La actuación y comportamiento de la policía como parte de las instituciones del Estado burgués, ha demostrado que su corrupción y putrefacción no obedece a unas cuantas manzanas podridas sino que, como parte del Estado y junto con este y todas sus instituciones -inservibles para el pueblo, corruptas y burocráticas-, deben ser removidas y reemplazadas por un Estado que realmente represente los intereses de los explotados y oprimidos.
Por muchos años hombres y mujeres miembros de la policía y en general de las fuerzas represivas del Estado, se han visto involucrados en escándalos de drogas, masacres, abuso policial, abuso sexual, exceso de fuerza, en fin un sin número de casos en los cuales para la justicia colombiana obedece a unas cuantas manzanas podridas; aun así en las investigaciones se puede evidenciar que no solo se trata de uno que otro, sino que es uno tras otro, pero como se tapan la porquería y atrocidad con la que actúan y además involucran diversas instituciones para garantizar su impunidad, no sale a la luz pública toda su porquería. Están entre esos casos conocidos, auspiciados y solapados por las instituciones del Estado, el asesinato de estudiantes, abuso de niñas indígenas y campesinas, masacres, desplazamientos, desaparición de manifestantes en el Paro Nacional, desaparición y tortura de dirigentes sociales, etc., toda una gama de formas para ejecutar el terror estatal como forma de dominación, control y defensa de intereses burgueses y terratenientes.
Los casos son incontables, pero he aquí un ejemplo que muestra la descomposición y corrupción que hay detrás de cada evento, donde existen confabulaciones y se mueven fichas para proteger a un superior de lo más despreciable. El caso corresponde al abuso sexual cometido por el entonces capitán Jhon Jairo Mendoza a una patrullera, compañera de trabajo en el año 2020, a quien, con ayuda de la misma institución y otros compinches se las arreglaron para acosarla e intentar hacerla desistir de la denuncia.
El capitán fue puesto prisionero el pasado 7 de julio, pero después de que la patrullera fue revictimizada todo este tiempo por atreverse a denunciar, la ridiculizaron, la hicieron pasar por mentirosa, provocadora, ya saben el famoso dicho “si no quieren que las violen o las morboseen, ¿por qué estaba ahí?, ¿por qué se vistió así…?” etc.
Aun así, la patrullera mantuvo su denuncia, lo que en medio de un régimen paramilitar y mafioso, en la que sus instituciones están podridas hasta el tuétano, representa casi un acto heroico para una mujer policía que tal vez cree en la legalidad y en que su institución esta para proteger a los ciudadanos sin distingo.
Al exponer públicamente su caso, denunciando su superior por abuso sexual, a la institución por persecución laboral y soborno, queda al desnudo que la Policía Nacional está podrida al igual que todas las instituciones del Estado burgués; que la patrullera a pesar de ser miembro de una institución al servicio de los explotadores y columna vertebral de ese Estado, es ahora víctima como mujer e hija del pueblo, como los demás que alguna vez ella misma reprimió por defender a los ricos, a quienes no les interesa lo que le suceda a las mujeres policía.
Por ello el llamado a las que han denunciado es que lo sigan haciendo y no se dejen amedrentar, a que pongan en evidencia lo podrido al interior de la policía, a presionar porque las instituciones del Estado cumplan las leyes que ellas mismas promulgan, evidentemente esto no es una solución definitiva porque sabemos que las leyes burguesas están hechas para oprimir al pueblo y para privilegiar a unos pocos; tampoco la Policía garantizará la plena igualdad de derechos para las mujeres.
Por eso las mujeres policía que han sido ultrajadas, al igual que las demás mujeres del pueblo, no tienen otra salida para lograr la verdadera emancipación, que hacer parte de la transformación radical de la sociedad, pues la opresión y explotación de las mujeres trabajadoras está sustentada en la propiedad privada, en el sistema capitalista. Si quieren ser liberadas tendrán que tomar partido en el próximo levantamiento popular, apoyando la lucha de las masas, volteando sus armas a favor de los pobres o seguir defendiendo instituciones, gobernantes y ricos que seguirán sosteniendo la desigualdad de la mujer.