Los acontecimientos recientes -hablando solo de Bogotá- dan cuenta de la terrible situación a la que están siendo sometidas las mujeres en la sociedad. No es seguro ir al colegio, andar por la calle y mucho menos subirse a un bus de Transmilenio en esta ciudad, porque literalmente las mujeres y niñas corren peligro de ser violadas. Y es que no se trata de cómo van vestidas, de su lenguaje, de su edad… el hecho de ser mujer en esta sociedad capitalista machista es una justificación para el maltrato, violación y feminicidio.
Las instituciones supuestamente garantes de los derechos de las mujeres no atienden sus denuncias, como fue el caso del Hilary el pasado 2 de noviembre, porque es menor de edad, porque en tal o cual sede no atienden o porque “ya está cerrado” como si un abusador tuviera horario para agredir a su víctima; todo ello reitera que el Estado de la burguesía y sus instituciones caras y corruptas, no están para proteger al pueblo y mucho menos a las mujeres y las niñas. Al contrario, seguramente movilizarán sus esfuerzos para encontrar a las mujeres que rompieron los vidrios de un Transmilenio, para judicializar al padre que hirió a quien asegura violó a su hija de 4 años o, para buscar culpables entre los profesores de una institución, antes de encontrar pruebas que condenen al presunto agresor en un colegio de la localidad de Suba.
Nada puede esperarse de un Estado al mando de los explotadores y opresores, mucho menos de sus medios de comunicación que más parecen un antro de chisme, haciendo noticia con la tragedia de las víctimas, ¡Nada se puede esperar! La solución debe venir del mismo pueblo, que rechaza esta violencia con acción directa en las calles; acción que requiere ser canalizada de manera revolucionaria, pues la problemática de la mujer no puede resolverse en una sociedad basada en la explotación del hombre por el hombre, con la ganancia al mando, todo aquello que les genere plusvalía, está aprobado: el cuerpo de la mujer, la esclavitud sexual e incluso las tragedias que padecen cientos de compañeras en cada rincón del país.
De ahí que enérgicamente desde el Portal Digital Revolución Obrera, continúa el llamado a la unidad, en este caso de las mujeres, en un Movimiento Revolucionario Femenino, que actúe contra la violencia, el abuso, la agresión de todo tipo y el feminicidio, a la vez que trabaje por la construcción del Partido Comunista Revolucionario, como destacamento que dirija la lucha de toda la sociedad hacia un cambio no alternativo y basado solo en reformas, sino un cambio real, donde mujeres y hombres proletarios dirijan los asuntos de la sociedad, siendo la atención a la problemática de la mujer un aspecto esencial.
En concreto, ¡se necesita ya organizar revolucionariamente a las mujeres! Y pasar de la denuncia y el rechazo, al combate de toda manifestación violenta en su contra, trabajando así mismo, en la formación y educación de la sociedad, respecto al papel que cumplen las mujeres, contrario a los estereotipos y designios que impone este asqueroso sistema y haciendo realidad la consigna ¡Si tocan a una RESPONDEMOS TODOS!