
El pasado martes 22 de julio, se conoció la denuncia del presunto abuso sexual a una pequeña de tan sólo 8 años por parte de estudiantes del Colegio Codema en Kennedy, donde cursaba grado segundo de primaria. Según el relato de la cuidadora, la niña contaba la agresión, el maltrato y la grabación de tales aberraciones. Esta dolorosa noticia deja muchas reflexiones sobre lo que engendra este cáncer que mata lento: el sistema capitalista.
Al analizar esta situación existe de un lado revictimización a la niña. La manera de presentar esta noticia pone de manifiesto la insensibilidad y falta de solidaridad con el sentir de la niña quien estará preguntándose el por qué le hicieron daño de esta manera ¿por ser mujer? ¿por ser más pequeña? ¿por ser niña? ¿qué tiene de divertido hacer sentir dolor a otros? Se habrán preguntado estos periodistas ¿Qué pensará su madre, su padre, su familia? ¿Qué ayuda se le estará brindando para las secuelas para que estos hechos no aumenten?
Las niñas y las mujeres en esta sociedad no tienen derecho a ser tratadas como seres humanos pensantes y sintientes porque vale más vender una noticia rápida que preguntarse por qué ocurre esto. Vale más seguir atacando a los docentes y a los colegios públicos, con el apoyo y eco de la Alcaldía de Carlos Fernando Galán.
De otro lado, alguien se ha preguntado ¿qué está ocurriendo con la juventud? Pues estos medios hacen énfasis en que el hecho ocurrió en un colegio público y que fue ejercido por muchachos que estudian allí, pero no se solidarizan con la pequeña ni con su familia. No hablan de la situación de las mujeres ni de la manera en que están siendo educados los jóvenes en este tipo de sociedad, o acaso cuando esos mismos medios promueven lo que ellos catalogan como artistas reguetoneros con sus letras degradantes hacia la mujer, o impulsan una cerveza con la imagen de una modelo haciendo ver a la mujer «deliciosa como una cerveza…» no están siendo al mismo tiempo cómplices de este pensamiento en el que ésta no es más que un objeto sexual, o cuando apoyan a candidatos y paramilitares que usan niñas como trata de blancas, o cuando apoyan y engrandecen a senadores que han sido acusados de violencia hacia sus propias compañeras… ¿no están apoyando este tipo de actos?
No, no lo han visto de esta manera, se limitan a dar una noticia sin pensar en qué tipo de hombres está formando este sistema. La razón no interesa, solo importa mencionar las cifras de casos de abusos sexuales en los colegios y señalar de vándalos a los padres de familia y comunidad que encuentra indignación y desprotección en las instituciones del Estado.
Ahora bien, la culpa tampoco es de los docentes, sin embargo, la comunidad enfurecida ha arremetido contras las instalaciones del colegio, y no es para menos, hay que incendiarlo todo, todas las instituciones de este decadente Estado Burgués que somete y humilla a nuestras niñas y mujeres y las convierte en una cifra más de una violada, una desaparecida o una asesinada. Es entendible la indignación de la comunidad que en varios casos ha presionado para que las investigaciones avancen, sin embargo, es importante resaltar que no son los docentes culpables de los hechos, ningún maestro consciente haría tribuna, ni aplaudiría y menos en cubriría tales aberraciones, todo lo contrario, cada día desde las aulas se intentan fomentar valores entre los estudiantes, pero como se mencionó, este sistema deshumaniza y discrimina de diversas maneras a las mujeres. Sin embargo, esos maestros que siguen en pie y fortalecen la conciencia entre sus alumnos seguirán luchando no solo por una mejor educación sino por un mejor futuro para sus estudiantes y para sí mismos.
Por eso docentes, estudiantes, familias y toda la comunidad educativa, debe unirse en lo inmediato para exigir celeridad en los casos de abusos y violencias contra la niñez, la juventud y la mujer, pero también, para pensarse y trabajar por una educación distinta a lo que impone este podrido sistema, donde la niñez y las mujeres son vulnerables y se convierten en el centro de su cultura degradante y asquerosa; todo ello necesita acompañarse de la conciencia, para entender que en esta sociedad las violencias hacia los vulnerables, lejos de cesar seguirán avanzando, porque es parte de la misma descomposición del sistema, el cual ya no le sirve a la sociedad y por eso debe ser arrasado en su totalidad.






