Los jóvenes de las clases oprimidas, por su condición económica se inclinan hacia la búsqueda de la revolución, así sea de manera inconsciente desean transformar la realidad, pues ante las duras condiciones que impone el capitalismo a nuestra clase, es imprescindible vivir por algo más que la monotonía de la explotación y el consumo al que nos quiere someter la burguesía. Y ya no solo explotación sino la auto explotación llevando a los jóvenes a enfermarse por ser más productivos, es eso lo único que nos ofrece este modo de producción, que nos individualiza y presenta como atacantes y víctimas de nuestra propia vida.
Sin embargo, debido a la campaña de desprestigio de la que han sido víctima las ideas revolucionarias, la juventud se encuentra en una crisis de identidad y horizonte, pues al pensarse su lugar en el mundo y buscar qué hacer con su vida toman por referencia a sujetos, organizaciones e ideas que no les permite el pensamiento crítico y revolucionario, llevándolos a la frustración y consigo al desespero, a la enajenación, a la depresión y en algunos casos a la defensa del sistema que les oprime.
Con uñas y dientes el pueblo oprimido lucha contra estas ideas y condiciones de vida, a través de distintas formas que ha descubierto al calor del combate, es así como se mantiene el pensamiento crítico y revolucionario entre nosotros, porque se ha comprendido, así de manera poco exacta, cuáles son las formas en las que se construye otra sociedad, radical y totalmente distinta.
Gracias a esto la juventud se ha refugiado en distintas organizaciones e ideas con el fin de construir un mundo nuevo, pero hay que tener en cuenta que, bajo la estructura del capital en la cual nos encontramos, este mundo nuevo no será posible sin un Partido Comunista verdaderamente revolucionario capaz de ser vanguardia del derrocamiento violento del poder de la burguesía.
Esta noción, que ha sido abandonada por la mayoría de organizaciones de «izquierda» que cuentan con dirigentes que se llaman así mismos marxistas, demuestra que han desechado todo análisis verdaderamente marxista de la realidad en la cuál vivimos, por eso les molesta cuando los jóvenes se acercan a nuestras ideas, porque están en desacuerdo, no con nosotros, sino con el marxismo, el cual si llega a crecer entre la mente y práctica de sus militantes puede voltear patas arriba no solo a su organización, sino a la sociedad capitalista de la cual viven y se benefician.
Hay que hacer frente a todos los charlatanes, que han sido incapaces de brindar una noción completa, exacta y revolucionaria de la realidad, que se han aprovechado de la confusión y del desconocimiento, debemos abrazar y difundir el marxismo, a través de esta herramienta, el portal y periódico Revolución Obrera, así pues, toda la energía que dedican contra los enemigos del pueblo será potenciada e inspirará a otros cientos de jóvenes que buscan la superación de este modo de producción.
Es así como las organizaciones de jóvenes del campo y la ciudad integradas por campesinos, indígenas, obreros, estudiantes, maestros, artistas, etc., dan un paso al frente en la radicalización de sus ideas y prácticas, y contribuyen a la reconstrucción del arma más poderosa que puede tener el movimiento obrero, campesino y popular, EL PARTIDO. No deben dudar que al atender este llamado iniciará un nuevo proceso capaz de tumbar los cimientos de la burguesía, en el que la juventud jugará un papel determinante como lo hizo en el levantamiento popular.