Al cabo de 70 años de usurpación de los territorios palestinos por el sionismo israelí, la Gran Marcha del Retorno contra la Nabka —la Catástrofe—, fue profanada por el traslado de la embajada yanqui a Jerusalén. Una puñalada más del asesino imperialista Trump en el corazón herido del Pueblo Palestino.
La Nabka palestina no es un simple recuerdo. Es la vieja y sanguinaria historia de su opresión. Nabka fue el oprobioso yugo del Imperio Otomano hasta la Primera Guerra Mundial. Nabka fue la subsiguiente ocupación del imperialismo británico hasta 1948. Nabka ha sido la ocupación sionista desde entonces, antecedida por la masacre del poblado palestino Deir Yassin donde bandas paramilitares descargaron el terror sionista sobre 35 hombres, mujeres, ancianos y niños ametrallándolos a quemarropa. Nabka ha sido la expulsión forzada de palestinos desde 1955 a campos de refugiados en países vecinos. Nabka fue la expansionista y reaccionaria «guerra de los seis días» que en 1967 amplió la ocupación sionista y la dictadura militar israelí sobre millones de palestinos. Nabka es el confinamiento de millón y medio de palestinos en la Franja de Gaza cuyos 360 km2 sirven de piso al campo de concentración más grande del mundo.
Nabka es el asesinato permanente de palestinos por soldados y francotiradores israelíes, los mismos que el 14 de mayo masacraron a 62 manifestantes en la frontera de Gaza, entre ellos al héroe Fadi Abu Salah de 29 años quien sin importar la pérdida de sus piernas por un bombardeo en 2008, fue honda en mano al frente de la protesta. Él es un símbolo de la resistencia palestina, un símbolo de la catástrofe: «Primero le quitaron su tierra, luego le quitaron sus piernas y hoy le quitaron la vida».
Los infames imperialistas y sionistas celebran la Nabka. El reaccionario asesino Trump declara con desfachatez: «ha sido un gran día para Israel». Lo imitan la Portavoz sionista Michal Maayan: los matamos porque «no podemos meter a tanta gente en la cárcel», y el jefe sionista Netanyahu: «los métodos no letales no funcionan para Gaza».
Los demás imperialistas y gobiernos reaccionarios del mundo disimulan su complicidad con hipócritas condenas «al uso exagerado de la fuerza» y mediante las acostumbradas declaraciones de la imperialista ONU, que nunca han incidido un ápice en contra del bandidaje sionista contra el Pueblo Palestino. Y no puede ser de otra manera pues ¡todos los imperialistas son enemigos a muerte de los pueblos del mundo!
El Pueblo Palestino tiene otros, esos sí, verdaderos amigos, en los comunistas y revolucionarios de todos los países, en los obreros y pueblos del mundo. Ellos son los únicos en quienes puede confiar, pues a pesar de la desfavorable correlación de fuerzas actual, las guerras reaccionarias como la que hoy enfrenta el Pueblo Palestino, inevitablemente desatan resistencia, rebelión, revolución. Inevitablemente acrecientan el odio de clase de los proletarios y el odio de los pueblos del mundo contra imperialistas y reaccionarios en una lucha irreconciliable que éstos no pueden detener, no pueden apagar, no pueden impedir que se extienda más allá de las fronteras de todos los países.
La lucha justa y heroica del Pueblo Palestino cuenta con el incondicional apoyo de sus hermanos explotados y oprimidos en otros países. La rueda de la historia no tiene vuelta atrás. La chispa de la revolución en Palestina, en el Medio Oriente, en todos los países, prenderá y arrasará a su paso a todos los reaccionarios.
¡VIVA LA JUSTA Y HEROICA LUCHA DEL PUEBLO PALESTINO!
¡FUERA YANQUIS Y SIONISTAS DE JERUSALEN Y DE TODOS LOS TERRITORIOS PALESTINOS!
Unión Obrera Comunista (mlm) – Colombia, Mayo 18 de 2018