
Hace aproximadamente un mes se presentó un caso de intento de feminicidio en Floridablanca Santander, en el que se vio involucrado el cantante de la tecnocumbia y excandidato al Concejo Saul Duarte Naranjo. Su compañera sentimental, Natalie Alexandra Pérez Navarro, de 30 años, denunció que el hombre la atacó con un arma blanca en el barrio La Cumbre, por motivos de celos.
Este caso se suma a los casos de intento de feminicidio y feminicidios que se presentan en el departamento de Santander. Según colectivos de mujeres en la región, hasta el corte de agosto, iban 12 denuncias de asesinatos de mujeres, una cifra alarmante que llevó a que se declarara la emergencia regional por feminicidios. Lo preocupante es que el Estado no brinda soluciones ante las denuncias de las mujeres que son acosadas, perseguidas, violentadas y amenazadas por sus exparejas y parejas. Esta sociedad capitalista se cimienta en la concepción de la propiedad privada y los hombres somos formados creyendo que las mujeres son propiedad nuestra.
La opresión de la mujer es un problema que no podremos solucionar con leyes burguesas y con el Estado burgués, debemos erradicar desde la raíz la actual sociedad, y crear una nueva donde comprendamos que mujeres y hombres somos seres humanos. Y que las mujeres no son objetos sexuales, ni propiedad de nadie y tampoco tienen un rol de esclavas en nuestros hogares.
Por eso, el llamado a todas las obreras, campesinas, estudiantes de nuestro departamento de Santander es a organizarse y detener con su fuerza todos los casos de violencia contra ellas, cuando suceda una violencia física o psicológica contra cualquier mujer deben organizarse y arremeter contra el agresor, también debemos salir a las calles a exigir mas derechos y respuestas del Estado, así sepamos que de la justicia burguesa no vengan soluciones, se debe visibilizar la violencia contra la mujer que se vive en Santander.
Hoy es necesario trabajar en la conformación de un Movimiento Femenino Revolucionario que organice a las mujeres del pueblo para evitar, no sólo que las sigan asesinando, sino, que luche contra toda forma de opresión y explotación en las fábricas, comercios, cultivos, etc., y en sus hogares, en los que los proletarios como sus compañeros sentimentales, hijos, padres o hermanos, se comportan como el burgués en la casa, sometiéndolas a todo tipo de abusos y sobrecargas de labores domésticas.
Es necesario conquistar, por medio de la lucha directa en unidad con sus hermanos de clase hombres, en esta sociedad burguesa la socialización de estas labores por medio de la creación de guarderías, lavanderías y comedores estatales, como por ejemplo, la crianza de los hijos, el lavado de la ropa y la labor de la alimentación. Esto garantizará mejores condiciones a las mujeres y al final, a las familias obreras, para luchar contra el capitalismo, fuente de todo tipo de opresión y explotación en la sociedad.






