Canadá: miles de niños indígenas asesinados por gente de bien, ¡la revolución se justifica!

Canadá: miles de niños indígenas asesinados por gente de bien, ¡la revolución se justifica! 1

Por siglos los ricos del mundo se las han ingeniado para apropiarse a costa de lo que sea las tierras, los recursos y las riquezas de los pueblos que han conquistado, quitando de su camino a quienes se les atraviesen; en los libros se conocen como procesos de conquista, colonización, “descubrimiento” de territorios, “educación en la fé”… en fin, un sin número de eufemismos para justificar ante las generaciones venideras las aterradoras masacres cometidas.

Uno de esos macabros casos fue el que se conoció hace unas semanas, cuando se descubrieron centenares de tumbas de niños indígenas encontradas en antiguos internados dirigidos por la iglesia católica en Canadá, en los cuales eran reclutados de manera forzosa para “educarlos” en la fé católica. Según Sputnik: “El número total de niños indígenas que fallecieron mientras asistían a las llamadas escuelas residenciales indígenas, según diferentes estimaciones, oscila entre los 3.000 y 30.000. Es decir, solo una pequeña cantidad de tumbas ha sido hallada. Quedan por descubrir muchas más”. Los niños fueron separados, con el fin de cambiar sus creencias, lenguas y realizar las pruebas de laboratorio más infames, que incluso con animales serían calificadas de crueles y repugnantes, pero que curas y monjas no tuvieron ningún reparo en practicar, entre ellas, fueron sometidos a desnutrición forzada para observar comportamientos y definir tratamientos.

La respuesta obvia de los pueblos indígenas y del pueblo canadiense fue prenderles fuego a varias iglesias y tumbar la estatua de la reina Isabel II, hechos insignificantes ante el genocidio cometido por la Iglesia Católica, auspiciada por el Estado y la gente de bien en Canadá.

La respuesta del Estado y las clases dominantes frente a lo sucedido fue condenar la reacción del pueblo y minimizar los crímenes, ya que lo único importante es su prestigio y sus instituciones religiosas. Realmente no hay un interés de reconocer la sevicia y la avaricia que esconden las clases opresoras, que por siglos han gobernado el mundo, pero solo beneficiando a unos pocos.

Los hechos muestran el genocidio a que fueron sometidos los pueblos indígenas en distintos países en el continente americano, cuyo exterminio (en trabajados forzados y sometidos al despojo) contribuyó a darle un poderoso impulso al capitalismo, confirmando que este sistema nació chorreando sangre y sigue chorreando sangre por todos los poros. La condena a la justa indignación del pueblo por parte de los gobernantes demuestra su podredumbre y la caducidad del capitalismo, sistema al que llegó la hora de darle sepultura.

El proletariado respalda la justa indignación popular y se solidariza con la lucha de los pueblos indígenas. El mundo burgués caerá junto con todas las instituciones que defienden la explotación, opresión y la discriminación; la guerra popular se encargará de ello y el nuevo poder del pueblo armado cambiará toda la base económica y social hasta llegar a la Comuna, donde será posible el sueño y el deseo de vivir tranquilos como hermanos. El futuro le pertenece a los pueblos y llegó el momento de forjar su unidad para liberar el mundo entero.

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