El pasado 4 de junio al menos dos personas discapacitadas se encadenaron en señal de protesta en la sede de la Nueva EPS en Cúcuta, una de ellas fue Gamadiel Lázaro quien a través de su perfil en Facebook compartió su encadenamiento. Lo hicieron por un lapso de 4 horas y así evitaron su traslado de EPS, ya que saben por carne propia que cada vez que existe un reajuste en las EPS, terminan pagando los platos rotos los “beneficiarios” por la bancarrota del sistema de salud; sistema quebrado y colapsado por la corrupción y la burocracia.
Para estas personas la lucha es el único camino que les queda porque el traslado de EPS implica la interrupción de tratamientos, nuevos papeleos que se prolongan en el tiempo, siempre bajo el riesgo constante de los conocidos “colapsos del sistema” o “no hay sistema”; una realidad que golpea duramente a los pacientes que no cuentan con tiempo, ni recursos para moverse de un lado para otro, de sacar las innumerables fotocopias de las “órdenes médicas” o de pagar las medicinas porque se agotaron. Tal realidad es un mentís a la propaganda hipócrita que pomposamente ha venido pregonando el gobierno y su ministro de salud sobre las reformas y traslados de EPS en el sistema de salud, que en los hechos buscan resguardar y proteger el bolsillo de la costra burocrática y parasita que se “roba” toda la plata de la salud en este país.
El encadenamiento en las EPS es una modalidad de lucha espontánea de las masas que han venido optando para defenderse de la corrupción y demoras de las EPS; han sido muchas las personas que han optado por esta forma de lucha, por ejemplo, hace ya varios días en un centro médico en Medellín, un profesor con su salud en riesgo por la demora en la entrega de sus medicinas para combatir la “presión alta” se vio obligado a encadenarse, su caso fue muy popular porque argumentó algo muy consecuente y que necesita el pueblo: “que había que llevar las ideas a la práctica” refiriéndose a la “lucha” como un medio de hacer valer los derechos.
Todos estos no son sino brotes de descontento, inconformismo y las formas iníciales y dispersas de lucha del pueblo en contra de este miserable sistema de salud. Hasta hoy no son pocas las muertes que ha puesto el pueblo por las demoras, negaciones, negligencias, faltas de medicamentos, “paseos de la muerte”, malos procedimientos o muertes por infecciones por exponerse a sitios contaminados en centros clínicos.
El pueblo llano sabe que enfermarse implica una doble lucha, contra la enfermedad misma y contra el miserable y corrupto sistema de salud. Por tal motivo es perentorio y urgente seguir avanzando en los preparativos de un Gran Paro Nacional Indefinido, o en términos marxistas, en una Huelga Política de Masas, para pelear no solo por la salud, sino por la plataforma de lucha del pueblo colombiano por alza de salarios, contratación directa, salud, educación, vivienda, etc.
El papeleo y el camino de las tutelas son una telaraña construida para favorecer a la burocracia y a los parásitos del sistema de salud, que ponen mil y una trabas entre la prestación del servicio médico y los pacientes; tal es la forma planeada y ejecutada para acrecentar y “optimizar” los recursos, maximizar las miserias y ampliar las ganancias de los comerciantes de la muerte. La burocracia y la corrupción en el capitalismo se asemejan a una telaraña fuertemente construida en la cual los hombres quedan atrapados como moscas; tal es ahora el sistema de salud colombiano. Por tal motivo es necesario pasar de los encadenamientos aislados y esporádicos, a algo más constante y contundente. Es necesario pelear mejor y juntar todas las luchas del pueblo en una sola, un fuerte torrente que barra con los obstáculos que generan las miserias más inmediatas y sentidas del pueblo. Solo así es que el pueblo se prepara para las futuras batallas decisivas sobre sus enemigos. ¡Con cuanta urgencia necesita el pueblo la revolución Socialista en Colombia!
