican con los permisos sindicales usándolos para su beneficio personal o para politiquear y no para la lucha; promueven la macabra política del contratismo sindical, con la cual se convierten en patronos de sus bases, envenenando a la Clase Obrera con la maligna ideología de la «paz laboral», desarmando el espíritu combativo de los obreros, mellando su ánimo de lucha y al final imponiendo políticas antiobreras en las empresas que contratan por medio de esta modalidad.

Sin embargo, los obreros no permanecen pasivos ante esa situación de arremetida capitalista y de abandono y entrega por parte de los jefes de las Centrales que los dicen representar, pero que están más del lado del patrón al contraer compromisos con uno u otro Partido politiquero y con la paz Santista, que es la paz de los ricos. Los obreros han sabido resistir ante esta situación, y es digno de admirar el ejemplo que en distintos conflictos los obreros en peores condiciones -algunos ya desempleados- le dan a todo el movimiento obrero. Obreros mal llamados «tercerizados» votan por la huelga al ser acogidos en los sindicatos por sus compañeros de trabajo que cuentan con contrato directo y a término indefinido; se organizan con independencia del patrón, del Estado y de los politiqueros en sindicatos de «temporales» o de «terceros», pasando por encima de la estrecha visión de los demócrata burgueses, para los cuales, lo que no está escrito en la ley burguesa, simplemente no se puede hacer.

Los obreros más de abajo y con peor tipo de contrato se unen entre sí: comparten experiencias de lucha, denuncian a sus respectivos patronos y al Estado burgués que permite todo tipo de atropellos en contra de la clase obrera, realizan manifestaciones públicas de solidaridad frente a las factorías capitalistas que vulneran los derechos de los obreros, marchan por las calles de las diferentes ciudades denunciando a los patronos y a su Estado putrefacto, se acompañan en las carpas que agrupan a los obreros despedidos o enfermos y desechados por el capitalismo, asisten y se comprometen a realizar conferencias y charlas que buscan rescatar la historia del movimiento obrero o educar sobre algún aspecto en particular de la lucha de clases, involucran a sus familias en cada acción de lucha que realizan entendiendo que ellas hacen parte del apoyo y solidaridad que el pueblo en general le brinda a los luchadores.

Así avanza la política de la Reestructuración del Movimiento Sindical entre los obreros. Los activistas de cada sindicato se van conociendo y se unen de a poco, articulando las luchas y haciendo en cada región, algunas manifestaciones de solidaridad con los obreros que se encuentran en conflicto o promoviendo campañas de afiliación en cada organización sindical. Esta misma política ha servido para educar a los obreros en la necesidad de dejar a un lado los cascarones vacíos de las actuales centrales obreras que no sirven a la lucha de resistencia del proletariado y en la necesidad de organizar Comités Pro-Federaciones que editen propaganda que eleve el nivel de conciencia de los obreros frente a la necesidad de que el movimiento sindical actúe con independencia (del Estado, de los capitalistas y de los politiqueros), que sea Internacionalista (que sea solidario con sus hermanos de clase a nivel mundial), que luche por la unidad de todos los obreros sin ningún tipo de discriminación (de contrato, de nacionalidad, de género, etc.) y los organice para la lucha y no para la conciliación y concertación con los enemigos del proletariado.

Todas estas acciones y tareas organizativas deben servir para que a futuro los obreros construyan la Central Sindical Revolucionaria, que actúe uniendo a los obreros de diferentes ramas de la producción para la lucha, contra las medidas antiobreras de los patronos y su Estado, que promueva y apoye las Huelgas Políticas de Masas, que el pueblo realiza en diferentes regiones y que son la herramienta principal para combatir, entre otras cosas, el terrorismo de Estado que tanto afecta al movimiento sindical.

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