Con estas palabras, respondió la posible nueva Primer Ministra del Reino Unido (Inglaterra, Gales, Irlanda del Norte y Escocia) ante la pregunta sobre si usaría armas nucleares, a sabiendas de que eso “significaría la aniquilación global”, según le acotó el periodista de la emisora Times Radio.
Se trata de la señora Liz Truss, la principal aspirante a conquistar el puesto de Primer Ministro, el cargo más importante del gobierno en el Reino Unido, luego de que renunciara hace unos meses Boris Johnson. En La elección no participa todo el electorado nacional, sino los, aproximadamente 180 mil miembros del Partido Conservador, y las campañas por ocupar este puesto, llegan en una situación general de agudización de la situación económica, política y social en el paraíso de la Reina Isabel II.
La misma renuncia de Johnson fue precipitada precisamente por esa situación, marcada por cientos de huelgas de trabajadores en distintas ramas de la producción, el comercio, transportes, comunicaciones y empresas estatales; un incremento desmedido de los servicios públicos, de los alimentos y de la energía y los combustibles, según la página de Infobae Los hogares enfrentan un encarecimiento del 80% en las facturas de energía detonado por la invasión rusa a Ucrania. Se espera que los precios suban todavía más en los meses siguientes y existe el riesgo de que la economía británica caiga en una recesión prolongada.
La principal bandera de lucha de los paros en el Reino Unido es Alza de Salarios, y con esa consigna, el mes de septiembre se inauguró con el paro de los empleados ferroviarios donde participan decenas de miles de trabajadores; en esa misma perspectiva, y considerada como la primera huelga en 35 años, más de 115 mil trabajadores de correos programaron varios días de paro nacional.
Las declaraciones de los dos candidatos a ocupar el cargo de Primer Ministro han sido desafiantes contra los trabajadores, los dos se han comprometido a declarar ilegales las huelgas en los servicios públicos esenciales, y la Truss fue mucho más allá, pues calificó las huelgas de “acciones irresponsables” y frente a las organizaciones de los trabajadores dijo en entrevista que emprendería una acción dura y decisiva para limitar la capacidad de los sindicatos para paralizar nuestra economía.
La crisis profunda y cada vez más acentuada y generalizada del capitalismo golpea por todos los flancos a la economía mundial, en este caso, El Reino Unido, y sobre todo Inglaterra tiene mucho que perder en su lugar como potencia mundial, y por ello además de acentuar los golpes contra los trabajadores, empieza a ver con buenos ojos el camino hacia grandes confrontaciones bélicas que fácilmente podrían desencadenar en una guerra mundial, pues es uno de los caminos que tienen los reaccionarios para encontrar una válvula de escape a la crisis del capitalismo, siendo esta, la más costosa en vidas humanas y de las demás especies que ocupan el globo terráqueo, junto con la destrucción rápida de la naturaleza y el riesgo inminente de la destrucción de toda la vida en el planeta.
Pero para los reaccionarios de la calaña de Liz Truss, esas cuentas no pesan mucho en la balanza, pues es un hecho real que están dispuestos a sacrificar todo el planeta, con tal de posicionar al Reino Unido, encabezado por Inglaterra, en un mejor puesto de la escala de poder de los países imperialistas. En el caso actual, sus arsenales bélicos apuntan directamente a Rusia y muy posiblemente a China, coludiéndose con los Estados Unidos principalmente, a quienes el ala conservadora del Reino Unido considera como su principal aliado.
El peligro de ataques nucleares es una terrible y dura realidad, la locura de la burguesía mundial ya ha dado muchas muestras de hasta dónde son capaces de llegar con tal de defender su poder; y la humanidad, sobre todos los pueblos y los revolucionarios deben tomar muy en serio esa realidad. Hay que ponerles freno, y eso solo se puede lograr, si se potencia la movilización revolucionaria de todos los pueblos en contra de las guerras reaccionarias, de esas guerras de rapiña imperialista, que justifican con falsos discursos de paz. Se necesita oponer además, a esas guerras reaccionarias, verdaderas guerras revolucionarias de las masas, Guerras Populares como las que hoy están desarrollando los pueblos en India, Turquía, Filipinas, y avanzando en retomar ese camino en muchos otros lugares como Perú.
La paz que tanto anhelan y merecen los pueblos que trabajan duramente de sol a sol en todo el planeta, está todos los días amenazada por reaccionarios de la talla de esos conservadores como Liz Truss. Pero esa paz no llegará por las buenas, ni haciendo migas con los asesinos del pueblo que cándidamente pregonan políticos, como en Colombia los del Pacto Histórico y sus escuderos oportunistas. Porque queremos y nos merecemos una verdadera paz para el pueblo, nos debemos preparar para conquistarla con una auténtica Guerra Popular.