“Que tiemble el Estado, los cielos, las calles
Que tiemblen los jueces y los judiciales
Hoy a las mujeres nos quitan la calma
Nos sembraron miedo, nos crecieron alas”
La lucha incansable de las mujeres que han decidido confiar en el Estado burgués y en el tortuoso camino de su justicia burguesa, descubren que es este quien ataca y niega el derecho a que las mujeres nos emancipemos.
Es increíble ver como en Colombia los feminicidios durante la pandemia sobrepasan los cien, según cifras oficiales, de estos la gran mayoría habían sido denunciados ante la justicia y oficialmente tenían medidas de restricción, medidas de papel que condenan y trazan sentencia de muerte a nuestras hijas, madres, hermanas, esposas, etc.
Según Carlos Negret, Defensor del Pueblo, “El feminicidio es la expresión más grave de la violencia contra la mujer y es la culminación de un ciclo de violencias basadas en género. Esta conducta no es un hecho aislado. Desde la Defensoría del Pueblo hemos podido identificar que los feminicidios presentan comportamientos anteriores de violencia contra la mujer. Por eso es fundamental que las autoridades nacionales y regionales puedan prevenir esta conducta a tiempo”.
Aunque en teoría y en la formalidad de su ley burguesa se escudan con el argumento de que los casos se pueden prevenir, solo nos queda por decir que en esta sociedad capitalista estamos en peligro; que el Estado burgués es cómplice porque no es y nunca será capaz de resolver el problema del machismo, porque de por sí el sistema se sustenta en la desigualdad social, en la explotación y opresión, donde el machismo es apenas una expresión de ello. Este sistema, es toda una mafia que lo único que hace es exponer y victimizar a nuestras hijas; y sí, tenemos miedo, pero miedo de quedarnos calladas, de abandonar la lucha con la zozobra de que mañana habrá otra Yuliana, Sofia, Mary, Keila, Luz, Yulieth, Lina, Daniela, Diana, Monica, Kelli…
“Yo todo lo incendio, yo todo lo rompo
Si un día algún fulano te apaga los ojos
Ya nada me calla, ya todo me sobra
Si tocan a una, respondemos todas”
¡No! ¡Si tocan a una respondemos TODOS!, como una sola clase, con la organización, movilización y la propia defensa de nuestras mujeres, pues en el Estado burgués no se puede confiar.
De ello da cuenta claramente el caso del asesinato en México el 16 de diciembre de 2010, de Marisela Escobedo por orden de Sergio Barraza, que tras luchar incansablemente por hacer justicia para su hija Rubi, asesinada igualmente por el mismo hombre que era su esposo, y quien a pesar de confesar su asesinato la justicia mexicana lo dejó libre para después orquestar el asesinato de la madre; y aunque Sergio ya está muerto, el crimen de Rubi y Marisela, aún siguen en la impunidad. Marisela enfrentándose contra esta porquería de Estado logró convertirse en una activista por luchar para que se hiciera justicia, pero cometió un error que le costó la vida, confió en la justicia de los ricos y en el Estado mexicano.
Por eso aunque apoyamos y valoramos las luchas que se han dado por combatir la desigualdad de género apelando a la justicia burguesa, no podemos quedarnos solo en esta reivindicación, nos están matando y buscan el motivo que sea, saben que somos mayoría y que representamos como mujeres una gran fuerza en la sociedad, por eso la lucha debemos darla todos como clase por destruir al podrido Estado burgués, con todas sus instituciones e instaurar el nuevo Estado de obreros y campesinos, que haga cambiar todas las condiciones materiales para nuestros hijos, en especial para que las mujeres tengan libertad de desarrollo sin tener que estar detrás de un hombre, solo siendo libres.
*“Cantamos sin miedo, pedimos justicia
Gritamos por cada desaparecida
Que resuene fuerte ¡Nos queremos vivas!”
Que caiga con fuerza el Estado asesino
“Justicia, justicia, justicia” *